¿Por que luchamos? Luchamos por la vida en libertad y progreso compartido de nuestra sociedad y hábitat. Luchamos para vivir, bajo un orden justo, y vivimos para luchar por alcanzar el sueño de reconstruir una nación latinoamericana que avance al encuentro del mundo desarrollado y democrático que hemos visto alcanzar por otros pueblos de la tierra.
“Un 30 de abril” alguien pensó que podría negociar con los regidores del oprobioso sistema de encarcelamiento que se practica en Venezuela y en regímenes del llamado “socialismo del siglo XXI”. La batalla mundial de cómo organizar la sociedad, y que se asentó esclavizando a países como Cuba y Nicaragua de nuestra América con su socialismo en constante pugnacidad con las ideas libertarias fundamentales de la época de la Ilustración, de las cuales Francisco de Miranda bebió para su inmortalidad, se fraguaron desde antes, hace cinco siglos, profesando la conveniente división de los poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, que se deben contrapesar y regular unos a otros, y deben cooperar para cumplir la función libertaria y justiciera del mismo.
Nuestra Cátedra Internacional por la Libertad “Francisco de Miranda” nació desde el exilio, para estar siempre al servicio del sueño de construcción de una Venezuela libre y de los venezolanos, tal como fue y debe seguir siendo el lema que aquel gran partido Acción Democrática expresó con insuperable acierto, para ser esgrimido hacia todos nuestros conciudadanos venezolanos y como identidad planetaria que abrazaría por cuatro décadas esa aspiración en permanente movimiento.
Una triste porción de la autodenominada oposición política, que se dice adeca, como por ejemplo el que una vez fuera gobernador del estado de Monagas durante la democracia, Luis Eduardo Martínez, usando en su discurso la figura histórica e incólume de Leonardo Ruiz Pineda fue a “pedir perdón” ante Jorge Rodríguez y su usurpadora y espuria Asamblea Nacional del narcorrégimen, pues ante un tema de tortura y gravísima falla judicial del país entonces en manos adecas y en persecución del caso de secuestro de William Niehous, el padre de este fue asesinado. No dijo nada de que los funcionarios fueron enjuiciados y castigados entonces conforme a las leyes. No dijo nada de que en plena dictadura actual el capitán Rafael Ramón Acosta Arévalo fue vilmente torturado en pleno sistema del socialismo del siglo XXI, después de ser capturado el 21 de junio de 2019, gracias a las inconsistencias e imprudencias de los que se dicen “negociadores de pactos con criminales”.
La designación realizada de veinte magistrados con participación de esos “diputados adecos» como Luis Eduardo Martinez, desde una Asamblea Nacional ilegítima, conformada desde prácticas dictatoriales por tal conjunto de mafiosos que hoy dirigen el narcoestado venezolano, no podrán apagar la llama que existe en el corazón del pueblo venezolano, que sabe que el momento de la libertad llegará, y la justicia con ella.
Auténticos momentos de transformación geopolítica mundial están ocurriendo ahora. Estamos ante un cambio de época, de lucha frente a sociópatas como Putin, en la que los pueblos alrededor del globo van buscando su acomodo para poder vivir con oportunidades de progreso y en libertad.
Las contradicciones que son aprovechadas por las conspiraciones criminales que se trajean con engañosas promesas políticas de redención de la pobreza para así, mediante la financiación desde el mundo de la drogas y las legitimaciones de capitales, cometer sus delitos de lesa humanidad y lograr el dominio de las naciones.
Sea en Latinoamérica, Europa del Este, África o en cualquier lugar de la tierra, los pensamientos fundacionales de una sociedad de iguales ante la Ley, de la separación efectiva de los poderes con autonomía funcional del Poder Judicial y las conciencias avanzadas de las organizaciones de la sociedad mundial: del conocimiento, de las religiones que predican el amor al prójimo como a sí mismo, de las fraternidades entre iguales que predican y practican el amor a un Ser Supremo del Universo junto a la creación de la vida para el amor, la justicia y la paz es el camino, y no un camino más de rendición y traición. Viva Ucrania libre. Viva Latinoamérica libre.¡Qué vivan la libertad y la justicia, en cualquier rincón del mundo!
[email protected]/ @gonzalezdelcas
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