Cuando un poder desmesurado llega a su fin no se desploma de una sola vez, no. Cuando el poder desmedido llega a su final, se empieza a resquebrajar y a caerse los pedazos lentamente.
Y justamente eso es lo que le está pasando al poder de Nicolás Maduro y al socialismo venezolano, luego de 25 años de usufructo del poder en el país.
Es decir, el poder del socialismo está llegando a su fin. Y ¿por qué lo aseguro? Pues, ya estamos viendo los signos de su quiebre total dentro como fuera de las fronteras nacionales.
La decisión de Lula da Silva, presidente del Brasil, de no acompañar la política radical de Maduro de evitar que Corina Yoris se inscribiera como candidata presidencial es un claro indicio de que la cosa no anda bien para Maduro.
Sus mismos “camaradas” le están dando la espalda. Y no solo es el caso del jefe del Estado de Brasil, sino que su compinche colombiano, Gustavo Petro, también se lo sacudió y repudió lo sucedido en el Consejo Nacional Electoral.
Lo propio hizo el veterano dirigente de izquierda, el uruguayo José “Pepe” Mujica, quien también arremetió contra Maduro y su empeño de llevar una elección presidencial sin ninguna condición democrática, ni respeto a los derechos de la disidencia política.
Idéntica posición ha asumido el mandatario de Chile, Gabriel Boric, quien le exigió públicamente a Maduro que las elecciones que se desarrollarán este año en Venezuela «cumplan con todas las garantías para todos los sectores políticos en Venezuela».
Además de los pronunciamientos negativos de sus amigos, también vale resaltar el silencio de otras voces como por ejemplo Daniel Ortega de Nicaragua o Miguel Díaz-Canel de Cuba. En pocas palabras, nadie quiere verse salpicado por los errores de cálculo de Nicolás Maduro.
Aunado con el descalabro del socialismo venezolano entre sus aliados internacionales; también resalta el desequilibrio total de sus fuerzas internas, pues cada día es más evidente que los socialistas son una minoría.
Y, más allá de ser una minoría evidente pasaron de ser “una minoría organizada y monolítica” a “una minoría cuarteada” por los intereses de todas sus facciones que miran con miedo su futuro en la política nacional.
Es decir, el muñeco del socialismo se derrumba por todos lados; en el aspecto económico ya todos saben que las licencias dadas por la Casa Blanca se vencen en estos días, con lo cual Maduro vuelve a perder la petrochequera; lo que también afecta la estabilidad de su administración.
En lo económico están mal, en la política doméstica están minimizados, en la política internacional cada vez están más solos. En pocas palabras, estamos viendo los idus de marzo en abril de un sistema decadente.
Todo indica que más temprano que tarde vendrá el colapso del socialismo, y un colapso producido por su propio agotamiento y errores, y por la lucha de resistencia cívica encabezada por la “Dama de Hierro”, María Corina Machado.
Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.