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Un desastre llamado “Market-Garden”

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En anteriores artículos de esta serie sobre el 80 aniversario de la Segunda Guerra Mundial he afirmado que la mejor producción cinematográfica sobre este tiempo es la serie de HBO: Band of brothers (Tom Hanks & Steven Spielberg, 2001), pero no había dicho que antes de ella el primer lugar lo tuvo A bridge too far/ Un puente lejano (Richard Attemborough, 1977) sobre la Operación “Market-Garden” (del 17 al 26 de septiembre al de 1944). ¡Y eso que mi niñez estuvo plagada de maravillosos clásicos que veía por la TV especialmente! No podemos olvidar que dicho filme es la segunda adaptación al cine de una investigación histórica de Cornelius Ryan, nos referimos a su libro: A bridge too far (1974) y la película homónima de 1977 dirigida por Richard Attemborough; siendo el primero: The longest day (Ken Annakin, Andres Marton y Berjard Wicki;1962). No solo es una clase magistral sobre el hecho histórico, sino que posee uno de los elementos que más atrae en un relato audiovisual: perfecta reconstrucción de una época y personajes que atrapan por su fascinante personalidad. La misma sabe identificar la principal causa del desastre, la cual se respira en el guion: el exceso de confianza de los principales comandantes al subestimar las fuerzas del enemigo y exagerar las suyas. 

El rápido avance de las fuerzas aliadas a finales de agosto, después de superar su estancamiento inicial en la Batalla de Normandía, les generó una profunda confianza que llevó inevitablemente a una audacia irresponsable. Aunque las causas de dicha confianza son múltiples, considero que las tres primeras fueron: la toma de París, debido a que su valor simbólico fue trasladado al valor estratégico, y se pensó que su rápida rendición era la prueba que el Ejército alemán ya no podía defender las capitales de Europa (Bruselas caería el 2 de septiembre, y se acercaban a la frontera con Holanda); el avasallante potencial numérico de los Aliados lo hacía indetenible y se creó el mito de que la Wehrmacht ya estaba formada solo por ancianos y niños. El único problema para llegar a Berlín eran los logísticos (los puertos estaban muy lejos del frente de batalla que ahora estaba en la frontera franco-alemana), los geográficos (la gran barrera natural que era el Rin) y las defensas militares (la línea Sigfrido). El recientemente ascendido a mariscal: Bernard “Monty” Montgomery, planteó una estrategia que según él le permitiría salvar todos estos obstáculos. Cruzar el Rin por el norte y entrar a Alemania por la llanura que caracteriza esta región ¡y para diciembre Berlín habría caído!

Los estadounidenses consideraban que la mejor estrategia para vencer al Tercer Reich es avanzar de manera uniforme (un frente amplio), porque temían que la estrategia de la cuña (idea de Montgomery) podría aislar a los ejércitos que se adelantaran, y finalmente ser destruidos.  Al final, el mariscal británico convenció a la máxima autoridad militar de los Aliados angloestadounidenses: el general Dwight “Ike” Einsenhower, y este prometió dedicar todos los recursos a la operación “Market Garden” que tuvo solo una semana de preparación, y fue la invasión aerotransportada más numerosa de su tiempo. Algunos señalan que la operación fue aprobada porque los cohetes V-2 que habían comenzado a caer el 6 de septiembre en Londres y que eran invulnerables por superar la velocidad del sonido eran lanzados desde Holanda, y se habían acumulado una gran cantidad de tropas de paracaidistas de ambas naciones que estaban ociosas. Si la operación tenía éxito el ahorro de vidas aliadas sería enorme. 

La película Un puente lejano transmite perfectamente el ambiente de gran optimismo inicial por parte de los británicos, solo algunos advierten que los informes de inteligencia señalan de la presencia de por lo menos una división de panzers. No fueron escuchados o simplemente consideraron que eran tanques convertidos en “chatarra” en la Batalla de Normandía. La verdad era que las divisiones de panzers de las SS: 9ª y 10ª estaban muy cerca, y aunque en reparación fueron utilizadas para hacer fracasar los sueños aliados. Y uno de los aspectos que hacen de Un puente lejano una verdadera joya cinematográfica, es mostrar una gran derrota aliada con toda su crudeza. El cine de Hollywood solo mostraba victorias de Estados Unidos (y el resto de los Aliados), muy rara vez los alemanes lograban vencer; y de hacerlo era para perder más adelante en el filme. En este caso todo es fracaso y muerte. La meta aliada de tomar los puentes sobre los diversos ríos incluyendo el fundamental de Arnhem sobre el río Rin con la sorpresa del descenso de los paracaidistas, para que luego el XXX cuerpo del Ejército Británico llegara a consolidar su control con los tanques; fue un imposible. 

Un puente lejano se puede decir que inicia una visión más realista en la cinematografía occidental, y nos muestra a los generales alemanes como exclusivamente asesinos y prepotentes. Acá son caballerosos, valoran al enemigo, ofrecen treguas, entre otros. La cantidad de buenos actores que participan es impresionante: Anthony Hopkins, Sean Connery, Michael Caine, Robert Redford, Maximilian Schell (que siempre veré como Simón Bolívar), entre otros; junto a una gran cantidad de extras y el uso de armas y tanques en una gran cantidad y si no son los reales no generan tanto escándalo para los que anhelamos una excelente reconstrucción histórico. Y no es un “película ascética” – como dice Steven Spielberg – porque es algo cruda al mostrar los heridos y muertos, sin llegar al horror de las escenas de Mel Gibson. Los paracaidistas al final no pudieron resistir o no tomaban los puentes por la rápida respuesta alemana, y el rescate de los tanques británicos no llegó nunca porque “era un puente muy lejano”. 

Sobre la historiografía es un caso de claro alejamiento de la perspectiva que dio sir Winston Churchill en su obra magna (1948-1956, La Segunda Guerra Mundial), el cual no la considera como un desastre; y cuidado si no estaría de acuerdo con la afirmación del teniente general Frederick “Boy” Browning (actor Dirk Bogarde) en el filme Un puente lejano al decir que la operación tuvo un 90% de éxito, aunque el mayor general Roy Urquhart (actor Sean Connery) le dice que a Arnhem fue con 10000 soldados y ha regresado con 2000. No conozco documental y autor de los manuales más recientes que no consideren a “Market-Garden” como un verdadero desastre.

En el caso del episodio. 3 “The replacements” de la serie de HBO: Band of brothers nuestros héroes de la “Easy Company” saltan el primer día de la operación y toman sin resistencia el pueblo Eindhoven. Al intentar avanzar a Nuenen encuentran una fuerte resistencia con panzers e infantería, por lo que deben retroceder y los protagonistas: los oficiales Dick Winter y Lewis Nixon, comentan al respecto y Winter dice: “No me gusta retirarme”, y Nixon dice lo que es la gran conclusión del desastre que fue “Market-Garden”: “Tendremos que entrar a Alemania por otro lado”. 

 

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