En Venezuela, vivimos en un mundo peculiar, donde los pronósticos de demanda y las decisiones comerciales se enfrentan a dos caminos bien diferentes: el cuantitativo y el cualitativo. Ambos caminos tienen sus ventajas y limitaciones y hoy quiero contarles la historia de cómo un pronóstico, originalmente cuantitativo, fue actualizado de manera expedita con la ayuda de ChatGPT, un algoritmo de inteligencia artificial con el poder de cambiar las reglas del juego en las áreas de la educación y el adiestramiento.
El caso es que un producto de consumo masivo se enfrenta a un futuro incierto en nuestro país. Los números del pasado, reflejados en millones de unidades vendidas, han sido 348, 324, 323, 325, 505 y 554, desde el 2017 hasta el 2022, respectivamente. Un pronóstico cuantitativo había establecido una demanda de 604 millones de unidades para 2023. Pero, tal y como ustedes conocen por su difícil día a día en nuestra Venezuela, dicho pronóstico requiere de una revisión acorde con las actuales circunstancias.
Así que, con curiosidad y determinación, la protagonista de nuestra historia, la pronosticadora Clara, acudió a ChatGPT, con información pública reciente, suministrada por prestigiosas organizaciones, con la finalidad de que la ayudara con el ajuste al estimado.
Dado que en el país ya no se publican estadísticas oficiales, Clara le expuso a ChatGPT la situación, suministrándole –adecuadamente- datos recientes publicados en la prensa nacional digital, en las áreas de crecimiento económico, inflación y otros factores cruciales proporcionados por fuentes confiables reportadas, entre otras, El Nacional, el Observatorio Venezolano de Finanzas, el Cendas-FVM, Venamcham y Conindustria.
Y así, con la valiosa ayuda de un tremendo equipo no incluido en nómina -las mencionadas instituciones y ChatGPT- la estimación cuantitativa se transformó en una proyección cualitativa ajustada de 543 millones de unidades para el año 2023 (versus los 604 millones originales). Una cifra más conservadora, que refleja el complejo escenario económico del país y las incertidumbres que enfrenta y que le permite afinar sus procesos de operaciones, mercadeo, recursos humanos, finanzas, etcétera.
Lo más sorprendente de todo fue que, en esta oportunidad, tal ajuste no requirió la inversión de tiempo valioso -y costoso- en recolección y análisis de datos numéricos. La inteligencia artificial fue capaz de comprender, analizar y adaptarse a la información proporcionada por la pronosticadora Clara. Es un ejemplo concreto de cómo la tecnología está cambiando el juego, permitiendo que decisiones importantes sean tomadas con mayor agilidad y precisión.
La moraleja de esta historia no es solo sobre pronósticos y cifras, sino sobre cómo la inteligencia artificial está ya presente en nuestras vidas, facilitando tareas que antes parecían difíciles o imposibles. El tiempo que la pronosticadora Clara se ahorró al no tener que hacer un pronóstico cuantitativo, le permitió centrarse en otros aspectos de su trabajo igualmente importantes y apremiantes.
El mundo está cambiando, y con él, la forma en que trabajamos y tomamos decisiones. ChatGPT, el algoritmo de inteligencia artificial gratuito (por ahora), se ha convertido en la “mano derecha” de la pronosticadora Clara. De hecho y para todos, constituye una herramienta poderosa que puede ayudarnos a construir un mejor mañana.