En Venezuela la dramática situación de crisis continúa profundizándose, induciendo la consecuente inestabilidad política, económica, social y laboral, e influida por el colapso de los servicios públicos. Se ha llamado sin éxito a la unidad opositora, la ciudadanía observa cautelosamente y sorna los movimientos de quienes desean una salida negociada que algunos actores están usando interesadamente métodos ya trajinados e inútiles, desinformando a los venezolanos cuya aspiración es el deseo de un cambio rápido de régimen.

Todos sabemos que la salida negociada sugerida no tendrá resultado, que obedece a las directrices de preservar el poder y a los intereses de países alineados con un modelo antioccidental que, incluso, continúan manejando el planteamiento electoral fraudulento, lo cual conducirá a otra estrategia fallida y engañosa al considerar las debilidades del aparato electoral

El rescate de la democracia es el norte para reconstruir a Venezuela a través de una acción planeada y basada en la exigencia popular para desarrollar una acción inteligente para el rescate de la institucionalidad, entre ellas se arremete contra las pocas instituciones formales de la educación y a escondidas se preparan programas para cambiar leyes, reglamentos y se emiten decretos, de esa manera facilitan sus propósitos de legitimación, pero también, para apoderarse de una vez de la educación con la clara intención de ideologizar a sus componentes para sus propios intereses, incluyendo a la educación universitaria, fuente crítica de sus desafueros e ilegalidades. Las instituciones universitarias se debaten en silencio frente a la agonía de remuneraciones vergonzosas, paralización de sus actividades y decadencia de sus estructuras las cuales han sido destruidas sistemáticamente, dejando a las universidades como espacios vacíos dirigidas por autoridades en la mayoría de las universidades cuyos periodos vencieron hace ya mucho tiempo.

Es evidente la grave situación que tiene la educación en Venezuela y muy especialmente la educación superior, independientemente de la cuestionada calidad e ineficiencia del sector donde se destaca la pérdida de su misión y objetivos; para su recuperación no solo se requieren recursos extraordinarios, sino un gran esfuerzo de voluntad para su reconstrucción la cual difícilmente se acometerá, no solo por esa falta de disposición de quienes deberían mantenerlas, sino  de la resolución de obstáculos financieros, organizacionales, de liderazgo, y de gerencia.

A esta problemática ahora se suma la ya advertida intervención oculta o disimulada de la universidad por parte del régimen, que decidió tomarlas mediante un plan de conversión destinado a reforzar sus esquemas socialistas limitando su autonomía, ejecutando un plan de reconstrucción unilateral y financiero cada vez más restringido orientado solo a mantener una nómina cuyos montos son los más pequeños del mundo y por lo tanto, ha sometido a la comunidad universitaria al humillante efecto de sus ridículos salarios, convirtiendo a docentes, investigadores y prestadores de servicios en personas sin  recursos suficientes para mantener siguiera un nivel de vida modesto.

Pretenden construir a través de un sistema educativo ideológicamente leal a sus objetivos para lo cual, eligen de manera forzaba a potenciales estudiantes a carreras profesionales cuyo contenido es totalmente deficiente, apoyada en una educación fanatizada sustentada en diseños curriculares definidos por decreto, sin objetivos claros y no acordes al desarrollo de las verdaderas necesidades del país, de la ciencia, tecnología e investigación.

El régimen provoca abiertamente la intervención directa, eliminando por decreto con una reglamentación sin discusión en el Consejo Nacional de Universidades, cambian unilateralmente la permisología, establecen y cambian profesiones y las convierten en otras con una acción vinculada al supuesto proceso productivo socialista. Cambian la orientación, objetivos y valores de la universidad por decreto creando nuevas instituciones, e igualmente centralizan el proceso de selección Ante las circunstancias enunciadas y de muchas otras, la comunidad universitaria debe prepararse ante la creciente, potencial perdido de autonomía, y de libertad académica mediante el control omnímodo del régimen con su franco diseño de provocar la pérdida de la democracia y libertad.

Es el momento de actuar poderosamente a la intervención del sistema educativo, para lo cual es necesario accionar buscando el apoyo gremial, privilegiando un tema más general para defender la educación, e ir más allá de resolver el asunto salarial y de la seguridad social, lógicamente actuando con la vinculación y apoyo del sector estudiantil y, de esta manera, contribuir a defender la educación, su universidad y consecuencialmente su futuro. Se hace evidente movilizar esa poderosa fuerza de cambio, que permita entrar en sinergia con una representación adecuada de la sociedad civil a objeto de planear y lograr motivar a la población venezolana para el rescate de la educación antes de caer apabullados por los intereses y pretensiones del régimen,

Algunos dirigentes de universidades se alinean con el sector oficial con la excusa apoyada en una normativa emitida ilegalmente por el régimen mediante reglamentos que cambian las reglas, violando no solo la Ley de Universidades, sino incluso, la Constitución Nacional. Es necesario llevar a cabo una agenda que enfrente los planes del régimen de destrucción de la educación universitaria y su aspiración de sustituirla por otra, formulando un conjunto de objetivos generales en defensa de la educación, entre otros:

-Promover la celebración de elecciones universitarias en las universidades nacionales, y experimentales; -Oponerse a la eliminación por decreto de las profesiones y cambiarlos por otras que tienen objetivos discordantes con la demanda profesional.; -Evitar que la educación en pleno se ideologice en función de intereses de una planificación marxista.;-Defender la libertad de cátedra y la realista interpretación de la autonomía universitaria; -Rescatar el espíritu rector de la universidad y, de la investigación como elementos claves del desarrollo.; -Enfrentar como lo ha hecho históricamente la universidad a los procesos de intervención.

Es necesaria la creación de un frente universitario representativo, integrado por los más relevantes académicos, profesores y estudiantes que tiene la universidad y apoyados en una estrategia de defensa del sistema universitario que debe ser compartida con su comunidad, en unión con lo más representativo de la sociedad  civil  integrada por un conjunto de personalidades con todas las exigencias de moralidad y competencia que oriente la búsqueda compatible con los deseos de disponer de una educación de calidad, en libertad y democracia, factores que exige la mayor parte de la ciudadanía. Por supuesto, esa fuerza vital, debe potenciarse con las academias, los gremios profesionales y sindicatos de trabajadores.

Es necesario que se estructure una programación realista y se logre establecer un vínculo adecuado con sus pares de la sociedad civil dentro del marco de algunas prioridades sugeridas: -Salir al paso de la actitud poco ética de autoridades estimuladas por el régimen e iniciativas aisladas sin sentido integral más allá del individualismo, -propiciar un encuentro con los líderes más representativos de la sociedad civil a fin de resistir las presiones intervencionistas del régimen; -constituir un grupo multidisciplinario de profesionales para estudiar, analizar, autoevaluar y evidenciar las características de un plan estratégico con su debate natural,  consensos, diferencias y una eficaz metodología de acción para luego presentar un trabajo que pueda ser tomado en cuenta por todos y cada uno de los proponentes, hasta llegar a un solo “Plan universitario, educativo y del  país”.

El sistema educativo en general deberá organizarse para enfrentar decididamente la defensa de la educación frente a un régimen que tiene el poder y la fuerza ideologizada, de la cual hará gala apoyada en su fanatismo con la intención de mantenerse por largo tiempo en el poder y el modelo político que nos ha sumido en una profunda crisis.


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