A finales de 1824, una vez cerrado el ciclo de la liberación de las naciones suramericanas, Bolívar, cuya pretensión era blindar al continente de cualquier intento de reconquista por parte del imperio español desde tierra firme, veía en Puerto Rico y Cuba, que permanecían bajo el dominio de la corona española, una virtual amenaza porque sus puertos podrían servir de anclaje de los buques españoles para la llegada en escala de tropas y armamentos para la reconquista de Suramérica. Lo mismo percibían los mexicanos, que solicitaron insistentemente la ayuda de Bolívar para esa misión. El visionario, percibiendo el peligro, se comunicó con Santander con el propósito de enviar una expedición para liberar a la isla.
Antes de Junín y Ayacucho, desde Pativilca, Bolívar indicó a Santander: «Vea usted si se puede hacer algo contra La Habana». Santander le contesta: «La Habana y Puerto Rico imploran nuestra protección». Bolívar retoma el tema después del triunfo de Ayacucho y le escribe nuevamente a Santander el 20 de diciembre de 1824, diciéndole que deseaba organizar una expedición destinada a liberar a Cuba y Puerto Rico después de haber recibido en Lima a una delegación mixta de mexicanos y cubanos. Pensaba encomendar la misión a Sucre y a Páez, quien incluso antes de Ayacucho, en agosto de 1824, ya le había escrito a Bolívar al respecto: “Para esto sí cuente Ud. conmigo y cuente con 3.000 o 4.000 hombres de Venezuela, los más guapos, y que en un mes de recibidas las órdenes aquí estaremos en La Habana”. Todos estaban al tanto del plan y Sucre el 4 de marzo de 1825 escribió a Bolívar: «En todo abril se habrá acabado esta fiesta y veremos de qué nos ocupamos por la patria. Tal vez La Habana es un buen objetivo».
Interesante fue la reacción de Estados Unidos al enterarse del propósito del Libertador: se opusieron. El presidente era John Quincy Adams y el ministro de Asuntos Exteriores Henry Clay. Ya la Florida estaba bajo dominio norteamericano, pero con sus deseos expansionistas le tenían el ojo puesto a Cuba y cualquier intento de liberación iba en contra de sus propósitos. Es así como por un lado hicieron lobby en Europa para que España se convenciera de que era imposible recuperar a la América liberada y por el otro, en América, manifestaban su oposición a cualquier intervención militar para liberar a Cuba. Para ello el enviado especial de Estados Unidos a Bogotá se entrevistó con Santander para disuadirlo del propósito haciéndoles ver que la Santa Alianza no apoyaría a España en la reconquista de América. Posteriormente, en el Congreso de Panamá, los norteamericanos reiteraron su oposición al plan. Pero estaba claro que el propósito final de Estados Unidos era comprar la isla o invadirla como en efecto, posteriormente, trataron infructuosamente de hacer en varias oportunidades. Bolívar, en medio de los conflictos internos de Colombia, finalmente desistió del proyecto a pesar de habérselo mencionado a Páez en su viaje a Caracas en 1827.
Si Bolívar y Adams hubiesen visualizado la desgracia que ha significado tanto para Cuba como para América la llegada del socialismo a esa isla, sin duda hubiesen actuado de otra manera y aunado esfuerzos conjuntos para liberarla. Otra sería la historia.
@JotaContrerasYa
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