«Hoy Boric pasa de ser el hazme reír (sic) de un continente, al más sumiso peón del imperialismo norteamericano”, dijo el jueves el canciller Yván Gil, que usó su canal de Telegram para enviar el mensaje.
Pero el presidente de Chile, Gabriel Boric, había expresado el mismo día algo que comparte la gran mayoría de comunidad internacional ante el fallo del TSJ de Maduro: “No hay duda de que estamos frente a una dictadura que falsea elecciones”.
Curiosamente, la conducta del canciller Gil pudo haber evocado la figura del “hazmerreír” un día antes -el miércoles-, cuando dijo ante el cuerpo diplomático que detrás del “golpe de Estado” que se intentó en Venezuela estaba la banda el Tren de Aragua, supuestamente “contratada por la oposición”.
Aunque no presentó pruebas, el objeto de diversión y burla de otros pudo estar en que la mayoría de los diplomáticos citados a la Cancillería ha debido recordar que el funcionario afirmó el 8 de abril que la banda criminal el Tren de Aragua “es una ficción creada por la mediática internacional”.
Por cierto que esa afirmación causó malestar en Chile, donde hay evidencias de que el teniente Ronald Ojeda, ex preso político de Maduro con estatus de refugiado en el país austral, fue secuestrado y asesinado en febrero por miembros del Tren de Aragua al servicio de la inteligencia venezolana.
Una semana antes de la afirmación del canciller Gil el 8 de abril, Noticias Caracol enfureció al chavismo con el documentado reportaje “La cacería de opositores por parte del régimen de Maduro en Colombia y Chile”, a cargo de una alianza criminal entre el Tren de Aragua, el ELN y conocidos torturadores venezolanos.
En la reunión de casi dos horas el miércoles con el cuerpo diplomático acreditado en el país, el fiscal chavista Tarek William Saab -que como el canciller Gil abundó en teorías bufas de golpe de Estado de la oposición- no se refirió al número de detenidos durante las protestas espontáneas contra el fraude electoral de Maduro el 28 de julio.
La ONG Provea, que el sábado denunció el aumento de la represión desatada por el régimen de Maduro, afirma que el nivel de persecución supera el de dictaduras como la de Pinochet, en Chile.
“Más de 2.400 personas detenidas arbitrariamente en 16 días, 150 detenciones diarias” -enumera Provea-, “el doble de los detenidos-desparecidos diariamente en Chile durante los meses de septiembre y diciembre de 1973, tras el golpe de Estado de Augusto Pinochet”. Los del autogolpe de Maduro se parecen a Pinochet.