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¿Se puede crecer en pandemia?

Para saberlo miremos los numeritos de Coursera.

Coursera fue fundada en 2012 por dos profesores de ciencias de la computación de Stanford, Andrew Ng y Daphne Koller, quienes colocaron sus cursos en línea para que cualquiera pudiera tomarlos. En unos pocos meses terminaron llegando a más personas que en toda una vida de enseñanza. La empresa tiene su sede en Mountain View, California, Estados Unidos.

Ng y Koller querían crear una plataforma de educación en línea que: a) ayudara a las personas a dominar habilidades profesionales específicas; b) le permitiera a cualquier persona acceder a la mejor educación del mundo desde cualquier lugar del mundo y c) que tuviera el potencial de transformar la vida de las personas a través de la educación.

En apenas 7 años, para julio de 2019 y según Investopedia (investopedia.com), Coursera estaba asociada estratégicamente con 192 instituciones de 43 países y ya ofrecía más de 3.200 cursos en 13 idiomas.

Los ingresos (revenues) de Coursera pasaron de 170 millones de dólares en 2019 a 200 millones en 2020, lo que representó un incremento de 18% en plena pandemia por covid-19. El número de especializaciones ofrecidas pasó de 400 en 2019 a 570 en 2020 (+43%) mientras que el número de cursos pasó de 3.800 en 2019 a 4.600 en 2020 (+21%), ello sin incluir los proyectos guiados de su red que alcanzaron un número de 940. En total, el número de cursantes aumentó en 31 millones (+69%) al pasar de 45 millones en 2019 a 76 millones en 2020.

Coursera es un Unicornio, un término utilizado en el mundo empresarial para indicar un emprendimiento privado  valorado en más de mil millones de dólares. El término fue acuñado en 2013 por la capitalista de riesgo Aileen Lee, eligiendo al animal mítico para representar la rareza estadística de tales empresas exitosas.

Según el portal de Holon IQ (holoniq.com), empresa de inteligencia de mercado en educación, actualmente Coursera está valorada en 2.500 millones de dólares. En palabras más llanas: el valor de Coursera es casi 13 veces sus ingresos actuales.

En plena pandemia por covid-19, Coursera, recaudó 130 millones de dólares en fondos adicionales, una clarísima señal de que las empresas que brindan servicios para ser consumidos en el hogar tienen demanda durante estos tiempos de pandemia. En efecto, el pasado 17 de julio  de 2020 y según el portal The Information (theinformation.com) se conoció que Coursera confirmó la mencionada ronda de recaudación de fondos. Antes de esa, la ronda de financiación más reciente de Coursera se ubicó en abril de 2019 y fue por 103 millones de dólares. En ese entonces la compañía fue valorada en 1.700 millones de dólares. Lo anterior quiere decir que, en apenas 18 meses incluidos los de la pandemia, la valoración de Coursera vio un incremento de 47%.

De las muchas definiciones  de estrategia que es posible encontrar, está la de Henry Mintzberg quien, por allá por el año 1994, definió a la estrategia de una organización como «aquel patrón de conducta observable, adoptado por la misma en respuesta a imperativos de su entorno, sean estos originados por las acciones de competidores, o por modificaciones del medio ambiente económico en donde la organización se desenvuelve».

Si bien es evidente que Coursera ya trabajaba exitosamente en materializar una estrategia, no es menos cierto que aprovechó la oportunidad que le proporcionó el confinamiento para potenciarse, hecho evidenciado en las cifras de crecimiento de ingresos, de financiamiento y de valoración ya mencionadas.

En mi opinión, quizá el mensaje más importante que puede extraerse de la “conducta» de Coursera y que resultaría muy útil para todas aquellas instituciones que se dedican al adiestramiento en nuestro páis, sean universidades o similares, y empresas o emprendimientos privados es la teoría de crecimiento sustentable, de Robert C. Higgins, profesor Emérito de Finanzas en la Escuela de Negocios Foster de la Universidad de Washington, misma que en palabras puede expresarse como «para hacer dinero se necesita dinero». Claro, para adaptarla a estos duros tiempos habría que modificar un poco la frase y decir, por ejemplo, “para continuar sostenible en pandemia se necesita dinero y (añado yo) una estrategia”.

Lo anterior quiere decir que para crecer en un sector que no se ha visto tan perjudicado como otros por la pandemia aunque sí por la depresión económica, la hiperinflación y el colapso de los servicios públicos, se necesita invertir dinero.

Lo que me gusta de la definición de estrategia de Mintzberg es que incluye al entorno, caracterizado ahora por la pandemia, y aplicable en nuestro caso, a un país maltratado y depredado, sin recursos y, en consecuencia, sin posibilidades de vacunar a su población. Lo anterior obligará a tales instituciones a redireccionar el efectivo hacia necesidades más vitales como las unidades encargadas de continuar con el negocio en lo virtual, si es el caso y quieren continuar siendo sostenibles, ello así y al menos hasta que consigamos la vacuna o hasta que ocurra el cisne negro que, por supuesto, nadie espera.

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