Desde que inicié mi carrera como comunicador hace más de 40 años, jamás imaginé el alcance que mi trabajo podría tener, y mucho menos aún, entender que no tenía que convertirme en esclavo de mi historia de vida, sino que, al contrario, debía convertirla en el abono que me ayudase a crecer.
Por eso, desde joven comprendí que ser un optimista comprometido no solamente tenía que ver con mi bienestar, sino con ayudar a quienes me rodeaban y más allá. Esa es una bendición que agradezco todos los días de mi vida y que, gracias a la Fundación Ismael Cala, se ha concretado en proyectos tangibles en pro de la salud mental de niños y jóvenes en situaciones de vulnerabilidad en algunas regiones de Latinoamérica.
El pasado 9 de mayo, en un acto que se llevó a cabo en el Museo Reina Sofía de Madrid, tuve el honor de ser distinguido junto con otros colegas por la revista Anoche tuve un sueño en la categoría “Transformación social”, que incluye siete aspectos en los que los nominados han creado un impacto positivo en la comunidad: música, ciencia, pensamiento, periodismo, libertad de expresión, filosofía y sostenibilidad.
Entre los homenajeados también estuvieron Eduard Batlle, doctor en Biología Molecular por su lucha contra el cáncer de colon y la metástasis; así como la filóloga mexicana Carissa Véliz, profesora asociada de la Universidad de Oxford.
También se reconoció el trabajo hecho por Gravity Wave, un emprendimiento liderado por jóvenes que buscan limpiar los desechos plásticos de los océanos.
A ellos se sumó María Guerrero con Acción por la Música (Pensamiento sostenible) y Lucía Sala a nombre de la Revista Occidente (Cultura).
Es lamentable, sin embargo, que justamente uno de los galardonados, el periodista argelino Khaled Drareni (miembro activo de Reporteros sin Fronteras en el Norte de África), tras recibir la invitación a Madrid para recibir el galardón de Optimistas Comprometidos con la Libertad de Prensa, haya sido detenido por las autoridades de su país justo al momento de abordar el avión.
Más allá de los homenajeados, el peso de estos premios lo llevan justamente todos y cada uno de los proyectos que representamos. En mi caso, lo recibí con todo el amor y la humildad que me son posibles, a nombre de todo el equipo de Cala Group y de la Fundación Ismael Cala, quienes día a día trabajan para ayudar a brindar bienestar y mejorar la vida de otras personas.
Gracias a Mayte Ariza, responsable de la categoría Transformación Social, y a Julia Higueras, presidenta de la revista Anoche tuve un sueño, por haber tomado en cuenta este proyecto y por darle foco a tantos otros trabajos que se están llevando a cabo hoy para crear un mejor mañana.
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