salario mínimo

El movimiento global continúa dictando directrices para el apoderamiento de países democráticos con el propósito de cambiar la sociedad para ajustarla a nuevos modelos de poder dictatorial basados en una estrategia que contribuya a la formación de gobiernos socialistas en franca marcha hacia el modelo chino-comunista y, lograr concretar los intereses de los países del este que han desplegado la línea de conducta de imponer el poder omnímodo, destruir la separación democrática de los poderes y sustentarse en el poder por medio de la fuerza de las armas y las finanzas producto de la corrupción, para finalmente, gobernar el mundo con la ayuda de satélites latinoamericanos encabezados por un doctrina gestionada desde Brasil y gobernar esta región bajo la tutela de países socialistas ubicados del otro lado del mundo.

La escasa dirigencia honorable que queda en el país se bate con narrativas institucionales sobre una base ortodoxa de legalidad para intentar un cambio político democrático; lo que en la práctica resulta una quimera al intentar la acción de participar en elecciones engañosas organizadas por el poder establecido. Indirectamente consolidan la estrategia oficial, es decir, intervenir en unas elecciones globales, siguiendo la apariencia de ser un proceso transparente lo que sirve de excusa al régimen para validarse internacionalmente y lograr aflojar las restricciones financieras convenidas y sintetizadas en la propagandista frase de “embargo económico” con el gigante del norte y de evadir la responsabilidad de la violación de los derechos humanos; finalmente alinearse con las políticas fundamentalistas chinas, rusas, musulmanas y, cubanas; de esta manera, intenta consolidar una estrategia global de explotación de la población concatenada a las globales de control de la humanidad.

Las obstrucciones impuestas a las elecciones primarias para elegir un candidato que intervenga en el proceso electoral nacional y de elegir a uno de ellos para ejercer la representación de la sociedad civil que enmarque sus desesperanzas está siendo eliminado con un nuevo recurso estratégico, el de judicializar a los aspirantes usando la supina maniobra judicial, invalidarlos, y lograr artificialmente pasar las posta a otro, al cual le será aplicada la misma medicina hasta lograr que alguno de ellos le convenga al régimen para que sea contrastado artificialmente. La resultante, es que la mayor parte de las gestiones transitan por una vía llena de obstáculos, sustentados por el poder autoritario y apoyada con ventajas en la centralización de los poderes públicos.

El escenario nacional de inconformidad viene creciendo favorecida por el activismo de precandidatos que recorren el país, algunos con denuncia en mano lo cual contribuye de alguna manera a conducir las exigencias de resolver temas coyunturales, pero que también conducen a una composición de fuerzas con otros segmentos que hará evidente la imperiosa necesidad de recuperar la libertad en democracia más allá de la ilusión de resolver el asunto por vía electoral cuyo sistema continúa siendo fraudulento.

La realidad de la crisis es percibida y sentida abiertamente, caracterizada por el hambre evidente y de necesidades insatisfechas, de ingresos limitados e ínfimos, obligatoriamente complementados por el mal llamado emprendimiento especulativo y del empleo inexistente Esa realidad es producto de una política de estado y de la incompetencia. El esquema de vida de la población venezolana ya coincide con la del cubano: destrucción de los servicios eléctricos, limitaciones vitales en la salud, suministro de agua marginal, vías e infraestructuras destruidas, alimentación deficiente, limitación educativa, emprendimiento laboral y comercial de carácter marginal.

Al desplegar la problemática del país, cuya población disminuye y, el poder se potencia, los argumentos publicitarios del régimen hacen ver fantasiosamente lo que no existe, la ausencia de escrúpulos y la oprobiosa riqueza digna de la rebatiña y eliminaciones potenciales por el botín no deja opciones de cambio fácil, y mucho menos, por la vía democrática, de tal manera, que frente al debilitamiento de las iniciativas macro políticas y de estructura orgánica solo la descomposición de los problemas en segmentos reales deja abierto algunos caminos.

Solo la protesta pragmática, masiva y segmentaria marca las prioridades, y probablemente la más importante es la reacción pública frente al deterioro del ingreso familiar, en tal sentido, el tema va adquiriendo dimensiones enormes, ante la disyuntiva, existe la motivación, fuerza y disposición para defender el derecho de percibir ingresos justos y ya lo convierte en un factor de protesta, de exigencias en crecimiento y de cambio; es ahí donde los gremios, agrupaciones civiles en general dirigentes sociales y los dolientes comienzan a exigir la defensa de sus derechos ciudadanos.

El tema anterior asociado a la limitación en el suministro de combustible, está amarrando a los pequeños productores a la supervivencia y, en menor medida a los que usan el transporte con fines particulares quienes cada vez le es más difícil obtener, costear el combustible, las reparaciones causadas generalmente por el mal estado de las vías y la obsolescencia de sus vehículos. Esta problemática cada vez más se acerca a una protesta colectiva que quién sabe dónde nos llevará. Otros temas no dejan de ser importantes, la ausencia e interrupciones de la energía eléctrica causales de tanto daño donde se pierde lo adquirido, nos lleva a la oscuridad e impotencia, a la pérdida de activos costosamente preservados, este tema requiere respuestas generalizadas ante la incompetencia de resolver medianamente el tema.

Otro tema relevante, es el costo de los servicios públicos está cada vez más ajustados a la inflación, a la pérdida del poder adquisitivo y la conversión a la moneda americana. Es terrible la ausencia de escrúpulos en la fijación de los precios de las cosas elementales más allá de la comida, que son los servicios públicos y los impuestos, no en vano se siente en el bolsillo la perversidad de un IVA, de las pequeñas cantidades transadas en el comercio, tildadas como “grandes transiciones financieras” las cuales representan casi la mitad de los precios que engorda la incompetencia publica incluyendo el clásico recargo por servicios públicos que van desde la cedula de identidad, pasaporte o cualquier gestión oficial y de la coima en las oficinas públicas nacionales, estadales o municipales convirtiendo la insatisfacción sentida en otro elemento de protesta civil.

Otros elementos de la cotidianidad también son prioritarios y van más allá de la necesidad de un cambio de gobierno por la vía electoral, la cual lamentablemente está siendo dejada de lado ante la realidad y la perversidad de llevarnos bozaleados a unas elecciones fraudulentas e ignorar la ausencia de voluntad política para contrarrestar la desesperanza inducida por políticos mediocres o colaboracionistas. Como decía uno de nuestros proceres, “carajo, vuelvan caras”, es necesario resolver los problemas más inmediatos que nos están acogotando y es imprescindible ejercer la voluntad de enfrentar esa perversa política ejerciendo la debida presión y desplegar las iniciativas necesarias para obtener resultados a las necesidades sentidas, sin dejar de buscar la reconstrucción del sistema democrático por la vía del cambio necesario.


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