Los venezolanos, dentro y fuera del país, también el resto del continente y del mundo, son testigos del éxito indiscutible de las giras que realiza María Corina Machado como líder indiscutible de la nación. Igualmente, por supuesto del incremento acelerado de la intención de voto a favor de nuestro candidato Edmundo González Urrutia. Será el próximo presidente de Venezuela. El problema está en que Nicolás Maduro y el combo que dirige el régimen también lo saben. Convencidos de la derrota que sufrirán ahora tratan de impedirlo a como dé lugar. Pareciera que no han medido los costos materiales e históricos derivados de algunas acciones que están desarrollando.
Están pasando cosas increíbles. Funcionarios del oficialismo están cerrando a la fuerza y a posteriori, los hoteles en los que se ha hospedado María Corina. Sucedió en Coro y también en Maracaibo. El hotel El Paseo y su hermoso y único restaurante, el Girasol, giratorio de Venezuela, con absurdas e inoportunas argumentaciones. Me informan que también corrió la misma suerte el Hotel Delicias, sede de una rueda de prensa y encuentro con sectores de la comunidad.
La indignación es general. Pero la voluntad de cambio existente crece día a día. Es indetenible. También la disposición de enfrentamiento opositor frente a cualquier escenario, pacífico o violento, provocado por el régimen para impedir el resultado que ya es previsto por todos.
Las últimas intervenciones públicas, en absurdas cadenas de la poca televisión y radio que aún están en el aire, dan pena. Un buen amigo me decía que menos mal que el deporte existe y el acceso a las trasmisiones pueden ser hechas por vías que escapan al control directo del régimen. Si lograran impedirlas sería el colmo de la torpeza y derrotismo de quienes lo intenten.
Pero hablemos de lo positivo. La percepción de triunfo que tenemos con relación a la candidatura de Edmundo crece día a día. Está respaldada por los mas serios estudios de opinión que se realizan. Encuestas, sondeos profesionales y circunstanciales la ratifican. Algunos opinadores aficionados pero serios, piensan que tal vez Maduro resuelva aplazar por un tiempo adicional las elecciones convocadas para el 28 de julio. Piensa que necesita más tiempo para intentar recuperar la credibilidad perdida y que quizás pueda levantarse y avanzar. Grave error, esto no tiene marcha atrás.
Edmundo González se prepara con seriedad. Organiza todo para los largos seis meses que le corresponderían como presidente electo antes de tomar posesión al principio del año próximo. Ojalá y Maduro al ser derrotado, renuncie irrevocablemente a su cargo y se encuentren formas institucionales para que Edmundo, Presidente electo, pueda asumir sin dificultades tan serias como las existentes.
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