El relato recopilado por José Félix Turón buscaba proporcionar la justificación de por qué los indígenas ye’kuanas ocupan el territorio ancestral. Turón, procediendo como cualquier sabio ye’kuana, recurre a la historia sagrada para explicar y probar la antigüedad de la ocupación de sus tierras y la legitimidad de la presencia indígena allí, como le era requerido por un procedimiento administrativo. Se trataba de dos racionalidades distintas, pero en conjunción: la indígena y la burocrática del Estado, que necesitaba pruebas para actuar en consecuencia. Los indígenas recurren entonces a su historia sagrada para probar a los funcionarios la propiedad colectiva de sus tierras, derivada de la posesión inmemorial de ellas, para decirlo en términos jurídicos.
De la historia sagrada ye’kuana se deriva no solo la razón o justificación de la ocupación de las tierras, sino también del uso de los recursos naturales allí alojados. Kuyujani, uno de sus héroes culturales, les indicó a los ye’kuanas en los tiempos primigenios dónde debían vivir. De allí que el encuentro de comunidades ye’kuanas del Alto Orinoco, en el que Turón presentó el relato recopilado por él de boca de otros ancianos y sabios y que se celebró en la comunidad de Culebra (sobre el río Cunucunuma, municipio Alto Orinoco, estado Amazonas) entre el 25 y el 28 de agosto de 1993, llevara por nombre Esperando a Kuyujani: tierras, leyes y autodemarcación.
Kuyujani no solo indicó a los ye’kuanas dónde debían vivir, sino que también pidió que conservaran esas tierras de la mejor manera, sin destruirlas, hasta su regreso. Esta petición fundamenta el respeto que los ye’kuanas deben a su entorno y que, como sucede entre otros pueblos indígenas, sociedades tradicionales y poblaciones locales, obliga a diversos rituales, como pedir permiso a los dueños espirituales y habitantes ancestrales de los diversos sitios, parajes y accidentes geográficos de la región. Ello garantiza un uso racional de los recursos naturales y posibilita la sostenibilidad del aprovechamiento.
El derecho a las tierras ancestrales se origina en épocas muy antiguas, en los tiempos primigenios del mundo según la cosmovisión ye’kuana. El uso racional de los recursos deriva de principios y normas establecidos desde la cristalización de la sociedad ye’kuana como formación étnica diferenciada. Así, pues, sus héroes culturales no solo asignaron las tierras donde debían vivir, sino que les ofrecieron también los recursos naturales con la taxativa obligación de custodiarlos y cuidarlos para la posteridad.
Este ejemplo muestra cómo una sociedad o un grupo social determinado (ya sea comunidades, colectivos, aldeas, pueblos, o asentamientos urbanos, entre otros) percibe su historia. En otras palabras, se trata de una perspectiva histórica propia y particular. En el caso de los ye’kuanas, el recurrir a la historia sagrada muestra el pensamiento espiritual, por no llamarlo mágico para evitar cualquier connotación peyorativa, como forma de conocimiento y aproximación a las realidades empíricas y, asimismo, su profunda conexión entre religión, historia, usos y costumbres. Esto tiene implicaciones epistemológicas que develan el carácter cultural de la percepción del pasado y sus implicaciones. Otro aspecto que debe destacarse es el pasado como fundamento de la cultura y la tradición y, por tanto, sin manipulaciones inmediatistas, como causa eficiente del presente, modificado claro está por las circunstancias coyunturales a lo largo de la historia.
La historia menuda y sencilla está llena de significados y tiene una importancia para explicar y entender fenómenos sociales que a veces parecen anodinos o accidentales, carentes de lógica o sentido. De igual forma sirve para subrayar o devolver, incluso, pertinencia a fenómenos y colectivos sociales, para darles visibilidad y prestigio, para rectificar y llenar vacíos, además de contribuir a la memoria y el conocimiento no solo del pasado sino del presente y, por esa vía, de fundamentos para soñar, delinear y construir proyectos de un futuro más inclusivo y equitativo, otro futuro para todos.
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