Hay un dicho –no sé si estadounidense o inglés– que reza: “Nunca pongas todos tus huevos en la misma cesta”, porque poner todos los huevos en una cesta sería arriesgarse a perderlos todos en caso de que esa cesta se cayera. Hay quienes han sido aún más explícitos: “Si tuviera una cierta cantidad de huevos, sería más seguro poner esos huevos en diferentes cestas y no ponerlos todos en una cesta”, por la misma razón. Sin embargo, hay un dicho que anula los anteriores: “Si decides poner todos tus huevos en la misma cesta, cuida de tu cesta”.
Hay momentos en la vida cuando hay que poner todos los huevos en la misma cesta. Y por supuesto y con más razón, hay que cuidar de ella. El presidente Guaidó decidió poner todos los huevos en la cesta de la negociación y no solo lo entiendo, sino que lo apoyo.
Les escribe alguien que siempre ha votado. La única vez que no lo he hecho fue en las últimas elecciones. En esta oportunidad tengo fuertes razones para querer votar, porque conozco y confío en Roberto Picón Herrera. A Enrique Márquez no lo conozco, pero las referencias que tengo de él son buenas. Entonces se preguntarán ustedes que por qué con este preámbulo no pienso que las elecciones sean la prioridad, pero sí la negociación. Me explico:
Uno de los temas que se van a discutir en la mesa que se abre en México esta semana es, justamente, el de las elecciones libres y transparentes. Sabemos, por otra parte, que los chavistas se están sentando a negociar porque, de alguna manera, están cercados por las sanciones y me atrevo a asegurar que es solo por las sanciones personales, no las que afectan al país. Si ellos ya saben que la oposición va a participar en las regionales, no se verían obligados a negociar las elecciones, porque ya saben que, pase lo que pase, se van a dar. ¿No sería mejor, pregunto yo, estar preparados para participar siempre y cuando las negociaciones den un resultado satisfactorio para todos? ¿Por qué ofrecer anticipadamente la participación? ¿No es eso darle respiración boca a boca –una vez más– a un régimen agónico? Porque si se están sentando a negociar es porque están débiles. El fuerte nunca negocia, sino que impone.
La unidad de toda la oposición, algo que ha sido tan elusivo y difícil básicamente por los personalismos, debería ser nuestro factor aglutinador. El mismo Guaidó lo dijo la semana pasada: “En lo que a mí se refiere, no solamente soy militante de la unidad porque creo en la inclusión, en la incorporación de todos los sectores, sino porque creo que hoy es una necesidad para toda Venezuela”. Y les guste o no les guste, Guaidó sigue siendo el representante de Venezuela para las democracias más sólidas del mundo. Y sí, la unidad es imprescindible y me cuesta entender lo difícil que ha sido lograrla, porque todos dicen que la quieren… pero solo si se da alrededor de ellos.
Las negociaciones en este momento deberían ser laprioridad y que de su resultado dependan las decisiones a posteriori. Imaginemos por un momento que a alguien le hacen trampa en un juego de cartas. Logra, luego de n diligencias, que un juez acepte oír su caso. Sin embargo –y contradictoriamente- les avisa a quienes lo embaucaron –y al juez– que él va a volver a jugar con los tramposos después de que el juez decida sobre su caso, sin saber ni siquiera cuál será esa decisión. ¡Esa actitud incluso puede cambiar la decisión del juez! Si se va a sentar a jugar de nuevo es porque o no le hicieron trampa, o la trampa no fue tan grande como decía.
En fin… A mi modo de ver, éste es el momento de poner todos nuestros huevos en la cesta de la negociación y cuidar de ella. Y dependiendo del resultado, decidir si participamos o no en las elecciones. ¿Es acaso tan difícil de entender?
@cjaimesb
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