El caraqueño Néstor González del Castillo Heinemann nació en 1920. En una Venezuela gomecista cuando el petróleo comenzaba a ser principal fuente de ingresos de este país. Más temprano que él nació la llamada “Generación del 28”; un conjunto de valerosos venezolanos que señalarían el rumbo de la lucha democrática “por una Venezuela libre y de los venezolanos”.
Desde 1996 Néstor González del Castillo ya no nos acompaña físicamente. Sus tres hermanos varones y una hermana igualmente partieron hacia “otras galaxias”. El tiempo, inexorable, transcurrirá y alcanzará el término de nuestras vidas, de cuantos hubimos de nacer en algún lugar del mundo, en algún instante. Ello nos debería aleccionar sobre la importancia de hacer siempre de las cosas muy importantes nuestra causa diaria. Hacer del amor a la vida, a nuestras familias, a nuestros semejantes, y a la verdad y justicia cotidianas, el legado para las generaciones por venir.
Desde hace prácticamente un año se inició en el exilio un conflicto dentro del que es, y debe seguir siendo, nuestro máximo tribunal de justicia de Venezuela. Grandes esfuerzos se han dirigido desde nuestra diáspora para darle soporte a su labor. Todo por el rescate de la libertad y la democracia en nuestro país.
Hoy podemos dar gracias de la responsable respuesta que un conjunto de magistrados de nuestro TSJ está dando, ante el inocultable clamor de unión que exige nuestra sociedad civil. Por ello se han convocado así mismos para mañana domingo 11 de octubre a una asamblea plenaria, a objeto de tratar y resolver el asunto de la elección de su junta directiva.
No es un secreto para nadie que en la problemática de unión de los actores que luchamos por el restablecimiento de la libertad y la democracia en Venezuela subyace un sustrato de diferencias. No solo de visiones en cómo dirigir la lucha, sino también de diferencias en valores y principios que deberían regir nuestro comportamiento. Sin embargo, las realidades humanas comportan la necesidad de llegar a acuerdos entre aquellos que representan esperanza de acabar con un enemigo común, y mal mayor. Ello, según se ha demostrado históricamente, permite ascender a mejores niveles de desarrollo humano, y es menester entenderlo ante cualquier disquisición de creerse portador de la verdad absoluta, o tener la propiedad de la perfección, dentro de nuestra sociedad terrenal.
El enemigo se fortalece con la fallas de nuestras direcciones y decisiones erráticas. Esta aseveración nos conduce, indefectiblemente, a una rectificación muy importante e inmediata en nuestras filas. La vida y la muerte no esperan. ¡Es aquí y es ahora necesario sobrevivir, reorganizar, amar y luchar hasta vencer! Cada uno de los componentes, muy importantes y muy urgentes en nuestra lucha, partidos, instituciones, movimientos sociales, deben avanzar decididamente hacia la cohesión y coherencia. Es imperativo detener el exterminio al que se nos está sometiendo como sociedad pensante. ¡Nosotros podemos reunificarnos! ¡Y debemos hacerlo ahora!
Nuestro TSJ Legítimo en el exilio debe y puede, desde la reflexión de las mentes, sentimientos e intuiciones de cada uno de nuestros magistrados, decidir atender la responsabilidad histórica y decisión individual de sumarse a la convocatoria y tarea de robustecer este fundamental poder del Estado. Ello puede iniciarse a partir de este llamado a reunión de mañana domingo 11 de octubre, sin más demoras.
Lo más importante de este momento no es quién resulte presidente o miembro de la directiva en cuestión. Lo más importante es la reunificación inmediata como cuerpo colegiado de la máxima instancia institucional de justicia para Venezuela. Lo más importante es quién sepa sumarse ahora, y no restarse, a un llamado inaplazable de reunificación frente a la tiranía; la cual fija su agenda de aniquilamiento de la Asamblea Nacional, y nuevo fraude a la Constitución para el 6 de diciembre.
Como parte de las iniciativas que la sociedad civil venezolana ha emprendido a lo largo de su desarrollo histórico, la fundación de nuestra organización Venezuela Siglo XXI la realizamos en honor y memoria del legado de Néstor González del Castillo Heinemann: empresario, educador, poeta e historiador venezolano. En ese sentido, uno de nuestros más recientes aportes ha sido la creación en los Estados Unidos de América de la Cátedra Internacional por la Libertad Francisco de Miranda. Con soporte inicial de la Digital Library y de la Venezuelan Student Alliance de la Florida International University, donde tuvimos el honor de ser profesor e investigador invitado, iniciamos un nuevo esfuerzo de entrega y amor por Venezuela
Al cumplirse en este año un siglo del nacimiento de nuestro padre, Néstor González del Castillo Heinemann (1920-2020), su ejemplo nos sigue inspirando diariamente para saber sumar lo correcto y saber restar lo incorrecto, pues gracias a los valores y principios que nos legaron nuestros mayores en nuestra tierra de gracia, hemos tenido el privilegio de nacer en una familia venezolana con valores y principios ¡en nuestra amada Venezuela!
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