En esta sociedad cada vez más secularizada, “más líquida en sus formas o locus de comunicación” (Bauman, 2015), la espiritualidad parece estar cada vez más lejana a la vida cotidiana, al diario acontecer y el espíritu tiende a padecer de parálisis, la relatividad de las posturas nos relaja frente al mal, lo hace nimio, aquí concurre ese poderoso ejemplo ofrecido por la filósofa Hannah Arendt, un acto nimio es derramar un vaso con agua en una sala, pero sí todos lo hacemos corremos el riesgo de inundar la sala, esa es justamente la banalidad del mal, la perversión del alma, su entumecimiento.
En estos duros, sucios, mustios, viles y violentos momentos, les invito a volver los ojos a María, indistintamente de vuestras creencias, “María es creación inmaculada perfecta e inmaculada del Padre, madre de nuestro altísimo señor y esposa del Espíritu Santo” (Grignion Monfort, 1885), justo el primer día del año, el uno de enero, se celebra su solemnidad de “Santa María Madre de Dios”, recordando aquel sí, que fue pronunciada frente a la gloriosa presencia de Gabriel Arcángel, en ese sí, se resume su rol redentor, con el responso hágase en mi según tu palabra, la valentía de una joven de escasos quince años, en medio de una sociedad falocéntrica, misógina y violenta, dan cuenta de la inmensa fe, que tuvo aquella jovencita.
Sin embargo, poco se sabe de los diez “no” de María, como acto de perfección.
- No puso condiciones, aceptó la realidad de los hechos tal cual eran.
- No se envaneció, en su alma no existió ningún vestigio de orgullo o grandeza, se consideraba una esclava de Dios.
- No lo divulgó, guardó silencio ante sus padres y su prometido José, a pesar de poner en riesgo su vida, es la primera en entregar sus agobios a Jesús.
- No pidió privilegios, una vez decidida a empadronarse en Belén un villorrio olvidado del imperio romano, aceptó los agobios de no encontrar posada, trayendo a Jesús en su cuerpo glorioso en una gruta tallada en la piedra.
- No se atoró en los hubiera: aceptó las duras condiciones del pesebre, cubrió a su hijo con pañales y paja y jamás cuestionó el estado natural de las cosas.
- No se aisló, por el contrario, mostró a su hijo a los pastores y a los magos de Oriente.
- No suplicó cambio de planes, aceptó huir a Egipto y cuando presentó a su hijo en el templo, el anciano Simeón le previno de una daga en su corazón, pudiendo ver el horror de la crucifixión de Jesús, ella guardaba con celo estas cosas y en las Bodas de Caná, fue advertida por cristo de que su tiempo no había llegado.
- No se centró en sí misma, acepó, servir a su pariente Isabel, pues la caridad reside en ser útiles.
- No rechazo ser nuestra madre, en el momento más cruel de su vida, frente a los pies clavados de Cristo, hecho un amasijo de carnes expuestas, aceptó a Juan el discípulo amado, como hijo y con este a todos nosotros, sin sentir reticencia. Por el hecho de que por nuestras iniquidades y pecados Cristo entregaba su espíritu al padre.
- No deja de amarnos, es nuestra intercesora y abogada, de hecho, ¡al aparecer a San Juan Diego le exclamó “Hijito, qué amor tan grande”! (Valeriano, Antonio; Antonio , Enrique, 1988).
No dejemos pues, este uno de enero, amara a María: No olvidándola, no dejando de amar y no insistiendo en su amorosa intercesión maternal. Hoy más que nunca el pueblo lacerado de Venezuela, debe entregarse a María lacrimosa, a maría valiente, a María vaso y relicario de Cristo, que es luz, verdad y vida.
Finalmente, de la buena nueva del evangelio según San Mateo “Y series odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final se salvará”. (Mateo, 2020)
Referencias
Bauman, Z. (2015). Modernidad lóquida. México: Fondo de la Cultura Económica.
Grignion Monfort, L. (1885). Tratado sobre la verdadera devoción a la Santísima Virgen María. La Habana: Casa Nova e Hijos.
Mateo, 1. 2. (2020). Evangelio. México: Las Paulinas.
Valeriano, Antonio; Antonio , Enrique. (1988). Nican Mapohua. México: Centro de estudios Guadalupanos.
X@carlosnanezr
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