El galáctico introdujo la condición distópica del país, ya no son los sueños e ideales utópicos los que jalonan el presente y futuro. Fue más bien el responsable de subvertir el orden, introduciendo en la lógica de la burocracia el hecho de fuerza, el autoritarismo. Así fue que en este país dejó de formularse el presupuesto. Las leyes se convirtieron en papel muerto.
Venezuela fue tomada por las mafias hace 25 años. Acaba de caer en desgracia, aparentemente, uno de los capos y fueron descabezados sus primeros, segundos y terceros, pero él continua, aunque colocado un poco de lado, en plena relación con la mafia, jugando su papel. Los mafiosos siempre estarán dispuestos, por las circunstancias a realinearse, pero los une la necesidad de contar con un refugio-país seguro, que los proteja de las consecuencias de sus crímenes.
Entiéndase que la mafia sólo opera al margen de la ley. En Venezuela la mafia es el Estado, no es que el mismo está infiltrado por algunos mafiosos. Lo transformaron en plataforma para la legitimación de capitales ilícitos y, por tanto, no está en función del bien común.
Sabemos que las mafias no se organizan para perder el poder, que jamás entregarán voluntariamente. No hay institucionalidad autónoma a la mafia, más bien lo primero que hicieron fue secuestrar a las instituciones y las vaciaron de contenido republicano.
No podemos pecar de ingenuos y creer, por ejemplo, que se pueden conseguir condiciones ante un órgano cooptado como el CNE: uno de los tentáculos de la mafia. Si tal fuere el caso, que no lo es, le quedan a la mafia los otros órganos-tentáculos del sistema pervertido en plena actuación: TSJ, Fiscalía, Contraloría y Poder Ciudadano, para salvaguardar los protervos intereses de la mafia, y revertir cualquier resultado en su contra que haya sido producto de unas condiciones al final restringidas a ser meramente señuelos.
Los partidos del G4 tuvieron sus oportunidades, las perdieron y no hicieron nada efectivo a favor del ciudadano. No podemos incluir, como quieren algunos de ellos, a uno de los tentáculos del sistema que nos oprime: el CNE, en las primarias.
Estamos en un momento definitorio y de desafío ante el ecosistema criminal. Estamos ante la posibilidad de desplegar y poner en acción “la potencia instituyente de la sociedad”. Con conciencia cada día se va adueñando del proceso de las primarias para renovar a la dirección política. Ahora bien, la nueva dirección conformada por el liderazgo del coraje tendrá la enorme responsabilidad, con nuestro apoyo, de lograr el cambio político. Este es el desafío de hoy.
¡Libertad para Javier Tarazona y Emilio Negrín! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!