II. En el resto del sector opositor
Tal vez lo más difícil de precisar es la verdadera naturaleza opositora de algunos factores que integran este sector. En modo alguno lo podemos percibir como un todo amalgamado, y eso obedece a los diferentes objetivos de los partidos y grupos que por una u otra razón se desprendieron de los que aun siguen aferrados al interinato y comando del G4. Ese destete fue distinto en cada uno de esos casos. Así como también es diferente la motivación de los que representaron la primera avanzada de individualidades, sedicentes opositoras, que preferimos obviar dada su poca o ninguna legitimación.
Como sostuvimos en la entrega anterior, tenemos que dejar a un lado la banalización del debate político en Venezuela. Ese “allá va el ladrón” que resume el calificativo de alacranes, tiene que dejarse a un lado en el caso del factor más importante de este otro sector. Esa AD intervenida, se encuentra sometida a unas reglas que -de momento- le impiden autonomía de vuelo. Valiéndose de la coyuntura electoral en las parlamentarias del año pasado, el régimen mediante sentencia del TSJ condiciona su formalización como partido a dos obligaciones que deben cumplir sus actuales directivos. En su provisionalidad, deben: a) adecuar sus estatutos a lo contemplado en la Constitución y leyes vigentes que imponen a las asociaciones con fines políticos la obligación de ceñirse por métodos democráticos de organización, funcionamiento y dirección. Igual se establece que los organismos de dirección y sus candidatos o candidatas a cargos de elección popular serán seleccionados o seleccionadas en elecciones internas con la participación de sus integrantes. b) que se produzcan en forma perentoria las elecciones internas de sus autoridades en todos los niveles.
Acotando que los estatutos de AD constituyeron el precedente en el país de esta forma de legitimación, obviada por casi una década (tanto por quienes están ahora en la AD intervenida como por los que están en la AD cogobernante y beneficiaria del interinato), debemos decir que sus actuales dirigentes tendrán que demostrarle a los venezolanos que tienen el talante y la disposición para superar el escollo de los desencuentros. Ambas tienen que su mejor esfuerzo unitario para aprovechar en cuanto sea posible los términos de esa sentencia para adecuar los estatutos y realizar el proceso interno de manera tal que sirva para legitimar sus autoridades y pasar a un modo de ganar-ganar con miras a venideros retos.
Solo el sustrato popular de una AD fortalecida podrá darle a la oposición la calle y combatividad que se necesitan para retomar una agenda política que le mueva el piso a este régimen. Es urgente que salgan del entrampamiento al que la han llevado algunos de sus dirigentes y las reglas a la que ha sido sometida por el oficialismo y el interinato.
En principio, pareciera que en esa dirección solo apunta la AD intervenida. Si lo hacen y quedan legitimados, les quedaría la tarea de tener su propio perfil como verdadera fuerza opositora que se encuentra en mengua, limitada por los términos de una sentencia. De ser este el caso, se haría muy difícil que la AD cogobernante del interinato pueda formalmente mantener un espacio, so riesgo de que su militancia sea negociada y pase a ser parte formal de una militancia en a MUD, a disposición del cogollo del interinato.
En un hipotético caso que la dirigencia de esta AD del G4 lograse que se le reconociese formalmente, tendría que cumplir con términos iguales de la sentencia mencionada. En esas condiciones, tratar de preservar ese espacio mediante una candidatura propia pareciera un aguaje para negociar futuras ambiciones. Hoy se encuentra en una relación de perder perder y eso contribuye al escepticismo de todos los que apostamos a la salida de este régimen.
El resto de los movimientos y grupos que hacen vida en este sector tienen que constituirse en factores que faciliten los entendimientos; en algún momento por muy modesta que sean sus fuerzas pueden ayudar con sus calificados dirigentes a inclinar la balanza hacia los acercamientos.
En la próxima entrega, haremos referencia a las definiciones políticas del oficialismo.
Queremos expresar finalmente nuestra solidaridad con nuestro emblemático diario El Nacional, hoy víctima de un vulgar despojo al descampado. Al final prevalecerá una verdadera administración de justicia.
@vabolivar