OPINIÓN

Semana de emociones

por Adolfo P. Salgueiro Adolfo P. Salgueiro

¡Tremenda semana la que acaba de transcurrir! Parece que la posibilidad de “cobrar” el resultado del 28J pudiera a lo mejor estar algo más cerca, entre otras cosas por la presión internacional que se está ejerciendo sobre Maduro & Cía. por diversos actores y  en distintos escenarios. A ello debe sumarse la presión local, cuyo ejercicio se hace cada vez más difícil a causa de la feroz represión desatada.

La ocasión sirve también para que nosotros los demócratas tengamos oportunidad de verificar: 1. Quiénes nos apoyan de verdad (Milei, Mulino, Lacalle Pou, Biden, etcétera);  2. Quiénes dicen querer contribuir a la solución pacífica del problema pero han demostrado ya  su escasa voluntad de concretar nada (Lula, Petro, AMLO);  3. Los que dicen que apoyarían, siempre y cuando vean las actas que obviamente el gobierno nunca va a enseñar; 4. Los que emiten declaraciones que nunca llegan a transformarse en concreciones prácticas: Eurocámara, Congreso de los Diputados de España, Senado de España, etc. y, finalmente, 5. Los enemigos de la democracia, que sea cuales fueren las evidencias que se presenten siempre insistirán en mantener sus ojos cerrados.

Vale la pena comentar tres recientes pronunciamientos, a saber: a) el del Congreso de los Diputados de España que, con el partido de gobierno PSOE votando, unánimemente en contra ha exhortado al Ejecutivo (Sánchez) a reconocer en plenitud a Edmundo González Urrutia como presidente electo, lo cual ha sido olímpicamente ignorado por el presidente del Gobierno, igual que acaba de ocurrir ante idéntica exhortación acordada días después por el Senado.

La Eurocámara, proposición del bloque del Partido Popular mayoritario en ese cuerpo comunitario, aunque no lo es en España, también consiguió pasar una resolución semejante y Edmundo González Urrutia fue reconocido como presidente electo; pero se limitaron a eso, no tomaron ninguna medida colectiva y dejaron el núcleo de la cuestión  a la decisión de los Estados miembros.

Sea como fuere, aun entendiendo que los lenguajes legislativos y diplomáticos pueden ser cantinfléricos, sí es evidente que en el plano mediático desde hace bastante tiempo los éxitos han sido resonantes.

A continuación comentamos el tema de la salida de González Urrutia de Venezuela para España ante la oferta de ese país de concederle asilo político.

A estas alturas observamos con estupor, pero sin sorpresa, cómo Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, primero calificó a González Urrutia como héroe y al día siguiente propone  que el reconocimiento no sea pleno aun cuando todo el espectro político español -excepto su propio partido PSOE- ha expresado la opinión contraria según las crónicas  de las entrevistas al más alto nivel ya llevadas a cabo en suelo español (Alberto Núñez Feijóo, José María Aznar, Felipe González, etc.).

Tenemos que comentar el episodio apenas revelado, después de la salida del presidente electo del país, quien señaló haber sido víctima de chantaje y amenazas a su familia que permanece en Caracas.

Contrario a la opinión de algunos, este columnista opina que los hermanos Rodríguez no pueden ser inculpados de ignorar la inviolabilidad del predio que ocupa la residencia de la  embajada española toda vez que su ingreso a la misma fue autorizado por el embajador, tal como lo exige el artículo 22 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, de la cual tanto Venezuela como España son parte.

¿Cuál insólito como pueda parecer IES? El presidente de la Asamblea Nacional y su hermana, vicepresidente de la República, fueron admitidos al recinto diplomático y recibidos por algún funcionario de esa representación.

Lo que siguió es revelador de la calaña personal de los más altos representantes del gobierno de Venezuela,  quienes una vez les fue permitida la entrada procedieron a obligar bajo coacción a González a firmar contra su voluntad una carta que ya traían redactada. Al mismo tiempo, filmaron y publicaron sin conocimiento y mucho menos permiso de los dueños de casa varias escenas que posteriormente han utilizado para reforzar su actitud delictiva y mafiosa, de la cual  se valieron para amenazar con revelar su contenido al público.

Como venezolano me acechan algunas reacciones: la primera, una profunda vergüenza al constatar que los máximos representantes del gobierno de mi país se hayan comportado como desvergonzados mafiosos, al tiempo que entendemos que el permiso de ingreso a la residencia, dada la relevancia e importancia del caso, no debe haber sido decisión exclusiva del representante diplomático, sino que muy probablemente haya sido el resultado de una instrucción emitida por su Cancillería o por el propio Palacio de La Moncloa. Al día de hoy tal decisión es repudiada mayoritariamente no solo por los políticos españoles sino por el público en general, lo cual presagia que alguna cabeza irá a rodar en pago por el error de cálculo.

@apsalgueiro1