OPINIÓN

Todo a cambio de nada

por Humberto González Briceño Humberto González Briceño

No importa cuánto se empeñe la falsa oposición en presentarlo como un logro, el acuerdo alcanzado entre la MUD y el chavismo es una derrota y una traición a los venezolanos. La percepción general se conjuga con la realidad para presentar un deplorable resultado donde, una vez más, el régimen chavista se queda con todo y el pueblo venezolano con nada. No es la primera vez que pasa. Es lo que siempre ha ocurrido en todas las negociaciones a las cuales la falsa oposición asiste con el chavismo para seguir convalidando al régimen y sus prácticas criminales y corruptas a cambio de concesiones pingües sin repercusión histórica alguna.

El veterano policía Iván Simonovis caracterizó la situación con una claridad indiscutible: «A cambio de nada los “negociadores” otorgaron al régimen: tiempo, licencias y recursos». Y es que admitiendo la necesidad real que tiene el régimen chavista de acceder a esos recursos para asegurar su propio sostenimiento hay otro activo quizás aún más importante y valioso que el dinero: el tiempo. Se trata del tiempo perdido por los venezolanos en los esquemas fracasados de la falsa oposición y ganado por el chavismo para continuar atornillados al poder mientras observan cómo en el mundo los gobiernos cambian alterando la configuración de la situación y las alianzas internacionales.

Desde los primeros años que el régimen enfrentó importantes presiones dentro y fuera de Venezuela las mesas de negociaciones y los diálogos han sido el recurso más socorrido del chavismo para la maniobra política. Con promesas siempre incumplidas de transparencia y apertura, sazonadas con prebendas burocráticas y dinerarias para una falsa oposición postrada, el chavismo ha sobrevivido más de 2 décadas de negociación en negociación.  Y eso difícilmente cambiará mientras ese sea el tipo de oposición con la cual tenga que entenderse.

El señalamiento de Simonovis hace énfasis precisamente en el tiempo que nuevamente gana el chavismo y que en nuestra opinión es tan esencial que equivale al todo en ese tipo de negociación.  Y la valoración cobra particular importancia cuando, según lo indicado por Iván Simonovis, el proceso para liberar los 3.000 millones de dólares por el Departamento del Tesoro norteamericano podría tomar hasta 8 meses. Ya para entonces estaremos en la nueva etapa de normalidad entre el chavismo y la falsa oposición con la bendición de los Estados Unidos donde esos 3.000 millones de dólares vendrían como un oportuno obsequio para un régimen que no dudará en usar esos recursos para aplacar el creciente descontento en sus propias fuerzas militares.

Los falsos opositores que acuden a esas negociaciones en nombre de sus propios intereses mezquinos no han podido siquiera anotar en una servilleta el tema de las condiciones electorales. Nadie puede dudar que la falsa oposición ya está resignada y entregada a participar en la farsa electoral del chavismo bien sea en 2023 o 2024. Da lo mismo porque el Consejo Electoral chavista proclamará ganador a Nicolás Maduro ante las comedidas y tímidas protestas de los siempre obedientes falsos opositores.

El descaro del chavismo es de dimensiones colosales cuando el propio Nicolás Maduro para celebrar los logros de México vuelve a elevar el tono para dejar claro que en Venezuela solo habrá elecciones justas y transparentes si al régimen se le entregan todos los activos congelados, con sus intereses devengados y además el control de Citgo. De lo contrario no habrá tales elecciones justas y transparentes. ¿Es tan difícil inferir que las elecciones que se fraguan no serán más que otro fraude electoral perpetrado por el chavismo con la anuencia de la sumisa y postrada falsa oposición?

Los acuerdos firmados en México entre el chavismo y la falsa oposición solo favorecen al régimen chavista y es un despropósito tratar de justificarlos como un logro para beneficiar a los venezolanos. Es evidente que el chavismo gana tiempo y recursos. La falsa oposición recibe a cambio promesas de concesiones burocráticas e incentivos monetarios para que haga bien su papel. Venezuela sigue y seguirá perdiendo mientras las decisiones fundamentales sigan en manos de estos negociadores profesionales de la politiquería.

@humbertotweets