OPINIÓN

¿Todo está bien?

por Antonio Ledezma Antonio Ledezma

Provea: Maduro solo garantiza al país miseria y pobreza

En Venezuela están ocurriendo las cosas más inverosímiles que uno se pueda imaginar. Vemos, por ejemplo, cómo en los hospitales la gente se muere de cualquier enfermedad, no estamos hablando de los ataques severos de la pandemia que nos ocupa ahora, como la COVID-19, no, me refiero a cualquier diarrea que ataque a un niño que deja de existir en medio del asombro y del dolor de sus progenitores, o una subida de tensión que se lleva por delante la existencia de uno de nuestros abuelos venezolanos. Mientras esa tragedia se desarrolla, en cualquier centro de salud del país, se nos presenta la otra cara que se pretende vender como la faz de un país normal que tiene como rostro a un gobernador del régimen, muy sonriente, mientras juega con la ruleta rusa que funciona en uno de los casinos que se inauguran en esta etapa de la revolución chavomadurista. En esas escenas están representadas “las dos Venezuela”: una, es la Venezuela de la opulencia que disfrutan las élites que se han enriquecido a costa del martirio de los que están arrinconados en los extremos de la pobreza de la otra Venezuela.

Mientras los cables noticiosos dan cuenta de que “madre e hija, ambas de nacionalidad venezolana, fallecieron en un accidente de tránsito mientras viajaban como pasajeras en un autobús con ruta de Barranquilla a Maicao, en Colombia”, los grupos que tienen recursos millonarios salen de los restaurantes de la urbanización Las Mercedes, que se abren para atenderlos, para abordar sus Ferraris y ponerse en marcha hacia el Hotel Humboldt ubicado en la cima del Ávila caraqueño. Desde luego que después de degustar esos manjares deliciosos y posteriormente escalar a la cúspide de nuestro cerro capitalino para hacer unas apuestas en las mesas de juego del casino que allí funciona, lo menos que pueden decir es que “en Venezuela todo está de maravilla”. Por supuesto que no es la misma opinión de esos millones de venezolanos que deambulan por cualquier parte del mundo en forma de diáspora, que ya supera la cifra de más de 6 millones de seres humanos.

Como parte de esa diáspora que deambula por cualquier parte de Europa, África, Medio Oriente o de América, hay miles de jóvenes músicos que se formaron en el sistema de orquestas infantiles auspiciado en los gobiernos de Carlos Andrés Pérez, bajo la batuta del maestro José Antonio Abreu, mientras que adentro de Venezuela sobreviven, a duras penas, 12.000 músicos que tocaron la Marcha eslava, del compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky, en el Patio de Honor de la Academia Militar para registrar la marca como la orquesta más grande del mundo el 13 de noviembre. Por supuesto que nos sentimos orgullosos de esos miles de muchachos que nos reconcilian con la esperanza, pero no me digan ¡por favor! que esa distinción sirve para eclipsar las penurias que padecen esos niños al lado de sus respectivos padres y demás familiares en esos pueblos desolados en los que no tienen agua potable, ni luz eléctrica o sus escuelas están destartaladas.

¡Qué las navidades van a ser muy felices para los trabajadores venezolanos porque se inauguró un centro de exquisiteces muy lujoso frente al mercado de Chacao! Eso no lo puede creer nadie sensato que escuche lo que declaró este fin de semana a los medios de comunicación el líder sindical Mauro Zambrano, confirmando que «los aguinaldos de los trabajadores de la salud fueron una burla, aproximadamente 27 bolívares, algunos recibieron 24 bolívares, algo muy por debajo de lo que se esperaba. Eso lleva a que cada día seamos menos en nuestro sector».

En conclusión, la realidad es que esos espejismos no pueden cegarnos ni confundirnos para ver brillo en donde solo hay oscuridad. Que nadie se engañe ni mucho menos se crea en capacidad de engatusar a los demás en un país en el que no se vive con paz, por más que inauguren centros comerciales para vender adornos navideños que están muy lejos del presupuesto de ese 94,4% de la población que se ve estrechado en las franjas de la pobreza en las que la orilla este régimen malvado. La lucha tiene que seguir siendo firme para librarnos de esas mafias que han arruinado a Venezuela y que tenemos que hacerlo consciente del sacrificio que ese desafío implica.

@alcaldeledezma