Los venezolanos se preguntan si estos coletazos de la guerra de Rusia contra Ucrania los alcanzarán y afectarán directamente. Ya los están alcanzando y los están afectando. Todas las medidas financieras y económicas que están tomando los Estados miembros de la OTAN y el resto de los países que se han solidarizado contra Rusia afectan directamente a Venezuela. Tanto o peor que las sanciones que se han tomado desde Estados Unidos contra algunos de los factores de la nomenclatura de la revolución bolivariana. Y a medida que el conflicto escala y se abren las posibilidades de la materialización de las peores hipótesis (la peor conjetura en este momento es el uso del arma nuclear) las acciones militares involucraran más cerca a los venezolanos. No somos neutrales en esta guerra. Son los efectos de la globalización en todos los órdenes y de cómo las históricas fronteras de los Estados nación no hacen ningún contrapeso ni colocan freno a las decisiones que se toman en el marco de la multilateralidad política, económica, financiera y militar. Bienvenidos a la globalización y a la multilateralidad. El presidente usurpador Nicolás Maduro ha ratificado públicamente su abierto apoyo a Rusia. El 1 de marzo de 2022 sostuvo una conversación telefónica con el presidente Vladimir Putin y le ha ratificado su apoyo a Rusia en el marco del conflicto con Ucrania y ha reprochado las «acciones desestabilizadoras» de Estados Unidos y la alianza atlántica. Ya ustedes pueden sacar la cuenta de hasta dónde estas declaraciones, parte de esa multilateralidad política y militar donde nos involucró y comprometió el teniente coronel Hugo Chávez en sus tiempos de presidente y de Nicolás Maduro como canciller en unos acuerdos cuya opacidad se mantiene aun en el tiempo.
Décimo segundo taquito
Occidente le cerró la llave a las transacciones financieras rusas a través del sistema Swift. ¿Qué implicaciones tiene esta decisión para Rusia? Al estar excluido del sistema, los bancos globales no pueden comunicarse con las instituciones financieras de Rusia. Las empresas extranjeras no pueden realizar ni aceptar pedidos a Rusia, porque no se pueden pagar los compromisos. El acceso al mercado financiero internacional neutraliza los pagos y la salida de mercancías. Simplemente los impide por completo y las empresas que hacen negocios con Rusia incurren en enormes costes y elevadas pérdidas de crédito. La exclusión del sistema Swift es, por tanto, un arma que corta por los dos lados: la economía de Rusia se ve duramente afectada y las empresas extranjeras que operan en el país también sufren. Es un verdadero misil a la economía rusa y al valor del rublo que empieza a desangrarse. ¿Cómo afecta esto a Venezuela?
Después de 2001 los acuerdos políticos, militares y económicos que suscribió Hugo Chávez con Rusia y China entrañaron la migración financiera y económica completa al otro lado del mundo, alejándose de la vinculación tradicional de Venezuela con occidente y Estados Unidos. Era parte de los cambios revolucionarios, tomar distancia de Estados Unidos, de Wall Street, de todos los sistemas financieros de occidente. Así como se hizo la mudanza política y militar, también había que hacer la migración financiera poniendo proa hacia otras bolsas, otras bancas y otras inversiones tradicionalmente ajenas a nuestra cultura y desempeño. Y llegamos con todos nuestros bártulos financieros a Rusia, China, Turquía y el Medio Oriente; con todos los riesgos que significaba poner nuestros dineros de la principal industria del país, de las inversiones en los metales preciosos, de los minerales estratégicos y de las transacciones para reforzar la economía local, aporreada por las sanciones, la ineficiencia y la miopía revolucionaria. Pero, además allí fueron a recalar los dineros de la corrupción roja rojita, del narcotráfico alentado en los carteles del régimen y los apartes presupuestarios destinados a financiar el terrorismo internacional incubado desde territorio venezolano para enfrentar el odiado imperio norteamericano. Ese dinero represado en Rusia en este momento, después que le bajaron el suiche del Swift, residualmente, después de descontarse las coimas para el funcionariado de la revolución, para los bodegones, las camionetotas y los ferraris del régimen; después de todo ese camino accidentado iba como una ñapa a los servicios públicos, a la salud, a la educación, etc. Esos dineros, ahora, no regresarán nunca a Venezuela y se diluirán en los túneles rusos de la corrupción. Estamos en guerra en el mundo y también en revolución en Venezuela. Y en guerra y en revolución todo vale.
Décimo tercer taquito
El martes, coincidiendo con las declaraciones de apoyo a Rusia y a Vladimir Putin hechas por Nicolás Maduro, los medios internacionales recogieron la noticia de la presencia en aguas del mar Caribe del submarino nuclear USS Minnesota, junto con el buque de combate litoral (LCS, por su sigla en inglés) USS Billings. Estos navíos junto con el submarino colombiano ARC Pijao y las fragatas ARC Independiente y ARC Almirante Padilla, así como dos aviones de patrullaje marítimo y dos helicópteros colombianos están participando en unos ejercicios para “elevar el nivel de entrenamiento” según las declaraciones del almirante Gabriel Pérez, comandante de la armada colombiana. Veamos ahora las cosas así. El ejercicio se está realizando en el entorno de la adscripción de Colombia como socio global de la alianza atlántica y en el marco del espíritu, el propósito y la razón del articulo 5 de la alianza que textualmente expresa: “Las partes convienen en que un ataque armado contra una o contra varias de ellas, acaecido en Europa o en América del Norte, se considerará como un ataque dirigido contra todas ellas y, en consecuencia, acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva, reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, asistirá a la Parte o Partes así atacadas, adoptando seguidamente, individualmente y de acuerdo con las otras Partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer y mantener la seguridad en la región del Atlántico Norte.” Por primera vez en la historia de la cooperación naval colombiana con Estados Unidos, un submarino nuclear participa en unas maniobras y se resalta el momento en que la guerra entre Rusia y Ucrania ha ido escalando a niveles peligrosos, tanto que la alianza atlántica se ha movilizado completamente para contener el avance ruso.
Es necesario resaltar las características del Minnesota ubicado frente a las costas de Cartagena de Indias. Es un clase Virginia de ataque, con 110 metros de eslora, algo más de 7.000 toneladas de desplazamiento con una capacidad impresionante de poder en todo sentido, tiene una tripulación superior a los 300 hombres y está armado con 12 tubos verticales lanzadores para misiles crucero BGM-109 Tomahawk. Un poco para ilustrar y abundar sobre este dispositivo, es un misil de crucero de largo alcance, subsónico, con capacidad todo el tiempo con un alcance máximo de 1.600 kilómetros. Pudiéramos decir que está a la pata del mingo. Su capacidad de ataque puede albergar cualquier tipo de explosivo, incluyendo cabezas nucleares. Ya el ministro de la defensa, el general Vladimir Padrino, rechazó la presencia del submarino.
Décimo cuarto taquito
Este taco anterior del USS Minnesota muy bien puede servir para darle respuesta a todos los venezolanos de como la guerra entre Rusia y Ucrania puede afectarnos militarmente de manera directa… a los venezolanos. Un chispazo en los límites entre Colombia y Venezuela, inducido en el marco de eso que llaman en la frontera común, un falso positivo que califique como un incidente internacional puede desencadenar un incendio de proporciones desconocidas. Vladimir y Nicolás saben bien que la caída del otro Vladimir en la guerra Rusia – Ucrania es la caída de la revolución bolivariana. ¿Se atreverá el general en jefe a encender el fósforo? Disponga usted de la caja de fósforos, general.
Continuaremos con los taquitos.