Es la tercera semana de cuarentena. En Carabobo, la falta de combustible compromete la distribución de insumos para los comedores de Alimenta. Es un problema que se ha venido agravando exponencialmente en los últimos días y sobre el que hemos estado buscando soluciones viables para mantener activos los comedores.
Algunos de nuestros líderes de la Red Solidaria en ese estado se ponen de acuerdo con grupos de ciclistas, que en estos días y frente a la emergencia, han estado haciendo un enorme trabajo de voluntariado llevando insumos a personas de la tercera edad y otros grupos vulnerables, dificultados para movilizarse. Gracias a su apoyo se entregan almuerzos y víveres en cadenas informales de distribución.
Este tipo de situaciones se están dando en muchas comunidades del país. Las personas se organizan y se alían para abordar las dificultades de la cuarentena. Este encuentro se da desde los valores convivenciales, enfrentando las difíciles condiciones de emergencia humanitaria compleja preexistentes, así como las acciones represivas y dictatoriales del gobierno.
En nuestra Red Solidaria se comparten testimonios de las diferentes realidades que se viven en las comunidades, sometidas al colapso de servicios básicos, la escasez de combustible y el hostigamiento de mal llamados cuerpos de seguridad como la FAES, que continúan violentando los derechos humanos de las personas, ahora utilizando la situación de pandemia mundial como pretexto.
Pero ante esto, las personas evitan la violencia y la confrontación y en cambio generan redes de apoyo, estableciendo un tejido social frente a la emergencia y priorizando estrategias convivenciales. Sara, una líder de la Red Solidaria, comparte con nosotros un ejemplo de esto:
“Hace una semana mientras dábamos el almuerzo diario a nuestros niños en el comedor, conversábamos y nos preguntábamos cómo estarían haciendo esas personas que comen del trabajo que realizan a diario y aquellas personas de los sectores más vulnerables. Fue allí donde nació la iniciativa de realizar un sancocho para esas personas más necesitadas de nuestra comunidad. Logramos servir 200 tazas de sopa y decidimos hacer el siguiente día una chicha de arroz. Una vecina nos escuchó hablando y a los pocos minutos bajó con medio kilo de azúcar. ‘No me la pidieron pero escuché para qué lo necesitaban y quiero apoyar’. Me da escalofríos de la emoción que siento al ver como desde la solidaridad conectamos con todos en nuestra comunidad. Aquellos a los que se les dio sopa vinieron después con aportes para la chicha: una ‘tética’ de azúcar, una de leche, otros con un poquito de arroz… ¡Así logramos servir 300 vasos de chicha por 6 sectores de nuestra comunidad al día siguiente!”.
En La Vega, los comedores de Alimenta mantienen su funcionamiento y, para impedir aglomeraciones, líderes, madres, y vecinos en distintas comunidades distribuyen los almuerzos casa por casa, manteniendo con rigurosidad los protocolos de limpieza y esterilización de envases y alimentos. En los lugares en los que colapsa el servicio de gas, se han mantenido las actividades acondicionando fogones y cocinas de leña.
Ante el cese de actividades escolares se generan grupos de WhatsApp de profesores y maestros para subir contenidos y actividades educativas dirigidos a los grados de primaria y secundaria. De igual forma, a través de estas cadenas de información, se transmiten noticias de las distintas comunidades, así como recomendaciones para frenar el contagio.
En La Pastora, por ejemplo, los vecinos se organizan para recolectar jabones y desinfectantes para utilizarlos en jornadas de limpieza en calles vecinales. Estas actividades movilizan las personas, concientizando la importancia de los protocolos de limpieza para prevenir la enfermad. En la comunidad de San Andrés, esta actividad se lleva a cabos en edificios, en la que las juntas de condominio aprovechan para reforzar la información preventiva en todos los residentes.
Estos testimonios se suceden diariamente no solo en iniciativas como las llevadas a cabo por el Movimiento Mi Convive, sino por asociaciones vecinales, ONG y grupos de trabajo social y derechos humanos, que hacen vida en el país.
En estos momentos de prevención para contener la pandemia es prioritario visibilizar y apoyar estos esfuerzos, que la inmensa mayoría de los venezolanos lleva a cabo en medio de más profunda crisis social, económica y política. En esta inédita emergencia mundial, estos testimonios siguen demostrándonos como las vías convivenciales deben ser prioritarias para enfrentar desde todos, el momento actual y el futuro inmediato que se nos presenta.
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