OPINIÓN

Trump quería apoderarse de nuestro petróleo

por Adolfo P. Salgueiro Adolfo P. Salgueiro

Hace apenas unos días el presidente Trump, en un acto de su campaña  electoral para regresar a la Casa Blanca, comentó que en su momento, cuando vio a Venezuela prácticamente colapsada, contempló la posibilidad de una acción militar que en definitiva resultara en tomar control de nuestro petróleo en forma gratuita. De paso comentó que el petróleo venezolano era “basura” por su baja calidad.

Como es sabido, Mr. Trump ―que no es santo de nuestra devoción― se percibe como bastante poco apegado a la verdad y además reconocido por su inclinación a exagerar, uno pudo pensar que no se trataba sino de una bravuconada más de su ya numeroso repertorio.

Sin embargo, en estos mismos días acaba de aparecer el libro La habitación  en que ocurrió,  cuyo autor es John Bolton, antiguo asesor de Seguridad y Defensa en tiempos de Trump, quien en forma independiente relata que en efecto en esos días hubo distintas conversaciones en las que se consideró la opción militar para deponer a Maduro.

El 23 de enero de 2019 este columnista, y otros compatriotas, recibimos invitación  para concurrir a un encuentro con Trump en el predio de la Florida International University de Miami. En esa ocasión, sea por intercesión de la Providencia o por  error del protocolo, tuvimos la oportunidad de quedar situados a menos de tres o cuatro metros, detrás del presidente y su esposa Melania. Fue en ese discurso cuando Trump afirmó que “todas las opciones están sobre la mesa”, lo cual hacía suponer que la solución militar también lo estaba.

El pasado martes 13 de junio, horas después de haber recibido en Miami la imputación federal por los delitos de haber retenido documentos clasificados de alta confidencialidad y haberlos llevado a su casa indebidamente después de haber dejado la presidencia, Trump pronunció otro discurso ante sus partidarios en  un acto de desagravio en Nueva Jersey en el cual volvió a repetir el cuento.

Todo ello no hubiera pasado de la condición anecdótica de no ser que coincidió con la aparición simultánea de La habitación donde ocurrió. En ese libro el autor  ―hoy peleado con Trump― revela y da detalles acerca de aquellas conversaciones, por lo que se puede confirmar que el episodio es verdadero. Como es de suponer, ello ha dado lugar a agrias controversias entre quienes se quedaron con los crespos hechos esperando la invasión, lamentando que no se hubiera concretado, y los que se indignaron por la visión imperial e inaceptable que tal asunto revelaba.

Este servidor no fue entonces ni es ahora partidario de una solución de fuerza impuesta desde afuera, más teniendo en cuenta que en nuestra región, con cada intervención militar norteamericana, lo que terminó ocurriendo es que la opción comunista o comunistoide fue la que terminó imponiéndose en el corto o mediano plazo (Cuba, República Dominicana, Grenada, Haití, Nicaragua, Panamá,  y pare usted de contar).

Sin embargo, hemos podido comprobar que al menos en el área del sur del estado  de Florida la opinión predominante es la que favorecía el escenario militar. Ello también es señal de que el exilio contribuye a moldear sentimientos

Al momento de tomar posición respecto de estos episodios no debe dejarse de lado el hecho de que Trump compite por ganar una elección presidencial en Estados Unidos, donde reside su base electoral, no en Venezuela cuyos ciudadanos no votan en las elecciones norteamericanas. En consecuencia, sin dejar de criticar ese tipo de “bullying” tan propio del personaje, es conveniente verlo en su justa perspectiva; pero, eso sí, sin olvidar los episodios históricos que en su momento tuvieron lugar.

@apsalgueiro1