Como sabemos, hay valores presentes en cada uno, que pueden influir en el logro de las metas propuestas. Sin embargo, se puede decir que la constancia es ese factor determinante, que impulsa a superar cualquier obstáculo, por muy complicado que sea, el cual muchas veces afecta nuestra motivación o deseo de proseguir.
Por otro lado, las intenciones de alcanzar un objetivo, no se traducen en resultados instantáneos, requieren cierta persistencia en el tiempo. Es la constancia, la energía que nos mueve a no renunciar en el camino, a no disminuir la fuerza que demostramos al principio de un nuevo proyecto, sin perder de vista la meta final.
Lo importante de esta característica en nosotros como individuos, es que nos ayuda a enfrentar desafíos, a no desistir ante cualquier impedimento, a ser más estables y tenaces en nuestras acciones, evitando las excusas internas para pensar que si podemos avanzar, así como, culminar lo que hemos comenzado sin posponerlo o dejarlo inconcluso. Por otro lado, también nos permite contar con paciencia suficiente para entender, que los logros nos son inmediatos, sino el resultado de muchos factores que consolidaremos en el momento oportuno.
Esta persistencia es un gran aliado para continuar desarrollando el mayor esfuerzo posible desde el principio hasta el fin y así materializar esas ideas que tenemos en la mente, llevarlas a cabo en la realidad. Del mismo modo, el resultado que obtendremos nos permitirá superarnos a nosotros mismos.
Uno de los enemigos más fuertes que afecta de manera determinante la constancia es el temor o la duda, cuando más demandante sea la situación que debemos enfrentar, pues nos puede llevar al agotamiento físico y mental, por lo que debemos evitar que ese miedo se imponga sobre la búsqueda de nuestras metas. La mejor manera de lograrlo es manteniendo un pensamiento firme y controlando el estado de ánimo.
Otros enemigos de la constancia son, la falta de exigencia propia, la tendencia a realizar el mínimo esfuerzo, la indisciplina, la desmotivación, el conformismo, no tener establecidas de manera acertada las metas, poca planificación, carencias de aspiraciones, personalidad muy susceptible o con poco carácter.
De esta manera, se puede observar la importancia del valor de la constancia, pues es un gran aliado para lograr nuestras metas, mantener el aliento, ser exigentes con nosotros mismos y entender que sólo la persistencia y nuestros deseos de superación nos pueden conducir al éxito.