OPINIÓN

Tomando las mejores decisiones

por Arminda García Arminda García

En muchas oportunidades nos hemos encontrado con la disyuntiva de tener que decidir sobre algunas situaciones específicas que requieren nuestra dedicación y atención. Aunque exigen un análisis personal cuidadoso y nos causan incertidumbre, es propicio enfrentarlas porque si no tomamos las decisiones oportunas no podremos avanzar. Sin embargo, es bueno recordar que de igual forma debemos asumir las consecuencias que puedan ocasionar, por eso muchas veces nos hacen sentir cierto temor.

Al tomar nuestras decisiones es importante, además, ser muy consecuentes y apegarnos a ellas, aunque el camino por el cual nos lleve sea difícil y nos demande cierto esfuerzo en el trayecto. Otros no pueden saber con certeza cuáles son las decisiones más acertadas para nosotros, por eso se trata de un asunto personal, es decir, significa asumir nuestra propia responsabilidad. Sin embargo, hay que intentar saber no solo cuál es la más acertada, si no que además debemos tomar en cuenta cuáles nos permitirán seguir la vía más fácil para no desmotivarnos.

Es importante recordar que una decisión consiste en definir o determinar una resolución con respecto a algo, mediante el proceso de análisis de las distintas alternativas existentes. Esta situación la podemos presentar en cualquier nivel o ámbito de nuestra vida, bien sea desde el punto de vista personal, profesional, familiar o emocional, con el propósito de plantearnos las distintas soluciones, según sea el caso.

Así mismo, se deben tomar en cuenta diversos factores que entran en juego, así como, nuestra habilidad para analizar e inferir la mejor opción, y de esta forma, seleccionar la respuesta más factible. Igualmente, es propicio indagar y obtener mayor dominio de la situación que se desea solucionar, para así, a través de un análisis pertinente, conocerla mejor y tener una idea más clara sobre qué podemos hacer.

Especialmente, cuando se trata de asuntos más significativos, es relevante sopesar de forma más detallada y minuciosa, colocando en una balanza las consecuencias que puedan ocasionar. Sin duda, a lo largo de nuestra vida nos ha tocado realizar diferentes acciones que nos han exigido tomar decisiones a diario, lo cual nos hace que muchas veces lo hagamos de manera rutinaria.

Por último, cabe destacar la importancia de fomentar la seguridad en sí mismos, ya que nos puede ayudar a pulir nuestra capacidad para tomar las decisiones más acertadas. Esto nos permite potenciar nuestra determinación, confianza en nosotros, tener claro nuestros gustos y necesidades, así como contar con la autoconfianza suficiente para creer en nuestras propias convicciones.