Nada es más libre que la imaginación humana.
David Hume
David Hume (1711-1776) fue un filósofo, sociólogo e historiador escocés. Se convirtió en uno de los mayores representantes de la Ilustración escocesa y la filosofía occidental. Su pensamiento se estructura, principalmente, en cuatro corrientes: empirismo, inducción y casualidad, principios de la moral, y naturaleza y fe. En lo político, Hume estaba muy preocupado por la organización del gobierno. Su planteamiento era muy claro. La autoridad no puede residir absolutamente en la mayoría porque se disemina. Para el filósofo escocés, lo que hoy conocemos como el Poder Legislativo debe contar con un congreso donde los comunes discutan y representen. Tan importante como ese congreso popular es necesario un senado, integrado por sabios que racionalicen las decisiones de los comunes.
Claro que hoy en día tanto el concepto de un cuerpo de sabios en la política como el pensamiento de David Hume sería rechazado por el populismo. Por una parte, la idea progresista de incluir a las mayorías en las decisiones de la vida política solo ha resultado una manipulación. Lo anterior no debe confundirse con la promoción de sociedades inclusivas que fortalezcan la participación de la ciudadanía, lo cual ha resultado positivo para el desarrollo humano.
David Hume ha sido acusado de racismo y no en vano. Hume fue racista pero su pensamiento político puede resultar válido. Si hubiese un grupo de mensajería electrónica llamado algo así como ¡Vamos Venezuela!, lo invitaría a unirse, aunque habría que explicarle al filósofo escocés la etnicidad venezolana. En todo caso, si en ese grupo se discutiese sobre el proceso electoral ilegítimo que el régimen ha organizado para el próximo 6 de diciembre, sin duda Hume lanzaría una retahíla de insultos en contra de esas seudo elecciones de representantes populares.
Aunado al cuestionamiento de Hume se encuentra el informe de la Misión de Estudio IDEA- UCAB: Sobre las condiciones del proceso electoral parlamentario 2020 en Venezuela, publicado el pasado 6 de noviembre. Entre las alertas emitidas por el informe, existen dos muy graves para el ejercicio electoral. La judicialización de los partidos políticos y la amenaza contra el voto secreto, directo y universal.
El régimen usurpó partidos políticos, interviniendo sus juntas directivas y alterando la estructura de poder interna de cada organización. Desde el (ilegal) Tribunal Supremo de Justicia, las autoridades legítimas de los partidos políticos fueron reemplazadas por cómplices del régimen. Es así como estas agrupaciones ilegales participarán en un proceso electoral inconstitucional. Por otra parte, el régimen ha dispuesto mecanismos para violar el secreto del voto. Los llamados “puntos rojos” serán dispuestos alrededor de los centros de votación para movilizar y supervisar la decisión de las personas que decidan acudir al llamado del régimen.
A pocos días de la nueva agresión del régimen contra nuestros derechos humanos, no hay duda de las acciones que emprenderá. Intentará desplazar a la actual Asamblea Nacional e instalará un nuevo cuerpo, ahora ilegal e ilegítimo. Tal como apuntaba David Hume, cuando el gobierno está en manos de una asamblea numerosa, el desorden se impone y la confusión se apodera de la autoridad. El régimen es experto entre el desorden y la confusión. Si Hume aún viviese estaría furioso y habría escrito numerosos ensayos para documentar la tragedia venezolana.
Mi próxima publicación debería ser el 5 de diciembre, entonces seguiremos conversando del venidero ataque del régimen dictatorial a Venezuela.