Soñaba que era una endeble y frágil barcaza
Que surcaba con agónico denuedo los
Rebeldes pliegues de tus lomos acuáticos
Yo bogaba sin descanso a flor de piel de
Las llanuras tambaleantes que jamaqueaban
Mis proas anhelantes hacia pretéritos nonatos
Soñaba que navegaba en abril que –dicen- es
El mes más cruel
Y debajo de mis cielos móviles e iracundos
Volaban peces ávidos y ansiosos de
Festividades carnestolendas y se rozaban
Unos con otros en cadenciosas contorsiones
Insinuantes y trasnochaban ebrios de
Indescriptibles alegrías hasta las altas
Claridades del alba
Surcaba ansioso y perturbado por
Las márgenes siniestras de ríos ignotos
En mi extravío onírico mudaba de continuo
Mi forma fluvial y a ratos era un Volga
Un Nilo o un Manamo que albergaba
Acuíferos fantásticos de seres jamás
Imaginados.