Sí, estoy en la clandestinidad porque Maduro se inventó una de “James Bond” y nos acusó –a parte del equipo de campaña de María Corina Machado– de “conspiradores”.
Primero, es innegable la capacidad del régimen de crearse una película digna de las mejores piezas del séptimo arte; capaz si él hubiera sido mejor cineasta o guionista que ocupante de Miraflores.
Lo cierto es que a varios de los defensores de la libertad nos tocó la hora de la clandestinidad, así como en el pasado tantos otros hicieron lo mismo en los tiempos oscuros del gomecismo y del perezjimenismo.
Estamos en este trance con la firme convicción de que nos sabemos inocentes de cualquier acto ilegal o violento y sabiendo que somos las nuevas víctimas de la represión institucionalizada del país.
Seguimos trabajando en resistencia para hacer que la libertad venza en Venezuela; seguimos trabajando para lograr que María Corina Machado sea la candidata y se convierta en la primera mujer presidente de Venezuela.
Una parte del equipo de nuestra líder opositora está trabajando desde la cárcel o desde la clandestinidad, haciendo lo que nos toca por el logro del objetivo común.
Así como a esa gran mujer –académica y preparada– como es Corina Yoris le tocó el papel de ser el reemplazo temporal de María Corina Machado como candidata presidencial, hasta que se solucione lo de la írrita inhabilitación; de esa misma manera a nosotros nos toca el rol de la prisión o de la clandestinidad.
Y mientras nosotros continuamos trabajando por la libertad, usando las herramientas de la civilidad, la constitucionalidad y la lógica democrática, de esa misma forma en el lado oscuro de la política venezolana, es decir, desde Miraflores se anuncia que seguirán con las políticas de persecución.
Mientras nosotros continuamos cumpliendo con la máxima de “hasta el final”, haciendo lo justo, lo correcto y lo eficaz para lograr el objetivo del cambio democrático, en la cúspide del poder están haciendo todas las marramuncias posibles para sostenerse en el poder.
Y a pesar de todo esto, hay algo que todos deben tener claros, quienes estamos siendo perseguidos por Maduro no nos rendimos ni nos entregamos.
No nos quebramos porque sabemos que este sacrificio de hoy significará el bienestar y el porvenir feliz de mañana. Porque sabemos que Venezuela vale la pena.
No tenemos miedo, porque nosotros vamos a ganar; sin embargo, quienes sí deben tener pánico son los violadores de los derechos humanos, ellos sí deben tener mucho miedo, porque más temprano que tarde a ellos le caerá el hacha de la justicia internacional.
Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.
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