En esta oportunidad vamos a desentrañar un tema que a todos de una u otra manera nos inquieta y es sobre las diferentes civilizaciones que han existido en el mundo.
Es sabido que se conoce una civilización por el grado de desarrollo de su arquitectura, un legado que es reflejo de la fuente de la sabiduría de la que ha bebido esa cultura. También por su capacidad de extender su diseño e infraestructura por el mundo, su religión, ciencia, filosofía y arte.
Si nos paseamos por las distintas bibliotecas del mundo, nos tiene que llamar la atención, que en todas existen grandes y vastas enciclopedias sobre mayas, aztecas, incas, Egipto, Mesopotamia, griegos, romanos, China y toda el Asia, en las que hay que resaltar Japón y la India, entre otras, e incluso tenemos textos especializados en civilizaciones míticas como la Atlántida, Tartaria u otras más lejanas como las míticas de los selenitas, estas por mencionar algunas de las no conocidas, u otras que no serían propiamente civilizaciones sino culturas como la fenicia, judía, islámica, y nos encontramos otras categorías como imperios o reinos, por ejemplo, mesopotámicos y babilonia.
Algo particular de cada una de ellas es que todas han nacido y florecido cerca del agua, incluso de existir vida en otros mundos o planetas deben coexistir alrededor del agua, por eso se sabe que si no hay agua no hay vida, esto explica por qué la mayoría de todas las ciudades son costeras o tienen afluentes de aguas cercanos.
En fin, existe de todo, pero no existe la civilización occidental, no hay un interés de reconocernos como tal, al menos no de forma tácita, pensamos en la vieja idea de que, para reconocerlo así, tendríamos que haber desaparecidos, bien por autodestruirnos o por causas de algún fenómeno de desastre natural.
Hoy por hoy, llegamos a descubrir que el modelo piramidal en piedras que existió en todas las culturas; más allá de eso, si tuviéramos que mencionar otro similar e incluso de mayor universalidad, tendríamos que ser objetivos y expresar de forma clara que la arquitectura de expansión occidental es cristiana, observada en cada iglesia, templo, catedral, claustro, ermita, convento e incluso universidad, dispersos por toda la tierra. Sin embargo, no es reconocido así, sino que es clasificada de manera muy simple como una mera religión, sin verla más allá de esas categorías. Este detalle ha de llamarnos la atención a todos como occidentales y como cristianos, en los que cabemos todos, incluso los denominados ateos o agnósticos.
Si le damos categoría al hinduismo e islam, que nos dejaron bellos monumentos de civilizaciones, ¿qué razones prohíbe reconocer la civilización cristiana? La pregunta quedará abierta para que usted, respetado y apreciado lector en su hogar, se la responda.