OPINIÓN

Un fuerte aplauso

por Jeanette Ortega Carvajal Jeanette Ortega Carvajal

Cuando el covid-19 se transformó en pandemia causando estragos en la humanidad, nos asombramos e indignamos ante la teoría de su origen. Si esa teoría es cierta, “El murciélago, la culebra y el hombre” no es el título de una fábula sino los protagonistas de una inadmisible cadena alimenticia que permitió que el peligroso virus de un animal pasara al hombre, transformándose en la génesis del apocalipsis que hoy vivimos. Si el origen fue otro, el tiempo lo develará y en ese caso que nos perdone el murciélago y la culebra, pero no el hombre, que de alguna forma en cualquiera de las teorías está involucrado.

No pido ser optimista demencial. No. Necesitamos la visión positiva pero apegada a hechos que la justifiquen y en estos tiempos difíciles, es importantísimo lograr el equilibrio emocional y mental para salir adelante. Debemos descubrir las pocas cosas hermosas que hay en este mar de cosas malas y nadar junto a ellas porque esta pesadilla va a llegar a la orilla y cuando eso ocurra, debemos estar preparados para volver a vivir y ser felices.

No podemos deslastrarnos de la tragedia en su totalidad, lo sabemos, pero vamos a permitirnos el derecho de sentir que existe la esperanza. Si le damos abrigo al pesimismo perderemos la fe, podremos hundirnos en la tristeza, atraer la depresión y darle asilo en nuestra alma. Si permitimos esto, no nos quedará coraje para luchar. Seguir adelante debe ser nuestro norte, debemos hacerlo en homenaje a quienes ya partieron y reservar fuerzas para cuidar y ayudar a quienes aún necesitan de nosotros, que son muchos.

Las circunstancias han logrado que China, España e Italia, por ser de los países hasta ahora más golpeados por la pandemia, se conviertan en gigantes, en ejemplos de solidaridad que luchan no solo para sobrevivir, sino para ayudar a que otros puedan vivir también ¡y eso es sublime…!

Nos sorprende ver que el primer mundo está sacando lo más bonito que tiene por dentro. Acciones generosas y sentimientos nobles que parecían haber desaparecido afloran de nuevo y, perdonen el término, los comparten maravillosamente de manera viral. El mundo reverdece por encima de la tristeza y a pesar del dolor y el luto por tanta muerte injusta, siempre encontraremos a alguien a quien mirar a los ojos para no sentirnos solos.

Los actos de solidaridad de médicos, enfermeras y voluntarios en todas partes del mundo han sido loables, la cotidianidad y la indiferencia los tenían presos, por eso no sabíamos que seguían allí. Pero sí, allí están, ¡ahora libres! Los estamos viendo en las redes sociales. Los vemos de frente, con batas azules, tapaboca y guantes, gritándole al mundo que no salga mientras que ellos se exponen para salvar la mayor cantidad de vidas aún por encima de la propia. No nos habíamos dado cuenta, pero estamos rodeados de miles de José Gregorios Hernández y miles de Madres Teresas de Calcuta.

Solidaridad, amor por el prójimo y misericordia, son los únicos que en medio de tanta tristeza conminan por las calles vacías de todos los países del mundo. No salir durante la pandemia, sea creyente o no, debería ser el nuevo mandamiento. No saturemos los centros de salud por imprudencia o por creernos inmunes e inmortales. No lo somos. Cuidémonos para que sean menos los que tengan que partir

Atreviéndome a ser vocera de los habitantes del mundo, quiero hacer llegar el respeto, admiración y agradecimiento a los médicos quienes han ido más allá del juramento hipocrático, a las enfermeras que con tanta nobleza atienden y dan cariño a pacientes que con suerte, los acompaña un respirador y las oraciones de familiares que los aman aunque estén lejos.

Nuestro agradecimiento también para las almas nobles que buscan los alimentos de los abuelos o de aquellos quienes por algún problema de salud no pueden hacer mercado.

Gracias a quienes he nombrado y a los héroes anónimos que por ser tantos no he podido mencionar. A todos ustedes, repito, gracias. Mil gracias por nebulizar con esperanzas los sueños de quienes queremos vivir. Para ustedes, amigos, hermanos, familia… un fuerte aplauso de pie. ¡Por Dios que se lo han ganado!

@jortegac15