OPINIÓN

Trump, sus mentiras, su xenofobia y algo más

por Oswaldo Muñoz Oswaldo Muñoz

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Estados Unidos realiza este noviembre 5 unas elecciones que de seguro tendrán una incidencia no solo en el país, sino en el mundo, pues resultaría sumamente grave y peligroso que Trump resulte ganador de esos comicios.
Trump es poseedor de varias condiciones o «virtudes» nefastas y una de ellas es su adicción a mentir de manera consecutiva, al extremo que muy pocas veces utiliza en sus comentarios o declaraciones el uso de la verdad, lo que para cualquier ciudadano es sumamente grave mentir. Trump ha llevado la mentira a un nivel de inescrupulosidad alarmante. Traidor absoluto de las grandes certezas de la humanidad. Su escenario dialéctico es la mentira, y si no somos capaces de evitar su llegada a la Casa Blanca, el engaño se convertirá en una categoría suprema, en una Enmienda de la Constitución, es decir, su derecho al engaño sería un hábito social.

Imaginemos cuando ese ejercicio lo practica quien ejerce la presidencia de un país de la importancia como Estados Unidos, no es casualidad que el Washington Post haya contabilizado 15.413 mentiras con un promedio de 14,6 mentiras por día durante sus 4 años de presidencia.

Esto es sin sumarle las que haya dicho desde que dejó el poder, comenzando porque le «robaron las elecciones», que su gobierno ha sido el mejor de toda la historia (desmentido contundentemente en un artículo del periodista Andrés Oppenheimer) y decir que los inmigrantes comemos animales y además que Venezuela es más segura que muchas ciudades de Estados Unidos.

Como si esto fuera poco para tener argumentos para no ser elegido como nuevo presidente, se suma su mensaje y su posición antiinmigrante que amenaza no solo deportar a millones de inmigrantes sino incluso de tener la facultad para acabar y/ o eliminar programas que benefician directamente a los hispanos. A todo esto habría que agregarle su vínculo con dictadores gobernantes con los cuales se identifica de manera plena y absoluta, lo cual lo confirma funcionarios que tuvieron una altísima responsabilidad durante su gobierno incluyendo su jefe de Seguridad Nacional y su vicepresidente.

No es casualidad que 40 de los 44 secretarios que tuvo durante su gestión, hoy lo adversan y nos alertan de lo grave que pudiera significar para el país y para el mundo un nuevo gobierno de Trump.

Mención especial merece la comunidad venezolana, o mejor dicho, buena parte de ella, que está como hipnotizada por este personaje que no solo nos mintió de manera permanente sobre lo que haría en relación con Venezuela, sino que además no fue capaz ni de aprobar un TPS o el programa del Parol, y que lo ejecutó casi de manera inmediata la administración del presidente Biden.

Entonces uno termina por preguntar por qué ese apoyo. Actúa más parecido a un fanático religioso, que se asemeja a una secta, que a cualquier otra cosa. De nosotros depende entregar el país a un embustero, xenófobo, con cero vocación democrática y sí mucho de dictador, que promueve el odio y la división, pero además ha dicho que vendría por la revancha a cobrarle a sus enemigos políticos incluso utilizando el ejército de ser necesario.

Por esto y muchas cosas más, como dice la cancion, mi voto fue por Kamala Harris.


Oswaldo Muñoz es director de El Venezolano