“Tuve conciencia de mí, tomé el camino que recorren los hombres justos y fui señalado traidor. Me detuve, regresé a preguntar por qué y me obligaron adherir un cuchillo de carnicero en cada mano. Luego me condujeron hacia un lugar donde ellos mantenían sujetado, encima de una camilla de morgue, a un hombre vivo cuya inminente partida de este mundo sellaría mi iniciación”.
“Quieres negociar con personas que, por placer irrenunciable, no dan tregua al daño que infligen”.
“A un hombre lo mueve su fortuna y a sus allegados también, compartiéndola o no”.
“Inevitable la irrupción de una guerra entre civiles que están favor o en contra de eliminar jerarcas de un grupo político criminal que oprime, ello aun cuando (por impericia) sean los primeros en morir: empero, carecer de equipos y preparación militar frente a tropas que reciben órdenes de quienes tienen un plan de rápida fuga no determina el triunfo o fracaso de un bando u otro. La ira suma lo que pertrechos”.
“Fui forzosamente apartado de mis hijas, universidad y país: pero, prosigo retomándome humano”.
“Los usurpadores son muchos y tienen suficientes adversarios para que yo (luego de la cesación de sus funciones) infiera prolongado por qué ambos eran peligrosos y merecieron ser intervenidos”.
“Cualquier cosa que la humanidad planee contra los terroristas suscitará inevitable terror, pero no a quienes viven esclavizados por ellos”.
“Ayer quise apurar lo que hoy no tengo voluntad para detener”.
“Me gritaban que no me acercara al lugar del incendio, pero yo era la flama”.
“Pierde cautela respecto a cuanto pienso y digo sobre la sociedad de la cual soy miembro erguido, guarda tu miedo para cuando proceda preñarla”.
“Bienaventurados aquellos para los cuales el Cielo no es reino prometido, y en la Tierra quieren cambiar las cosas a favor de una vida mejor”.
“Mírame y escúchame bien cuando hablo del mundo ante el cual callas: aunque no entiendas lo que mediante parábolas a veces pronuncie, te implica”.
“Por su contestataria y cambiante naturaleza, la literatura no debe adecuar a un fin sin riesgo de prostituirse”.
“Un día más que la prisa de los ansiosos empuja para envejecerlo lo hace imaginario. A velocidad inversa será real e infinito”.
“Los que tienen atribuciones conferidas o arrebatadas no disciernen como filósofos, pero amordazan a quienes sí lo hacemos”.
“No tengo dificultades para recordar cada cosa que me perturbó durante mis días de infante, como el día cuando cuatro vándalos de mi edad me anunciaron haber venido a mi habitación para ejecutarme. Lo hicieron, a la cuenta de tres: si dormía era cobarde [01]; si permanecía despierto masoquista [02]; al intentar gritar auxilio mi habilidad fonética había desaparecido [03] Comprendí el mensaje de esos niños de otro mundo: era yo forastero en él”.