OPINIÓN

¿Todos contra Guaidó?

por Gustavo Tovar-Arroyo Gustavo Tovar-Arroyo

Sin otra opción

Estamos cansados…, desesperados…, hartos…, la esperanza se desvanece y se escurre entre nuestras manos, nos agobia una angustia que paraliza, sentimos que todo está perdido, que el liderazgo está extraviado, que lo que cesa no es la usurpación sino nuestro ánimo, pero sin embargo hay que seguir, no tenemos otra opción.

Por más difícil que parezca, hay que seguir, hacerlo desde cualquier vía: la crítica, el activismo, el insulto, la organización, la fuerza.

Pero seguir.

 La intensa necesidad de ser libre

El error de Noruega y de su exótico sucedáneo, Barbados, ha colapsado gradualmente nuestra convicción, debilitó fatalmente aquella certeza que teníamos de que nos libraríamos al fin de la miseria chavista. A su modo este nuevo diálogo fue un intento de suicidio, otro más.

Pero no estamos muertos, estamos vivos, maltrechos pero vivos. Un error no puede ni podrá suicidar la intensa necesidad del venezolano de recuperar la libertad.

No ha podido el chavismo, no podrá nadie.

Errar, errar y errar

La fatalidad de dialogar con los narcotraficantes que han secuestrado a Venezuela es testaruda, persiste en errar y errar, y aunque sepamos que el errar es de humanos y los venezolanos lo somos demasiado (humanos errantes), a estas alturas el seguir errando tan descabelladamente nos desanima y agobia.

Ese sentimiento de frustración no es casual, es un país que lleva años padeciendo la peor tragedia de su historia y anhela con fervor salir de ella. Hablamos –gritamos– con la herida abierta.

No más errores, no más diálogos inútiles. No más.

El chavismo, nuestro verdadero enemigo

Pero la frustración no puede conducirnos a la ceguera. Debemos ser críticos, sí, porque la crítica cuando es consciente nos permite rectificar, pero conducirnos ciegamente en este complejo momento histórico nos hará fracasar. No estamos muertos, insisto, estamos heridos pero no muertos.

El enemigo es el chavismo, eso es fundamental tenerlo en cuenta. Nuestros políticos han errado, todos lo hemos hecho, pero el enemigo es el chavismo.

Hay que ir con toda bravura contra ellos.

¿Todos contra Guaidó?

Entiendo las molestias, las frustraciones, las iras, todas ellas las comparto, pero no puede ser que uno ataque a Castro, Chávez, Maduro, Cabello, Rodríguez o a cualquier piltrafa chavista, quienes son los verdaderos culpables de nuestra ruina y la respuesta de muchos sea inculpar al presidente Guaidó. No, no puede ser.

No solo porque no es así, sino porque hacerlo nos desenfoca y distrae. Seamos críticos, pero no abonemos oscuridad a nuestro ya de por sí bastante oscuro trance liberador.

No habrá más remedio que luchar juntos.

 ¿Quién nos detiene?

El liderazgo político, por su parte, también y muy especialmente tendrá que rectificar el rumbo del fracaso que se ha trazado. No hay otra manera de salir del chavismo que luchar contra él en todos los terrenos, no hay otra manera para lograr la libertad que la rebelión popular total.

Distraernos de ello significará más frustración, decepción e ira, distraernos sería un suicidio. Para alcanzar el apoyo popular y la confianza en la lucha final debemos recuperar la Operación Libertad. Basta de distracciones. ¿Quién nos detiene?

Solo nosotros mismos…