OPINIÓN

Totalitarismo o democracia

por Carlos E. Aguilera Carlos E. Aguilera

«Siempre es grande, siempre es noble conspirar contra la tiranía, contra la usurpación y contra una guerra desoladora e inicua». SIMÓN BOLÍVAR

Totalitarismo es el término por el que se conoce a las ideologías, movimientos y regímenes políticos donde el Estado ejerce en la sociedad un poder «total» sin divisiones, donde no hay libertad o es muy limitada.

El totalitarismo es la doctrina que desarrollan algunos regímenes políticos «ergo» Venezuela, en los que el Estado concentra todos los poderes en un partido único y controla coactivamente las relaciones sociales bajo una sola ideología oficial.

Se dice que un Estado democrático totalitario, maximiza su control sobre las vidas de sus ciudadanos utilizando el doble fundamento de la voluntad general (es decir, el «bien público») y el gobierno de la mayoría.

El totalitarismo es un sistema de gobierno y una práctica política cuyo principio fundamental es el ejercicio absoluto y sin restricciones del poder en una nación, que restringe severamente las libertades individuales y construye un modelo de sociedad implacable y coercitiva.

En pocas palabras, el totalitarismo es una forma específica de dictadura. Puede entenderse como un método de organización del Estado, en el cual se administran de manera rigurosa sus cuatro componentes (territorio, población, justicia y poderes públicos).

En este contexto, no existe oposición posible y absolutamente todo se somete a los designios del partido gobernante. Obviamente es incompatible con cualquier forma de democracia, por cuanto pone al Estado mismo por encima de todo, haciendo de él un fin en sí mismo.

La primera vez que se empleó el término “totalitarismo”, no fue en el mismo sentido en que lo usamos hoy.  Así llamó a su doctrina fascista el dictador italiano Benito Mussolini (1883-1945). El vocablo totalitarismo tiene sus orígenes en el siglo XX, Mussolini se refería a su gobierno como totalitario, todo el poder para el Estado, fuera del estado nada, eran sus propias palabras.

En Venezuela quienes dan las órdenes bajo el signo del totalitarismo tienen rasgos psicopáticos pronunciados, pero el miedo en los venezolanos se transformó en una gigantesca fuerza libertaria, producto del gran sacudón espiritual y la elevación del grado de conciencia, y ya muchas personas han despertado, ante la cadena de males que afecta a toda la nación, entre otras, la terrible situación económica que ha despertado la imperecedera voluntad y fe de recuperar su libertad en democracia, razón por la que votarán masivamente el 28 de julio, para derrotar de una vez por todas al totalitarismo.

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