Atravesando una de las mayores crisis políticas, sociales, económicas y sanitarias que ha vivido el país en su historia, el venezolano ha conseguido, en las comunidades de base, en el liderazgo civil organizado y en el trabajo de la sociedad civil, una inédita fuerza que ha puesto al servicio de todos, los mejores talentos para la búsqueda de soluciones a los problemas que vivimos.
Una disposición de trabajo por los demás que ha tenido en las ONG sus mejores aliados, un compromiso que crece, se hace orgánico y se imbrica con una conciencia cívica que lucha por ser el protagonista de su propia biografía, un modo de entender lo público, dentro de los principios de la solidaridad, el libre emprendimiento y la democracia.
Estos valores y formas de organización de base, que son el gran reservorio de los principios democráticos que hay en Venezuela, están nuevamente bajo amenaza.
Muchas de estas organizaciones han sido objeto de ataques del régimen, llegando a su punto culminante con la publicación de una Providencia Administrativa que pone a las organizaciones no gubernamentales bajo un sistema de vigilancia y control inconstitucional, obligando a revelar información sobre su trabajo y beneficiarios, una providencia que expone a estas organizaciones a procesos judiciales arbitrarios, desde una lógica perversa y paranoica según la cual las ONG son sospechosas de financiar el terrorismo y colaborar con la delincuencia organizada.
Se trata de ONG, fundaciones, asociaciones civiles y actores de la sociedad civil que, acompañando a las comunidades organizadas, han expuesto su nombre, trayectoria, seguridad y libertad personal en un esfuerzo por apoyar y empoderar a las víctimas de violaciones de derechos humanos y de la crisis económica.
Este salvaje retroceso que se pretende hacer sobre las libertades civiles en Venezuela afectará en el corto plazo el trabajo de miles de ONG, profesionales, lideres y fundaciones, y no se compagina con el esfuerzo que hacen los organismos multilaterales para hacer llegar al país la ayuda humanitaria en el marco de un proceso transparente, neutral y con independencia administrativa.
Desde Alimenta la Solidaridad y Caracas Mi Convive seguiremos apoyando sin miedo el trabajo que se hacen en las comunidades, poniendo al servicio de todos nuestra experiencia y profesionalismo. Un compromiso por el servicio que nos obliga a denunciar el peligro al que están expuestos los profesionales que han dedicado su vida a servir a los demás.
No nos callaremos frente a las amenazas contra las libertades civiles que nos acechan, estamos convencidos de que la atención a la crisis humanitaria tiene que venir acompañada de la recuperación del Estado de Derecho y las libertades políticas en país.
Seguiremos luchando por trabajar en libertad, seguiremos trabajando para vivir en libertad.
www.robertopatino.com