OPINIÓN

Tiempo agitado

por Emilio de Diego García Emilio de Diego García

Foto RAÚL

Pasa el acontecer con tal rapidez que, paradójicamente, apenas existe. Sucede tanto que el suceso individualizado se diluye en ocurrencia. Se agota en sí mismo de inmediato. Necesitamos mantener algún punto de observación que permita apreciar su significado. El 19 de junio empezaba en Andalucía, según se viene repitiendo, un cambio de ciclo político. Pedro Sánchez, actor global, convertido en Mario Cavaradossi, empezaba a enfrentarse al adiós a la vida. Trata de resistir, desde entonces, con todo, cueste lo que cueste. Un hilo conductor recorre este proceso, con el doble objetivo de asumir lo que pueda parecer positivo y descargar en otros, cualquier responsabilidad.

En el itinerario hasta «el desenlace final», una serie de hitos marcan su devenir hacia el otoño del 2023. Algunos ya han pasado, como la «suprema» reunión de una OTAN «en triunfo» que ofrece señales preocupantes apenas dos semanas después. ¿Ucrania? Cada vez sabemos menos. Putin, una de las causas de todos los males. Europa camina a trompicones, el Reino Unido, Italia, … también Estados Unidos con profundas divisiones que desde aquí apreciamos poco. Y ¿España? peor.

El espectáculo «joco-serio», más de lo primero que de lo segundo, denominado debate del estado de la nación, con minúsculas, así lo demuestra. Menos del 9 por 100 de los españoles han prestado alguna atención a ese festejo. El presidente del gobierno, implementó un derroche de populismo rancio, culminado con la evocación solapada de Robin Hood o mejor aún de El Pernales. Así nos enteramos que robar a los ricos para dárselo a los pobres es la esencia del progresismo; incluso si se hace al revés por equivocación. Todo se arregla cuando, esquilmados ya trabajadores y «clases medias», se anuncia que los grandes empresarios, nefasta especie de poderes oscuros, pagarán como deben. No se rían, ¡por favor! Como lema estratégico y táctica a seguir, una propuesta de alcance tan motivador, como vacía de contenido: ¡VAMOS A POR TODAS! Imaginen la cara de sorpresa de sus seguidores después de las victorias consecutivas en Madrid, Castilla-León, Andalucía, … etc. ante tan brillante «teórica». La mayoría se quedaría con ganas de preguntar: ¿cómo? Tranquilos. La propaganda supera todo.

La maniobra consiste en culpabilizar a los otros; el mismo empeño puesto siempre para desinformar y manipular. Por ejemplo, el homenaje a las víctimas del terrorismo (27-6-22), en un Congreso vacío, donde sonaron a hueco las palabras dignidad, verdad, libertad, confianza. Más aún el 10-7-22 en Ermua, donde el señor Sánchez aprovechó para lanzar su mensaje de la España plurinacional. Felipe VI escuchó atónito tales sandeces, díganse con aparente solemnidad o sin ella. El rey manifestó el único sentimiento que sacudió el alma de la mayoría de los españoles, hace veinticinco años y ahora: «el espíritu de Ermua nos recuerda, cada día, el valor de la paz, de la vida, de la libertad y de la democracia».

Su Majestad representa la contrafigura del presidente de su gobierno, dedicado este a fomentar la división y la confrontación entre los españoles, con aberraciones como la Ley de Memoria Democrática. La obsesión contra el Valle de los Caídos. Su claudicación permanente ante Bildu, ERC, y demás compañeros de viaje. La definitiva y completa reconquista del Pazo de Meirás, cuya antigua dueña, no la familia del dictador sino Doña Emilia Pardo Bazán, debería sentirse especialmente satisfecha. ¡Al fin! el gobierno ha recuperado la propiedad del viejo palacio, que los descendientes de la escritora no pudieron mantener como herencia; entre otras causas, por haber sido asesinados su hijo y su nieto por milicianos del Frente Popular, en el Madrid de agosto de 1936.

España arde este verano de 2022. Decenas de miles de hectáreas de árboles y matorrales calcinados, no por la demencia criminal de los pirómanos o por las diversas circunstancias que provocan los incendios; la falta de más medios para apagarlos, y sobre todo, por la pésima gestión para prevenirlos y reducir sus posibilidades de expansión. No busquemos responsables. «El cambio climático mata» (Sánchez dixit), pues no solo se quema el monte sino también alguna de las personas que luchan contra las llamas, mientras el defensor del planeta identifica al culpable.

Se anuncia, para los meses próximos, un grave estancamiento económico, incluso una posible recesión. La inflación amenaza a los españoles. La deuda pública asusta, ante el incremento del precio del dinero. Sin embargo, el gasto no reproductivo continua en expansión. Súbitamente empiezan a rodar cabezas, de momento femeninas, porque se dice que los barones presionan al presidente, ¡disparate chabacano! Estamos ante otro episodio de la carrera de Caravadossi. Todavía lucevan le stelle pero se van apagando.

Provocará nuevos actos «maravillosos», de parecido género y peores consecuencias, hasta donde pueda; camino de los aún lejanos «idus del 23». Pasará sin duda su sueño de poder, pero ¿a qué precio? To be continued.