Debido a la persistente desidia de la usurpación de adquirir las vacunas necesarias para inmunizar a los venezolanos y minimizar el impacto del covid-19 en nuestro país; cada día más ciudadanos –con los medios para ello– optan por hacer «turismo de vacunas».
Y ¿qué quiere decir esto? Muchos venezolanos toman un avión y se van para Estados Unidos, o cruzan la frontera hacia Colombia con la esperanza de recibir las vacunas que aquí se les niega.
Quienes controlan Miraflores están jugando con este tema. Primero niegan la entrada al país de las vacunas canalizadas a través del sistema Covax (ONU) y luego tratan de politizar el proceso; y, es más que evidente, que las dosis que han llegado se han utilizado bajo un esquema político para presionar a los sectores populares y para premiar a sus «fieles».
Además, ese mismo poder de facto no permite que la empresa privada (laboratorios, clínicas y otros centros de salud) adquieran las vacunas para ser comercializadas entre los sectores del país que sí puedan comprarlas de forma particular y directa.
Entonces, ante la negativa del Estado de comprar un número importante de vacunas para cubrir a un sector considerable de la población y ante la negativa de permitir que los privados las traigan a través de sus propios medios y recursos, a los venezolanos no les queda más remedio que buscar –ellos mismos– soluciones.
Es por tal razón que han nacido dos «negocios» en medio de la pandemia; el primero es el «turismo de vacunas» y el segundo es el «bachaqueo tipo covid», es decir, la venta clandestina de la inoculación.
En el caso del «turismo de vacunas», como ya comentamos, es la acción desesperada de muchos venezolanos que salen corriendo a cualquier otro lado que les garantice la vacunación para ellos y su familia. Lo que pone en evidencia la negligencia de los usurpadores venezolanos ante la preocupación y la acción de otros gobiernos (por cierto, no socialistas) que sí han avanzado en los procesos de protección de sus ciudadanos, por ejemplo, el gobierno de Chile.
Y el «bachaqueo tipo covid» se refiere a la acción inescrupulosa de algunos sectores que juegan con la salud de los ciudadanos, al conseguir –sabrá Dios a través de qué medios– las vacunas y luego las venden de forma ruin y a precios groseros.
Ahora bien, si los usurpadores hubieran aceptado el envío de las vacunas que eran auspiciadas por el mecanismo Covax, otro gallo cantaría, pues ya se hubiese activado un proceso de vacunación nacional más completo y más amplio.
Sin embargo, más pudo su sectarismo y su egoísmo, pues bien se pudo acordar el envío de cualquier vacuna, si no se quería la AstraZeneca, como por ejemplo la de Pfizer o la misma Sputnik V.
Lo cierto es que la irresponsabilidad de los usurpadores no tiene límite y su accionar es cada vez más reprochable y condenable; debido a esto, y a tantas cosas más, es imperioso para Venezuela un gobierno diferente y unos líderes responsables y serios.