La inesperada emergencia sanitaria que ocasionó coronavirus, tuvo un efecto devastador en el cine. Buena parte de los estrenos programados para el año fueron aplazados o directamente cancelados, lo que incluyó lo que sería el inicio de la fase cuatro del Universo cinematográfico de Marvel. A meses de distancia, ahora los fanáticos se preguntan si es lo mejor que pudo ocurrir a la franquicia.
Luego de pelear a mano limpia con Thanos, el Capitán América interpretado por Chris Evans, se queda de pie en medio de un paisaje desolado. Se tambalea de dolor y tiene todas las de perder, con el ejército del Titán Loco a punto de atacar con toda su potencia y destruir al mundo, sin que el héroe pueda hacer demasiado para evitarlo. Pero, como ha repetido en casi diez películas “podría hacer esto el día entero”, de modo que se levanta, se ajusta los restos del escudo y se prepara a morir a manos de su archienemigo. Entonces, la voz de Sam (Anthony Mackie), dado por muerto después del chasquido mortal de Thanos, se escucha clara y firme. “A tu izquierda, Cap”.
Un año atrás, la escena hizo gritar de emoción, alegría y un rabioso entusiasmo a millones de fans alrededor del mundo. Con su aire épico, se convirtió en los primeros minutos de lo que sería la gran escena del mundo de superhéroes por excelencia. Avengers Endgame, final del Universo cinematográfico de Marvel, se convirtió en un evento de masas que llevó al cine a fanáticos de todas las edades de todas partes del mundo. De pronto, la vieja euforia que solo había despertado películas icónicas como la saga Star Wars, se repitió en una dimensión por completa nueva. El filme de los hermanos Russo se convirtió no solo en la película más vista del año, sino la más taquillera de su historia, arrasado luego — por muy poco, eso sí — el récord establecido por Avatar de James Cameron una década atrás.
A la película le siguió el éxito de taquilla de Spiderman far from Home de Jon Watts, que se convirtió de inmediato en un fenómeno que abrió las puertas para toda una multitud de posibilidades en el futuro saga. Por si eso no fuera suficiente, la película en solitario de Black Widow a cargo de Cate Shortland estaba a la vuelta de la esquina, un experimento arriesgado que sin embargo, demostraba la fortaleza de las producciones de la casa de las Ideas. Por último, el anuncio de los estrenos de varias series que ampliarían el universo marvelita en Disney Plus, dejó claro la franquicia más exitosa de la historia atravesaba su mejor y más fructífero momento. ¿Qué podía salir mal?
Una emergencia sanitaria imprevisible, por ejemplo. Y una además, que obligó a la serie de películas más rentables y populares de las últimas dos décadas, a un forzado hiatus que se extendió por un año entero. No solo se trató del aplazamiento de sus principales estrenos, sino además, del hecho que la producción de las esperadísimas series que llegarían vía streaming se detuvo sin que por meses, se anunciaran nuevas fechas de retorno al set. Y aunque algunas de las producciones han retomado su ritmo de filmación — y algunas están a punto de estrenarse como WandaVision, Falcon and the Winter Soldier y Loki — todavía hay dudas de que Black Widow pueda llegar a la pantalla grande. Eso, a pesar de los repetidos anuncios del estudio que la película será estrenada “de manera apropiada”. Pero aunque ocurra así, la gran mayoría de los proyectos en puerta, incluyendo la ambiciosa Eternals dirigida por Chloé Zhao, siguen en el nada deseable limbo de las producciones afectadas por la pandemia y así podrían continuar a lo largo de 2021.
De modo que 2020 se convirtió en el primer año desde 2009 en el que no hubo un estreno de Marvel, lo cual por supuesto, tiene su peso histórico en el cine reciente. Hasta ahora, el estudio había presentado héroes o las inmediatas secuelas de sus aventuras, al menos dos veces cada año. Eso suponía que durante buena parte de la última década, Marvel dominó las taquilla y la conversación virtual con estrenos de considerable impacto. Un fenómeno que llegó incluso a la progresiva discusión si la agresiva estrategia de expansión de la casa de las Ideas era contraproducente no sólo para el éxito futuro de su fórmula, sino incluso, para el género entero.
El obligatorio parón de 2020 logró que el análisis sobre el tema llegara a un nuevo nivel. Con el estreno de WandaVision a unos meses de distancia y la próxima película Marvel incluso más allá, el cuestionamiento acerca de la saturación del género es más pertinente que nunca. ¿Podrá Marvel retomar el ritmo? ¿Podrá incluso llegar al mismo nivel de interés que hizo de Avengers Endgame un éxito histórico? O, si lo analizamos desde otro punto de vista ¿Es necesario que Marvel siga en una estructura semejante de estrenos? ¿Qué lecciones aprendió la productora de un año sin estrenos de importancia?
De vuelta a la casilla cero
Hace poco, varios artículos comentaron que la tradición de asistir al estreno de la película Marvel del año, se había convertido en un ritual para buena parte de los consumidores de la cultura pop. A pesar de las insinuaciones que la gran cantidad de películas y contenido relacionado con el tema podría sobrecargar el mercado de material referente al tema, es evidente que el género de superhéroes generó un tipo de vínculo emocional con el público, que luego de un año de ausencia se ha hecho más notorio que nunca.
Se trata de un fenómeno relacionado con la comprensión de lo cotidiano. Después de todo, 2020 ha sido el año de la ruptura de la vida tal y como la conocíamos. La realidad de lo virtual y de la distancia social se impuso de manera contundente. Desde el acelerado proceso de abandonar oficinas y puestos de trabajo por el homework, hasta el crecimiento exponencial del consumo streaming, el hecho es que la cuarentena mundial cambio los hábitos de consumo y también, la percepción de la rutina. Y eso por supuesto, también incluyo al entretenimiento y la forma como consumimos contenido. Marvel, convertido en un gran espectáculo mundial, debió replegar sus ambiciones y comenzar a hacerse preguntas directas sobre cómo elaborar una estrategia que permitiera absorber los daños y sobre todo, analizar lo que puede a continuación en un eventual — y aun improbable — regreso al cine.
La suspensión de los estrenos de Marvel no solo se hizo eco en los foros de Internet y comunidades de fanáticos. También afectó gravemente el negocio de varias empresas de la industria del entretenimiento. Disney pasó de tener su tercer trimestre más fuerte en 2019 con el lanzamiento de Avengers: Endgame, que recaudó más de 2.800 millones de dólares, a uno de los peores sin lanzamientos notables. Desde que Disney adquirió Marvel Entertainment en 2009, la propiedad intelectual ha generado casi 30.000 millones. Eso no incluye mercadería.
La pérdida además, impacta directamente en la forma como el público mantiene — o no — su relación con el cine. No hay cifras seguras sobre cuál podría ser la asistencia a un eventual estreno de Black Widow y la noción sobre su posible fracaso en taquilla es tan cercana, como para que Disney decidiera que la fase 4 de la franquicia, comenzara en enero con WandaVision a través de la plataforma streaming de la compañía, en lugar de con la película en solitario del querido personaje y miembro antiguo de The Avengers. No es una decisión sencilla y sí bastante significativa. Que Black Widow no abra en cines el nuevo trayecto de la franquicia y en contraposición, la sustituya una serie que hasta ahora, era parte de un universo menor con personajes secundarios, indica que Marvel comprendió el impacto del año de silencio que acaba de sufrir.
Así que, una lección que aprendió Marvel — y el mundo del espectáculo — es que las tan denigradas, señaladas y parodiadas películas de superhéroes son necesarias — y casi de manera fundamental — para el mundo del cine pospandémico.
Un fenómeno complicado
Para entender el impacto de Marvel, vale la pena analizar cómo afectó a los cines la ausencia de Marvel, principal fuente de ingresos de la mayor parte de circuitos de proyección del mundo. En un momento en el que Hollywood lucha sin mucho ética contra Netflix, TikTok y Minecraft, los cines dependen de las principales películas de eventos, como un gran estreno del MCU para atraer al público de manera masiva. En 2008, las películas de la franquicia representaron alrededor de 6% de la taquilla de Estados Unidos; para 2019 era más de 15%, con Disney controlando cerca de 40% de la participación total en el mercado de taquilla de Estados Unidos.
De modo que, a pesar de la insistente discusión sobre el tema de la saturación del género de superhéroes, lo cierto es que Marvel se ha convertido en un músculo necesario para mover la industria del entretenimiento en la dirección correcta. Una nueva película Marvel en pantalla — incluso una que parece tener todas las posibilidades en contra como Black Widow — es un empujón que ahora mismo, la Industria se pregunta cuan necesario puede ser. Y la gran conclusión es de hecho, que podría ser justo lo que el mundo del entretenimiento necesita para avanzar hacia un mundo pospandémico, en el que sea necesario un poderoso aliciente para reactivar las salas y el negocio del cine tal como lo conocíamos.
En especial, luego de que Warner tomara la imprevisible decisión de equiparar las salas de cine al streaming. Una estrategia que parece sugerir que el año 2021 será tan productivo y riesgoso para las finanzas de Hollywood como lo fue 2020. No obstante, un movimiento de Marvel podría equiparar las cargas. Ya sea con el estreno de alguna de sus películas emblemáticas exclusivamente en salas o que sus series apunten a la importancia de las historias en el cine, Marvel con todo su poder de masas, es quizás la experiencia que el mundo cinematográfico necesita para reactivarse.
2021 aún es un espacio incierto para el mundo del espectáculo. Pero una cosa sí parece cierta. Lo más probable es que haya un héroe que se atreva a luchar contra un villano imprevisible teniendo todas las de perder. Y ese héroe, tambaleante pero decidido, sin duda será marvelita.