El cercenamiento de la libertad en Venezuela está llegando a niveles insostenibles. Quienes usurpan el poder están cada vez más restrictivos en las libertades que cada individuo debería gozar como un derecho inalienable.
En la Venezuela de este momento la propia libertad de trabajar está siendo vulnerada. Quienes tienen la profesión de comunicadores sociales no puede ejercer con plena libertad la carrera que escogieron como parte de su vida.
Más allá de las constantes violaciones de los derechos humanos, actualmente existe una violación de los derechos del trabajo para periodistas, fotógrafos, camarógrafos y todos aquellos profesionales de la información.
Al gobierno le incomodan los periodistas libres, y quisiera que no existieran. A Maduro y a sus secuaces les resulta mil veces mejor tener una serie de difusores de su propaganda, que verdaderos profesionales de la comunicación.
En este momento los reporteros son presas de una política de Estado dirigida en contra de ellos. Y no se trata solamente con las agresiones en eventos públicos, no se trata de la censura y la autocensura, tampoco del cierre indiscriminado de medios de comunicación, sino que va más allá de ello, es el acoso permanente a un sistema de valores éticos.
Además, quisiera resaltar la persecución desatada por parte del Estado usurpado en contra de los médicos venezolanos; en este momento las fuerzas de represión están vigilando a cada profesional de la salud para controlar cada declaración que se dé en torno al coronavirus.
La necesidad de control de la usurpación ha llegado a tal punto que evitan que los médicos venezolanos, así como los entes de salud internacionales como Médicos sin Fronteras puedan ejercer libremente sus profesiones.
Nicolás Maduro a través de sus políticas reprime el derecho de los médicos venezolanos de trabajar, viven en constante persecución e intimidación; a tal punto que los entes de seguridad interfieren en las labores médicas en casos graves como el que está ocurriendo en relación con el coronavirus.
Médicos que no pueden declarar sobre una pandemia, periodistas que no pueden informar sobre la realidad de un país; sin duda Nicolás Maduro representa la destrucción de todos los derechos y de todas las libertades.
Frente a esta realidad, los venezolanos tenemos que dar un paso adelante y defender nuestra esencia como sociedad. No hay tregua. No podemos permitir que desde Miraflores sigan construyendo una nación de borregos, una nación donde nadie puede ejercer la libertad de trabajar en lo que quiera, vivir como quiera (en el marco de las leyes) y de creer en lo que quiera.
La conquista de la libertad se hace cada vez más necesaria, cada vez más urgente. Mientras más pase el tiempo, el régimen de Maduro irá extendiendo sus tentáculos en cada una de nuestras vidas, dejándonos sin la libertad de nada y sin la decisión de nada.
¡Tenemos el deber de despertarnos de nuestro letargo! Es momento de la Ruta del Coraje.
#MaduroVeteYa
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