Nicolás Maduro en su plan de “huir hacia adelante” se inventó un cambio de Constitución con el único objetivo de hacerse un nuevo marco legal como un “traje a su medida”.
Una nueva Constitución que le dé validez a sus deseos frenéticos de continuar en el ejercicio del poder, empobreciendo y tiranizando al venezolano y destruyendo al país.
Una nueva carta magna con la cual él pueda amparar sus atrocidades y seguir perpetuando un régimen soez y generador de miseria.
Un marco jurídico que de seguro va a violar, como ha violado todas las leyes y normas que ellos mismos se han dignado a crear, pues sus niveles de barbaridad siempre sobrepasan sus propios límites.
Quieren crear una Constitución que, tal vez, fabrique la presidencia vitalicia o le dé a Maduro la potestad de heredar el poder.
Sin duda, una nueva acción desmedida de un truhan que no se cansa de hacerle daño a Venezuela.
Una carta constitucional que en verdad sería un encubrimiento seudo-legal a las heridas que él mismo ha propinado a la Constitución de la República y que él mismo no se cansa de pisotear y romper.
Lo cierto es que, haga lo que haga el ocupante de Miraflores, todo, completamente todo, carece de legitimidad. Pues, él es un usurpador del poder ejecutivo y los diputados de la Asamblea Nacional espuria también carecen de legalidad para crear una Constitución nueva.
Además, Venezuela no necesita – en este momento – una nueva Constitución, lo que nos urge es el reconocimiento de los reales resultados presidenciales del pasado 28 de julio y que el presidente electo de la república, Edmundo González Urrutia se haga cargo de la Jefatura del Estado.
Lo que necesitamos es que Maduro reconozca que perdió; admita que el país no lo quiere y haga sus maletas y salga del Palacio de Miraflores y deje que los verdaderos designados por el pueblo se hagan cargo del país.
Ahora bien, Maduro y sus cómplices pueden inventarse lo que quieran.
Constituciones, elecciones, normas, leyes; lo cierto es que están de salida, lo cierto es que perdieron las elecciones y próximamente van a perder el poder.
Esto lo deben tener claro, pues, aquí se viene un cambio liderado por María Corina Machado y protagonizado, desde el Palacio de Miraflores, por Edmundo González.
Así de sencillo.
Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.