OPINIÓN

Tierra de Gracia: Delcy y Aldama

por Carlos Pérez-Ariza Carlos Pérez-Ariza

El ruedo político español está en llamas. Víctor de Aldama, hasta hace poco socio íntimo del PSOE y su gobierno, ha dado un mordisco mortal al ‘puto amo’ y sus ministros principales. Aldama ha denunciado en sede judicial cómo funcionaba la organización mafiosa, regida por Pedro Sánchez. Aldama ha actuado como comisionista y organizador de los oscuros negocios entre el gobierno de España y la narcodictadura de Venezuela

Foto: Vozpópuli

 

Víctor de Aldama ha ayudado al régimen bolivariano a sortear las sanciones económicas internacionales. Ha conducido la correa de transmisión de los negocios fraudulentos entre las tenebrosas mazmorras venezolanas y el gobierno del PSOE, desde Zapatero hasta Sánchez. Al contrastar su larga declaración con la investigación de la UCO, y haberse inculpado, parece que ha dicho la verdad señalando a la cúpula socialista como sus socios. Tal acto se precipitó al ser amenazado de muerte dentro de la cárcel. El juez ha ordenado su libertad ipso facto.

Su recorrido tiene aún recovecos oscuros. La película de Aldama está en el primer acto. Falta un largo desarrollo y su desenlace. Con las primeras escenas valdría para que Sánchez y su tinglado cayeran. Los implicados se defienden acusando a su socio Aldama de mentiroso. Éste les replica que pondrá pruebas sobre sus palabras. Entonces comenzará el segundo acto. Estamos ante un relato de novela negra donde todo parece lo que es.

Aldama asegura que él medió en la visita oficial, aunque secreta, de Delcy Rodríguez en enero de 2020. La prueba es que hay una carta de invitación firmada por el entonces ministro Ábalos. Afirma que el gobierno le preparó un alojamiento privado en una casa segura de El Viso, Madrid y estaba prevista una cena con ella y Sánchez acompañado de su cúpula ministerial. Allí, se quería limar asperezas por el enfado del régimen de Maduro con Sánchez al haber reconocido como presidente encargado de Venezuela a Juan Guaidó. Según Maduro era inadmisible que las buenas relaciones entre ambos gobiernos, construidas por Zapatero, se hubieran roto. Había que restaurarlas. A eso vino Delcy, que tenía prohibición judicial europea para pisar el espacio Schengen.

Aldama ha sobrevolado por todos los casos, que se instruyen en varios tribunales: Delcygate, Koldo y sus negocios para adquirir mascarillas a través de la empresa ‘Soluciones de gestión’, Globalia y Air Europa, la trama de los hidrocarburos. La prensa molesta a Sánchez publicando, desde 2020, lo que dicen fuentes judiciales y policiales sobre esta macro causa. Aldama afirma haber manejado los hilos entre los principales personajes del gobierno español y venezolano; de su cercanía con Sánchez, que le conocía y agradecía su labor; de los manejos de su esposa, Begoña; de los dineros para Air Europa; fue el organizador de la visita furtiva de Delcy y sus maletas; del grande negociado de las mascarillas de la pandemia. El rescate de Plus Ultra, una aerolínea cercana al chavismo, a la que Sánchez donó 53 millones de euros en 2021, dando la justificación de que era una empresa estratégica. Aldama ha sido el contable del dinero, del oro venezolano, de la compra de petróleo/gas bolivariano. Nada se le escapó.

Aldama ha sido el gran contacto entre el narcoestado venezolano y el del progresista Sánchez. Aldama, el pagador a los implicados, para que abrieran puertas y contactos. Como los contables de la mafia americana cantaron, éste ha sido un barítono de clara afinación. Esta mafia, operando desde ambas orillas del Atlántico, ha tejido un fraude de alto vuelo, que su comisionista ha traicionado, exponiendo al ‘puto amo’ a una investigación judicial. Finalmente, ha señalado ante el juez que él financió al PSOE con dinero en efectivo. Este culebrón sanchista-madurista continuará.


Carlos Pérez-Ariza es doctor en Periodismo por la Universidad de Málaga.