El 2025 se observa como un año crucial tanto en el nivel internacional, como en el nacional. En el primer plano se definirá si Trump no se queda en palabras y hace una reconfiguración del mundo tal como hoy se conoce, y en el nacional será decisivo para el triunfo de la democracia, si se une la derecha y presenta un frente unitario contra las pretensiones hegemónicas del socialismo del siglo XXI o si sigue con su banalidad y estulticia y deja perder para siempre el país en manos del comunismo. Intentaremos analizar estas dos perspectivas brevemente.
En el plano internacional, el más impresionante regreso de una figura política desde Churchill que es lo que representa el triunfo de Trump puede tener un significado histórico o pasar inadvertido, todo depende de la pericia de Trump en implementar su extraordinario plan de gobierno, que al ser el de la presidencia de la primera potencia mundial pues tiene repercusiones en todo el planeta.
Sería un acontecimiento histórico que logre imponer un realineamiento en torno a lo que llama “el sentido común” frente a la demencia que quiso imponer el progresismo con su dictadura de lo políticamente correcto y su ideología woke. Comenzó con buen pie en este sentido: el decreto con el que termina la política de DEI (diversidad, equidad e inclusión) con la cual la izquierda quería distorsionar la realidad biológica y social imponiendo una discriminación entre los humanos basada en darle prioridades a ciertos sectores por encima de otros, violando el principio de la igualdad entre los seres humanos, y teniendo en cuenta que esta seguía el principio gramscista de creación de conflictos culturales en sustitución de la abolida (por el progreso que el capitalismo realizó) lucha de clases económica que Marx preconizaba. Podría significar el fin de la dictadura woke en Estados Unidos, lo cual obviamente se propagaría a nivel internacional. Esto sería una tendencia crucial en la derrota de la izquierda en la guerra cultural preconizada por los posestructuralistas “a la” Laclau y el triunfo de un orden social liberal, buen comienzo en ese sentido. Por otro lado, el decreto de reconocer el sexo biológico como el único referente en identidad sexual, de nuevo pone el sentido común sobre ideas estrafalarias que buscaban distorsionar la identidad de los individuos para así destruir una de las instituciones fundamentales de la sociedad: la familia.
De suma importancia son los primeros pasos en política exterior: contrario a la monserga de que Trump venía a favorecer a Putin en su pretensión imperialista el primer mensaje fue de firmeza frente al líder ruso: hizo la amenaza que, si Putin no cedía a un acuerdo de paz, habría sanciones a ese régimen, la tradicional política trumpista de buscar un objetivo a través de transacciones. Paralelo a esta amenaza están los comentarios críticos sobre Putin y como está manejando el conflicto”. Los comentarios constituyen algunas de las críticas más importantes que Trump ha hecho al líder del Kremlin. Su enfoque en la mala gestión económica y la tolerancia del Kremlin a las horribles cifras de muertos y heridos sugiere que la Casa Blanca es consciente de que Rusia puede estar bajo cierta presión de tiempo y tiene la intención de aprovecharlo”. (https://cnnespanol.cnn.com/2025/01/21/eeuu/putin-trump-criticas-kremlin-trax )
De extrema importancia en el orden hemisférico es la reversión del horripilante decreto de Biden eliminando sanciones a la tiranía cubana y el decreto designando los carteles del narcotráfico como organizaciones terroristas que amenazan la seguridad de Estados Unidos, en este aspecto Trump no se debe quedar a medias tintas y señalar que estos carteles no son solamente los mexicanos y el Tren de Aragua, citados en el decreto, sino que lo son también las FARC, el ELN y el Cartel de los Soles, y actuar en consecuencia. Estos dos decretos señalan inequívocamente la línea dura de Trump frente a la tiranía comunista cubana (se entiende que siguen por analogía la nicaragüense y la venezolana) y el narcotráfico, lo cual augura un porvenir exitoso para el continente, y como garantía ahí están Rubio y Waltz.
En el orden económico interno Trump se inició con la firme disposición de aupar el mercado energético con decretos que implementan su lema “drill, baby, drill” y el de creación del departamento de eficiencia gubernamental, que preconiza una política liberal de reducción del Estado, muy positiva.
Todos estos primeros pasos indican un Trump más seguro y enfocado que el del primer gobierno, de seguir así se augura un gobierno exitoso.
En el plano nacional 2025 se ve como un año decisivo para la supervivencia democrática. Contrario a las apariencias veo a Petro exitoso en su política de destrucción del país: ha implementado con rigurosa exactitud el plan chavista de debilitamiento de las Fuerzas Militares, se ha apoderado del sistema social con la reforma pensional y la implementación de la estrategia Corcho de crisis en la salud, tiene el presupuesto más grande de la historia en términos reales incluso con la reducción realizada, hizo una reforma tributaria extorsionista del aparato productivo, tiene a Ecopetrol de capa caída en seguimiento de la política de decrecimiento y va vía de destrucción como lo hizo el chavismo con Pdvsa. En fin, va con buen viento de cola en su plan de instauración de la dictadura del socialismo del siglo XXI.
Los eventos del Catatumbo me ratifican en esta opinión, Petro dice que lo de Catatumbo es un fracaso de la «nación» queriendo lavarse las manos, la verdad es que el fortalecimiento del narcoterrorismo es objetivo de su gobierno, colaborador del ELN y las FARC en el objetivo de convertir Colombia en un narcoestado del socialismo del siglo XXI; esto es un fracaso de los militares, el alto mando de estos 2 años es el responsable del empoderamiento del narcoterrorismo al aceptar mansamente que Petro debilitara a las Fuerzas Militares y hacer altos el fuego unilaterales; de seguir este camino Petro logrará el empoderamiento del narcoterrorismo, lo del Catatumbo repitiéndose en múltiples regiones imponiendo su “constituyente” con la presión armada de las FARC y el ELN en estas regiones y de la Primera Línea en las ciudades. Lo que hizo con el terrorismo urbano que impuso la anarquía que lo llevó al triunfo electoral, se repetiría ahora con un proceso de “participación política” que el establishment acordó con el ELN para la “reforma del modelo político y económico”, eufemismo que significa la eliminación del sistema económico de capitalismo de libre mercado y la democracia representativa para instaurar un capitalismo de Estado y un régimen de partido único, es decir, la dictadura del socialismo del siglo XXI.
La esperanza es lo último que se pierde. Todavía la tengo de que la oposición al PetroELNismo no repetirá su fracaso de 2022, cuando por desunión y falta de estrategia permitió la llegada al poder del socialismo del siglo XXI. Creo que esta vez sí se conformará un frente único que impedirá que Petro logre su objetivo, es un dilema vital para que el país no sucumba al modelo chavista y nos veamos en pocos años en las mismas condiciones que Venezuela