En nuestro show Desiguales, por Univisión, un señor dijo que prefería salir con mujeres solas que estuvieran criando hijos. Nos pareció raro, porque la mayoría de los hombres huyen del compromiso, y sobre todo de enredarse con una mujer con hijos. Esto implicaría que ellos también serán responsables de los niños y que sus gastos se pueden disparar.
Sin embargo, el punto del señor era bueno. Decía que las mujeres, solteras o divorciadas, pero con hijos, son más “responsables” y se cuidan más, precisamente por la carga que deben llevar.
En el programa se armó una buena, porque Adamari López, por ejemplo, dijo que eso no era verdad, que había muchas mujeres solas cuidando a sus hijos, pero eran unas locas que vivían en la calle bebiendo, haciendo de todo y saliendo con otros hombres, sin ocuparse de los niños.
Lo cierto es que generalizar es muy difícil, porque el ser humano es complicado y único. Para decir que la mayoría de la gente es de un modo u otro, primero hay que demostrarlo en un estudio muy bien hecho.
En resumen, pienso que no necesariamente una mujer con hijos es perfecta o buena. Mis años en el consultorio, viendo a miles de personas, me dicen que hay madres muy responsables, que se toman muy en serio el cuidado y el futuro de sus hijos. Pero también he visto a madres sumamente irresponsables, muy malas en su papel.
Sin embargo, hay algo que quiero aclarar. Si usted se mete en una relación donde mucha gente puede opinar, todo será más conflictivo. Por ejemplo, si se casa con un hombre con hijos de un matrimonio anterior (hay hombres y mujeres que tienen hijos hasta de dos matrimonios), los estudios dicen que ese matrimonio va a fracasar rápido, porque los segundos matrimonios se malogran más pronto.
¿A qué se debe? A que hay mucha gente opinando y creyendo que tiene derecho a entrometerse. Vienen las suegras anteriores, que casi siempre son bien tóxicas, a criticar “por qué tú tratas al hijo de mi hijo y al tuyo no lo tratas así. Y ti, ti, ti, ti, ti, ti”.
Mucha gente cree que la nueva pareja no debe meterse en cómo usted cría a sus hijos. Y eso no es verdad. O sea, al principio, un hombre debe ganarse a sus hijos postizos, antes de empezar a ser papá y poner las reglas. Y así hay muchas cosas más que aprender de la terapia familiar, para que un matrimonio formado por parejas con hijos, no sea conflictivo.
Hay celos entre hermanos muchas veces, y se empieza a hablar de “los tuyos”, “los míos” y “los nuestros”. Es una caja de Pandora. Así que, si usted la abre, mi consejo es ir corriendo a terapia familiar.