Maduro es un autócrata que dirige una cleptocracia, sus acciones judiciales, criminales de lesa humanidad y abusivas, han moldeado el escenario político de él y de la oposición; bloqueó la candidatura de la líder y ganadora de las primarias María Corina, han realizado ataques directos e indirectos a ella y su equipo; amenazas contra su vida y con prisión, lo cual molesta a la mayoría de la población, el venezolano tolera las injusticias ni abusos, sobre todo contra una mujer.

Edmundo González Urrutia es quien pasó los filtros del CNE de Maduro, es el vehículo de la transición, todos los demócratas estamos apoyando su triunfo y la salida de Maduro en paz, con votos y que sea una transición ordenada, exactamente como recibió Hugo Chávez la presidencia en su momento.

Pero así como Maduro moldea su política, ha moldeado la oposición, también está moldeando su salida y no es nada pacífica ni mucho menos ordenada. Los indicios señalan que intentará quedarse como sea en el poder y eso trae un escenario muy complicado para él y de muchas oportunidades para quienes pretendemos la libertad del país.

Esta apostando a una estrategia evidente y clara, primero robarse las elecciones con inhabilitaciones, judicialización, no permitir inscripciones a los votantes nuevos y fuera del país, crear centros de votación clandestinos, cambiar los centros electorales, presos políticos, exiliados, censura de los medios de comunicación democráticos como el nacional, etc.

Segundo, represión. Están creando la matriz de opinión de que él ya ganó y sobrado, que la oposición va a cantar fraude, todo para intentar convencer a los militares de que repriman al pueblo, que ellos deben quedarse en el poder para garantizar la paz.

Tercero, un diálogo rápido. Una vez que se roben las elecciones y mientras reprimen, llamar a un diálogo nacional e internacional para estabilizar su dictadura.

En sentido práctico y lógico, en ese escenario María Corina sería quien por su liderazgo asuma o dirija el asunto, pero cómo hacerlo si la dictadura tiene todos los organismos detrás de ella y su equipo.

La esperanza no es una estrategia, desear un resultado positivo no es suficiente para lograrlo. La esperanza es una motivación pero debemos organizarnos, planificarnos, dirigirlo y supervisarlo para que las cosas ocurran.

El escenario de incertidumbre al que nos lleva Maduro es tan parecido al del 11 y 13 de abril de 2002 que mi hipótesis es que quien tiene la primera opción de dirigir la transición es Diosdado Cabello, quien parece estar listo y presto sospechosamente a cuidar Miraflores. Zamuro cuidando carne. Sinceramente, no veo a Cabello cuidando la presidencia de Maduro como lo hizo con Chávez el 13 de abril, pudiendo asumir él la transición.

Padrino López lleva la segunda opción por su cargo; luego Capriles, quien fue varias veces candidato presidencial; Henry Ramos Allup, Manuel Rosales…

Pero no todo está escrito. En un escenario inestable, un militar de cualquier rango pudiera intentar asumir el poder.

Muchos políticos en el exilio valerosos e influyentes también planifican lo suyo y no hay límite para la inteligencia, habilidad de una persona con determinación que pueda lograr aterrizar y asumir la presidencia.

Pase lo que pase vendrá una transición y el único que tiene todas de perder es Maduro, a quien nadie quiere ni soporta, no tiene los votos para ganar las presidenciales.

Actualmente el mundo de Maduro se reduce a Miraflores, Fuerte Tiuna y La Orchila, pero si se roba las elecciones y con lo que le gusta a Diosdado y González López meterle miedo para controlarlo, creo que su mundo se limitara a su bunker o exiliarse.

Maduro cumple la funciones de jefe del Estado, debe ser el promotor de los diálogos, su trabajo permanente es negociar con todos los sectores, si no convoca un diálogo con María Corina antes del 28J que garantice la continuidad de él o la transición del poder de forma pacifica, ordenada y con garantías, el próximo presidente de Venezuela puedo ser yo.

 


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