OPINIÓN

¡Todavía estamos de pie!

por Corina Yoris-Villasana Corina Yoris-Villasana

Hablar de boxeo suele ser un tema más común entre el público masculino, aun cuando desde hace ya un tiempo se ha incluido el boxeo femenino. No voy a describir en qué consiste el boxeo, sino que doy por sentado que el lector está al tanto de las modalidades y reglas, además de conocer algunos nombres legendarios de este deporte.

Entre esas leyendas boxísticas están Muhammad Ali (Cassius Marcellus Clay, Jr, 1942 – 2016) y Joe Frazier (Joseph William Frazier, 1944 – 2011), protagonistas de una famosa rivalidad sobre quién era el genuino «Campeón Mundial de los Pesos Completos».

Trazaré unas breves pinceladas sobre estos dos boxeadores, con el propósito de contextualizar el artículo. Muhammad Ali se resistió a pelear en la guerra de Vietnam, declarándose «objetor de conciencia», y también pasó a integrarse en la organización religiosa la «Nación del Islam». Fue condenado a cinco años de cárcel y despojado de sus títulos y su licencia. Por supuesto, sus decisiones fueron objeto de muchas críticas, sin embargo, adquirió gran relieve por sus luchas sociales a favor de los afroamericanos y, principalmente, por su extraordinaria carrera boxística.  Ya al final de su vida deportiva se podía apreciar el gran deterioro físico que sufría y debió retirarse debido a que padecía la enfermedad de Parkinson. Obtuvo la Medalla Presidencial de la Libertad; ingresó al Salón Internacional de la Fama del Boxeo; recibió el título de «Rey del Boxeo» por parte del Consejo Mundial de Boxeo; y «Deportista del Siglo XX» por Sports Illustrated y la BBC.

Por su parte, Joe Frazier fue catalogado por la International Boxing Research Organization entre los diez mejores pesos pesados de la historia del boxeo. Asimismo, su nombre está en el Salón Internacional de la Fama del Boxeo y en el Salón Mundial de la Fama del Boxeo.

Ambos pugilistas protagonizaron varios combates, entre ellos, la llamada «Pelea del siglo», 1971; la segunda pelea fue en 1974, y, la tercera, objeto de este artículo, en 1975, llamada «The Thrilla in Manila», conocida también como «Suspense en Manila».

Tuvo lugar en el famoso Coliseo Araneta en Ciudad Quezón, Filipinas, el 1 de octubre de 1975. Fue promovida de manera nunca vista por los medios de comunicación. Por su parte, Ali, haciendo gala de su tradicional manera irreverente e insultante de tratar a sus contrincantes, vociferaba «It’s gonna be a thrilla, and a chilla, and a killa, when I get the Gorilla in Manila».

Suele reseñarse como una de las más rudas en la historia del boxeo, y, como dato estadístico, los cronistas citan que intercambiaron un promedio de 450 puñetazos. Ali le descargó a Frazier diversas combinaciones de golpes y danzaba a su alrededor. Frazier no caía y en los rounds del medio logró castigar fuertemente a Ali. Este trató de recobrarse usando rabiosas combinaciones, importunando a Frazier, e incluso usó la técnica Rope-a-dope, estrategias que suele asociarse con la manera de boxear de Ali, que consiste en ponerse en una situación de perdedor con el objetivo de ser el vencedor al final. Esa táctica le había permitido vencer a George Foreman el año anterior. En el asalto número trece, Ali le hizo saltar el protector bucal a Frazier y este quedó con la mandíbula seriamente dañada.

En los últimos rounds, Ali regresó a su esquina agotado, mermadas sus fuerzas y le dijo al entrenador, el legendario Ángelo Dundee: «No puedo más, tira la toalla». Dundee lo serenó y le pidió «sal un round más». Alí salió, peleó, golpeó y fue golpeado. Volvió a la esquina y se repitió otra vez la escena, y al sentarse en la silla, exclamó «tira la toalla, estoy muerto, abandono». Dundee lo calmó una vez más, se le acercó al oído y le dijo: «Tan solo te voy a pedir un favor, al sonar la campana, sal, caminas al centro del ring y te paras, solo eso». Alí, haciendo un esfuerzo sobrehumano, complugo a Dundee y caminó al centro del ring y… sorpresa, ¡Joe Frazier no salió, tiró la toalla!

Quiero enfatizar que mi narración es una versión basada en las distintas reseñas de esta pelea que pueden encontrarse en Internet o en literatura relacionada con el boxeo.

Los segundos de la impaciente expectativa del público ante el resultado cuando Ali salió al ring dan origen al título de la pelea, «Suspense en Manila». Ansiedad por el resultado. Muhammad Ali quedó Campeón Mundial de los Pesos Completos.

En las entrevistas que le hicieron a Ali después de la pelea, se citan siempre estas palabras: «Fue lo más cercano que he estado jamás de morir (…) Joe Frazier, lo diré al mundo ahora mismo, sacaste lo mejor de mí, eres un hombre increíble, que Dios te bendiga».

¿Qué lección puede derivarse de este suspense? La vida siempre nos dará golpes muy duros. Palizas que nos arrancan el aliento; ataques inmisericordes; sin embargo, el secreto del éxito es tener la voluntad y la capacidad de levantarnos, de caminar al centro del ring y mantenernos erguidos.

Así, Venezuela ha recibido una dura golpiza, tiene los pómulos inflamados, pero ¡todavía está de pie!

@yorisvillasana