El detective Endry Méndez investigó las desapariciones forzadas de los masones Wilmer Muñoz y Juan Hurtado en 2018, denuncia hecha pública en mi columna de El Nacional y que ha cobrado notoriedad porque fue presentada ante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional.
El caso es que Endry no solo es testigo, sino víctima. Estando en el exilio fue objeto de un presunto atentado que casi le cuesta su vida. Dice que la bala casi le roza el corazón. Él se encuentra en un país suramericano, lo cual lo hace vulnerable al estar al alcance de la mafia del régimen de Maduro. En este sentido, he querido escribir este artículo para apoyarlo en su campaña para llamar la atención de las autoridades, tanto de Estados Unidos como de Francia, para que pueda ser trasladado en avión hasta un lugar seguro, si es posible, de algunos de esos países.
El contexto sobre el que se mueve el tema de los desaparecidos forzosos en Venezuela es espeluznante. Se sabe que las cifras son superiores a las estimadas por los organismos de derechos humanos. Venezuela es probablemente uno de los países de América Latina con más casos de violencia sistemática contra la población indefensa. El Informe Bachelet calcula que son más de 2.000.
Lo del régimen de Maduro se trata de mucho más que abuso de poder, es violencia extrema con un código que sólo puede identificarse en las tabulaciones de los delitos de lesa humanidad. El alto número de afectados hace imposible tan sólo pensar en un método de potabilidad hacia su régimen. El diario The New York Times en su publicación “Un golpe en la puerta y desaparecen”, nos habla del papel que hacen las desapariciones como política de Estado para sembrar el terror y la autocensura. Señala el diario: “Una multitud de agentes del gobierno de Venezuela ingresaron al hogar con armas pero sin orden judicial y se llevaron a Ariana Granadillo. Durante la semana que siguió la confinaron, golpearon, interrogaron y casi la ahogaron. Después la dejaron irse casi tan intempestivamente como se la llevaron”. Esta joven tuvo suerte de aparecer viva, muchos ni siquiera logran ser encontrados, simplemente desaparecen de la faz de la Tierra.
Endry Méndez es precisamente una de las mentes más lúcidas en esta materia debido a que conoce el monstruo desde adentro, por ser detective de investigación del Cicpc. Supo de casos que fueron atendidos en las oficinas del cuerpo policial, pero además es un testigo en primera instancia debido a que los casos de los masones fueron particularmente excepcionales en su carrera debido a la forma que le cambiaron su vida, hasta el punto de que tuvo que exiliarse por ese motivo.
Para recordar la historia de su caso, en el año 2018 Endry recibió una petición de la Gran Logia de Venezuela, en concreto de Alfredo Tovar y el coronel Ubaldo Jiménez Silva, con el fin de ayudar a las esposas de dos miembros de la orden que habían denunciado la desaparición de sus esposos, los masones Wilmer Muñoz y Juan Hurtado.
Me comenta Endry que conversó con las esposas e inició su investigación. Al final determinó que había que responsabilizar al Estado venezolano de ambas desapariciones forzadas. Me dice que parte de sus conclusiones son parte de un sumario. Estas desapariciones sucedieron en el año 2018, período en el que cometieron los ajusticiamientos extrajudiciales de Oscar Pérez y José Pimentel, miembros de la logia Santiago Mariño n 208. También ese mismo año fueron arrestados otros miembros de la logia Santiago Mariño: Jameson Jiménez y Jonny Calderón, a quienes se les imputaron delitos de traición a la patria. Fue precisamente ese año 2018 un tiempo en el que los cuerpos de seguridad realizaron lo que se considera fue una cacería de brujas, con el fin de eliminar una presunta red de apoyo de Oscar Pérez que ellos suponían existía dentro de las logias en la masonería venezolana. Lo cierto es que no hace falta ser un experto para saber el curso que tomaron esas medidas, que terminaron afectando definitivamente a los masones.
Así que el detective Endry llevó a cabo estas investigaciones, que le generaron un nivel extremo de riesgos. Como policía, pienso que él tenía la obligación de hacer este trabajo, pero además como hermano masón había una doble razón.
Dice Endry que, pese a la falta de colaboración de los organismos del Estado, pudo recaudar pruebas suficientes para concluir que sus hermanos fueron desaparecidos forzosamente y así se lo hizo saber a las esposas.
También fue diligentemente advertido que por ese trabajo su seguridad estaba comprometida, él sabía que podía ser arrestado y torturado. En nuestra conversación grabada para el video que apoya esta publicación, me dice que “el tipo de torturas del régimen no se limita a la persona en cuestión, también involucra a familiares. Se trata del tipo de terror que incluye hasta violencia sexual. Son desgarradores los testimonios y lo que se sabe sobre esta práctica”. Contó que su exilio hasta ahora le ha permitido no correr la misma suerte de sus hermanos desaparecidos; sin embargo, cuando pensaba que podía estar seguro, sufrió un presunto atentado, le dispararon a quemarropa con el objetivo de quitarle la vida. Sospecha que detrás de ese hecho, en el que casi pierde la vida, pudo estar el régimen de Maduro.
Me dice Endry que desde ese momento del presunto atentado ha vivido una constante preocupación por su seguridad y la de su familia. Lamentablemente, el régimen de Maduro tiene el potencial de alcanzar a los disidentes, testigos y víctimas, lo que se les hace más fácil si están localizados en territorio suramericano, como es el caso de él. Esta es la razón por la cual pide ayuda para mudarse de país. Su petición original es irse a Francia; sin embargo, quiero llamar la atención de las autoridades de Estados Unidos también, para tratar de que le presten apoyo de manera directa. Pienso que está bien si llega a Francia o Estados Unidos. En el caso del primer país, la jurisprudencia francesa ya ha decidido sobre protección a masones venezolanos, como es el caso del masón Ángel Fajardo, a quien otorgó asilo político por considerar que su vida corría peligro al ser hermano masón de Oscar Pérez y formar parte de su logia masónica. Es la misma situación de Endry Méndez, quien por la naturaleza de su caso pareciera ser víctima de la misma trama de persecución.
El hecho es que trabajamos intensamente en apoyar a Endry Méndez para que le sea prestada la ayuda con la urgencia que su caso amerita. Él ha denunciado de manera pública y notoria estas desapariciones, su caso ha sido enviado a la Corte Penal Internacional y es mencionado por víctimas y denunciantes ante la CPI. Su caso, además, está reseñado en varios libros de diferentes autores, incluyéndome.
En lo personal, estoy trabajando activamente en la búsqueda de pasajes de avión para él y los suyos, le he abierto por mi cuenta una campaña en gofundme https://www.gofundme.com/manage/b7xsn-help-endry-get-to-france, con una cifra limitada que le ayudará a comprar probablemente un sólo pasaje, pero esa es la idea, colaborar e impulsar un apoyo más preciso. Yo espero llegar a algún lector interesado o que este conozca a alguien que pueda ayudar a conseguirles los pasajes de avión. Quien desee colaborar siéntase libre de contactarme a través de mi usuario en Twitter @estebanoria. El objetivo es trabajar como las hormigas hasta que Endry y su familia lleguen a un lugar seguro.
Amigos lectores, así están las cosas con nuestros testigos, están en riesgo, la idea es permanecer activos para aportar lo que esté a nuestro alcance y ayudarles. Finalmente, les comparto el video que hicimos recientemente de una conversación que sostuve con Endry sobre su situación y petición de ayuda. Nos leemos pronto en El Nacional.
@estebanoria
https://www.youtube.com/watch?v=M2dxr6n2cPQ