Gane quien gane la presidencia en Estados Unidos, la gran prensa aumentó su pérdida de credibilidad y las encuestadoras siguen arruinando su negocio. Mientras esta historia termina por resolverse, repasemos el panorama del patio trasero de la Casa Blanca, convertido ahora en avanzada de sus rivales.
Vieja historia
La estrategia que busca desestabilizar la región, es más de lo mismo. En los 60´s del siglo pasado, el comunismo puro y duro, desde Cuba y con el concurso de Rusia y China, entrenaron, motivaron, equiparon y dirigieron guerrillas en países pobres y periféricos, animando las guerras de la posguerra en casi todos los países de Latinoamérica. Lo llamaron Guerra Fría. La intentona fracasó, no sin dejar una estela de muerte y destrucción. La reacción de varios gobiernos terminó en dictaduras; Venezuela, conjuró la insurrección, combinando acción militar con negociación y en Colombia, élites políticas tradicionales prolongaron esa viciosa guerra durante medio siglo. Finalmente, los narcoterroristas farianos “entregaron las armas”, según los burócratas de la ONU, pero lograron un éxito político maquinado en Cuba por el secretario del partido comunista de España. Hoy, las narcofarc combinan descaradamente la retórica congresional con la lucha armada “marquetaliana”, en un peligroso anacronismo binacional.
La revuelta sigue siendo motivada por el comunismo, ahora con otros nombres (“el gran triunfo del demonio en nuestros días es que el mundo crea que no existe” escribió Vallejo-Nágera). El objetivo es el mismo de los sesenta: someter nuestra muy rica región al socialismo parasitario cubano y, de contera, al moderno imperialismo chino. Pero hay nuevos elementos que pueden darle un giro inesperado al asunto. Citaré solamente cuatro importantes.
Nuevo cuento
Uno. Acorde con la realidad de un 80% de moradores urbanitas, la revuelta hoy es básicamente citadina. Hasta el empoderado indigenismo es protagonista urbano. La Guerra Popular Prolongada de Mao y el minimanual del guerrillero urbano de Marighela, ahora aplicados por Black Bloc, Antifa, BLM, “capuchos” y células transnacionales, adquieren novedosas complejidades en las calles.
Dos. La tecnología. Redes sociales, plataformas de mensajerías instantáneas, deep web, 5G, IA, modelan la sedición actual. Oír al eln trasmitiendo desde una emisora móvil en la frontera (en FM 95.5) y ver los capos de las farc exhibiendo fusiles de asalto y radios handy en medio de la selva, se me antoja románticamente vintage.
Tres. La decisiva presencia del narcotráfico. De hecho, el crimen organizado transnacional se mueve tras bambalinas en toda esta intentona, envileciendo a sus dirigentes y bases, convirtiéndolos en criminales, así haya jueces y magistrados mamertos que los ennoblezcan y jóvenes, “Cretinos digitales”, como los llama Desmurget, que les crean.
Un cuarto e inesperado elemento, es el covid-19, que está trastocando patrones económicos y sociales y promete variar algunas dinámicas políticas. Si bien las guerrillas sesenteras operaron en las ciudades, se vincularon con redes de ilicitud y usaron medios de comunicación modernos, faltaba más, ninguna actuó en medio de una pandemia como esta.
En Chile, la lucha empieza justo ahora después que la violencia callejera arrinconó al Presidente, hasta obligarlo a plantear una nueva constitución. Hay que sacar a Piñera y “El secreto es no soltar la calle”, dice una militante. En Perú, el narcoeln merodea por Loreto y Sendero asesinó un capitán y un soldado e hirió a cuatro más en el VRAEM. Y Vizcarra enfrenta un segundo juicio político. En Ecuador, un nuevo llamamiento indigenista a tomarse las calles de Quito está en proceso y se insiste en sacar a Moreno. En Colombia, algo sucedió y la minga indígena que se tomó a Bogotá y quería juzgar a Duque, inesperadamente se replegó a sus resguardos, en donde florecen las mayores plantaciones de coca del mundo. Los mismos embaucadores de siempre, pendejos botónicos, anuncian un nuevo paro, mientras jueces prohíben a la policía usar gases lacrimógenos y una gran inconformidad ciudadana en contra de los desafueros callejeros, toma fuerza. ¿Qué dirán en Washington de esta turbulencia en sus fronteras?
Como dice algún adagio chino, estamos viviendo “tiempos interesantes”
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional