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May 14, 2025


Un contrato social fracturado: relatos de fraude

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“Cuando se deroga el contrato social, cuando fracasa la confianza entre un gobierno y sus ciudadanos, lo que viene a continuación es la desilusión, la falta de compromiso o cosas peores”

Joseph Stiglitz (2012)

Venezuela, otrora paradigma de democracia, de prosperidad, de receptora de migrantes, un verdadero crisol en el septentrión de la América del Sur, tierra de gracia y madre próspera, cayó de hinojos seducida por una sociedad torpe, sin pulso democrático, quienes coquetearon con la violencia establecida y abjuraron de todos los progresos que un Estado democrático y perfectible era capaz de ofrecer, cual víbora furibunda nos enroscamos en sí misma y decidimos inocular el veneno del atavismo caudillista del siglo XIX, construir a un vengador que nos destruyó hasta la herrumbre y sentó las bases de una tiranía con visos constitucionales, “la peor tiranía es aquella que se esconde tras formas legales” (Montesquieu, 2002). Esa elemental frase no la hemos entendido como sociedad, por su parte los politólogos de este expaís. Se han conformado con evaluar la desfiguración del chavismo desde un autoritarismo competitivo hacia una tiranía en todas sus formas, pero no han advertido la fractura del contrato social y de la confianza.

Los enemigos de la libertad se han mimetizado en las filas opositoras, por ello ha sido tan complicado volver a la democracia, pues la oposición es una masa informe de tartufos, comprables, de mediocres impenitentes y además de nulidades que exhiben su desconocimiento con orgullo, disfrazando su sideral ignorancia bajo formas de pragmatismo político que tampoco entienden, pues la ignorancia es en estos tiempos un galón que se lleva con orgullo, que se exhibe y se enrostra. No hay justificación para tal conducta ni en la supina ignorancia que pulula en muchos quienes ni hablar saben, y menos en la supuesta inmadurez de niños jugando a ser políticos, bebés sempiternos que se ven a sí mismos pequeños. Infantes, impúberes. ¿Qué habría sido de la Venezuela del 28, con una dirigencia de nefelibatas y sempiternos bebés? Aún nos gobernarían los descendientes de Juan Vicente Gómez, pues el argumento sería soy pequeño, hay que seguir en la lucha.

El 28 de julio de 2024 se perpetuó un golpe de Estado a la voluntad popular, “una ruptura del orden legal, para mantener a una hegemonía en el poder” (Linz, 2019). Las actas demuestran el fraude gigantesco, la manida acción desesperada de un poder electoral pútrido, quienes en el anverso de una servilleta y con el auxilio de una calculadora Casio FC-100 -la más básica de todas- armaron un fraude que en principio ni siquiera cuadraba con el 100%. En el transcurso de las horas la cabeza les dio para ajustar un cálculo, mismo que jamás se contrastaron con los desagregados de las actas, subyaciendo allí la trampa.

Fue y es tan inmoral que al día de hoy prefirieron cambiar la interfaz del CNE para no presentar los resultados por estados y menos por mesas, los desagregados los dejarían desnudos. “Pero el mal es un hongo que no permite que nada crezca” (Arendt, 2006); desde luego, demostrar probidad en el conocimiento es lo que menos les importa.

Pero angustia, lacera e indigna que sujetos que vivieron la larga noche de Gregor Samsa hayan mutado a sus reales formas de blatodeos y decidan acudir a un discurso propio de esos insectos repudiables, quienes no tienen sino un aparato masticador unido a un encéfalo mínimo y a un tubo digestivo, ese mismo que vimos en las lecciones de biología de primer año de bachillerato y que nos obligaban a realizar la separación de la diminuta cabeza de una cucaracha para ver su primitivo sistema digestivo, observando con asco y estupor cómo podían vivir sin cabeza unos minutos.

Esos mismos sujetos que viven en los desagües del dinero mal habido, quienes cosifican todo, aquellos que se venden por migajas, sostienen este sistema gansteril. Justo allí se encuentra el drama, son una oposición instrumentalizada, es más, son una escisión del régimen, este les cede miserables cuotas de poder, fingen que las páginas se pasan, que el 28 de julio no ocurrió nada y le lavan la cara a este horror lanzando candidatos que en verdad parecen sacados de la obra de Luis Costa Martínez Caciquismo, unos verdaderos Mujiquita de la obra de Gallegos, instrumentos de este, con este y para este horror.

Es justo que la desconfianza pulule, por ejemplo, en el caso de Capriles, quien en 2012 y 2013 logró aglutinar a la oposición, dejando en el proceso electoral de 2013 dudas sobre su derrota y que ese mismo candidato se haya conformado con una candidatura a diputado, este es el claro ejemplo de un contorno involutivo kafkiano.

Los demás casos de tartufos son tan insignificantes, tan banales, tan obvios en intereses crematísticos, que conferirles alguna notoriedad sería hacerles un favor, que jamás me permitiré como columnista, como académico y como ciudadano decente de este expaís.

Son vacuos en talento y virtud, pero ávidos en toda suerte de triquiñuelas. Para hacerle el juego al poder demuestran que cuando el espíritu se vacía, se rellena de cualquier cosa, de cualquier miseria que satisfaga sus intereses crematísticos, no crea el lector que me refiero a guarismos importantes en moneda estadounidense, me refiero a un vehículo iraní, a un puñado de billetes de cien dólares, que cuentan cual cucarachas en los baños de oficinas públicas, esos son los Judas de la libertad, los que nos venden y pasan de ser unos verdaderos don nadie a candidatos de la nada.

Para ser político en este expaís lo menos que se requiere es saber, se los decía a mis estudiantes de Estudios Políticos de la Universidad de Carabobo, cualquier ignaro se monta en un escabel, dice tres idioteces y listo; ahora, en esta modernidad líquida que escandalizaría al mismo Bauman, se graban un video de tres minutos balbuceando estupideces sobre la participación y sumar, para no restar, olvidando obviamente el cese de la persecución, sus compañeros presos, la diáspora, la selva, el mar de los naufragios y el terror como política de Estado.

Es muy triste que sean tan elementales, que no comprendan que esto no es política, es terror de Estado, que sus formas son la violencia y el atropello, la aniquilación de la disidencia y quienes se presten a la engañifa del 25 de mayo legitiman un fraude. La historia existe, es indeleble, esta estafa solo reafirmará el fraude de Maduro y su tiranía, ustedes son eso, marionetas del opresor, instrumentos del mal, perversiones con cédula y habilitación para la traición.

Sepan ustedes, blatodeos, que el Simón Bolívar que aún no han manoseado sus amos los chavistas, ese creó un poder moral y republicano de verdad, uno que los condenaría al oprobio y la ignominia civil, esa traza aún subyace cual vestigio en nuestro ADN y el 25 de mayo ustedes obtendrán, si y solo si sus amos lo permiten, su miseria de poder, pero jamás serán borrados de la traición y la decepción a la cual nos sometieron.

Finalmente, fueron, son y serán solamente blatodeos, tartufos, traidores, ignorantes por demás, dueños de las migajas que al final se les agotarán. Serán, pues, traidores aquí y extraños en las filas de la tiranía. De aquel lado, gobiernan las Erinias, las furias y estamos seguros de que serán el primer plato servido para el odio.

La revolución se come a sus hijos y a sus adláteres, en un juego de palabras que espero puedan entender: una cosa es comer con Calígula y otra ser comido por Calígula.

Allá ustedes, en verdad no son ni dignos de odio, de repudio, sino por el contrario, merecen conmiseración porque son la nada, el complemento del todo de la maldad, a la cual desearon seguir por el ansia que les causan las migajas que caen de las fauces de este monstruo revolucionario. Es así, se comportan como blatodeos, buscando roer, morder, contaminar todo a su paso, nadie escapa de lo que es.

 

Referencias

Arendt, H. (2006). Eichmann en Jerusalén. Madrid: Debolsillo.

Linz, J. (2019). La quiebra de la democracia. Madrid: Alianza Editores.

Montesquieu. (2002). El espíritu de las leyes. Madrid: Istmo.

Stiglitz, J. (2012). El precio de la desigualdad (El 1% de la población tiene lo que el 99% necesita). Madrid: Taurus.


X@carlosnanezr

IG@carlosnanez.

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