Las FARC dejaron claro que la “Paz” sería su estrategia para la toma del poder (https://www.youtube.com/watch?v=K8eYH3TQI80). Esto lo logró cuando Juan Manuel Santos traiciona al electorado que lo eligió con el proyecto de Seguridad Democrática de Uribe e inicia unos diálogos con las FARC, con el objetivo de entregarle el país al narcoterrorismo. Los pilares fundamentales de este proyecto de “paz” era darles impunidad a los narcoterroristas, dejarles permitidos sus negocios ilícitos, principalmente las drogas, darles elegibilidad a cargos de elección popular y lo más importante para ellos: crear una justicia ad hoc que les permitiera el objetivo de la impunidad, pero también el de la persecución judicial de quienes se habían opuesto a su proyecto terrorista, para eso idearon la JEP y la Comisión de la Verdad (encargada de la institución de una historia oficial hecha para la justificación del genocidio del narcoterrorismo).

Dado que el pueblo rechazó libremente en plebiscito este acuerdo, Santos y sus aliados del establishment (liberales y conservadores) impusieron la dictadura del farcsantismo, a través de actos legislativos que incorporaban al hilo constitucional el acuerdo, repito, contra la voluntad popular expresada en el plebiscito.

La transición hacia el establecimiento pleno de esa dictadura la hizo Duque al permitir la implementación total del acuerdo, contrario a su promesa electoral, por la cual fue elegido, y ser débil con la izquierda radical que con terrorismo urbano (financiado y organizado por las guerrillas) disfrazado de estallido social creó las condiciones de anarquía que permitieron el triunfo del socialismo del siglo XXI en la persona de Petro.

Este tiene planeado la ejecución del plan final de esa estrategia de toma del poder por parte del narcoterrorismo. Se trata de a través de la “Paz Total” con cese de fuego unilateral por parte de las Fuerzas Militares, los narcoterroristas aumentarán su poder territorial, una vez logrado este y tener una masa crítica urbana conformada por los grupos criminales de la “Primera Línea” copiando a “Comités de Defensa de la Revolución” de Cuba y los “colectivos” del chavomadurismo, se instauraría totalmente la dictadura del socialismo del siglo XXI.

Petro no necesitará de una Constituyente, desde el inicio de su gobierno el establishment le dio gratuitamente el mecanismo para implantar con seudolegalidad la dictadura. Se trata del acuerdo firmado en México con el ELN, se trata con eufemismo del fin de la democracia y la economía de mercado en Colombia.

“El punto que resulta más novedoso es el que en la agenda quedó como el 2.2, que propone: ‘Examinar, desde una perspectiva democrática, el modelo económico, el régimen político y las doctrinas que impiden la unidad y la reconciliación nacional’. Ello representa un cambio radical frente a lo que fueron las negociaciones con las antiguas FARC en La Habana, en las que para el Estado colombiano esa fue una línea roja: no negociar el modelo económico. En ese segundo punto, que de manera genérica se denomina ‘Democracia para la paz’, también se incluyó el tratamiento de la situación jurídica de los sindicados y condenados en desarrollo de la movilización y la protesta social”. (https://www.elespectador.com/colombia-20/paz-y-memoria/estos-son-los-seis-puntos-de-la-agenda-que-negociara-el-gobierno-colombiano-con-el-eln/ ).

“Examinar el modelo económico” es un eufemismo para la estatización de la economía y “examinar el régimen político” es otro eufemismo para la eliminación de la democracia liberal y su sustitución por la dictadura del socialismo del siglo XXI. Desde el inicio y sin siquiera la cesación de las acciones violentas por parte de los narcoterroristas del ELN, se le da aprobación a su proyecto de implantación de un régimen comunista en Colombia, y con apoyo total del establishment.

Esto se logrará a través de un fulano mecanismo de participación política: “El gobierno y el ELN dieron a conocer al acuerdo sobre participación que incluye la creación de un Comité Nacional de Participación que será el organismo encargado de recoger, sistematizar y presentar las propuestas de la sociedad civil que deben ser acogidas de manera automática y vinculante por la mesa de negociación”. (https://www.elespectador.com/colombia-20/paz-y-memoria/dialogos-con-eln-fases-y-proceso-de-la-participacion-de-la-sociedad-civil/).

Léase bien lo que se apruebe en ese mecanismo es vinculante, ese mecanismo será los comités de participación local, absolutamente dominados por el narcoterrorismo que llevarán la transformación de Colombia de democracia liberal en dictadura del socialismo del siglo XXI, una vez logrado esto se irá a la etapa final del plan: la conversión de Colombia en un narcoestado, en donde el narcoterrorismo tiene el poder total a través de un gobierno títere liderado por sus aliados del socialismo del siglo XXI, como en Venezuela, donde también cogobiernan el ELN y las FARC con el Cartel de los Soles.

El factor fundamental de este proyecto es la judicialización de la política, el líder comunista español Enrique Santiago creó la JEP, justicia especial que tiene un doble objetivo: darle impunidad a las FARC y perseguir a los detractores políticos del narcoterrorismo. El primer objetivo ya se logró, los comandantes de las FARC fueron elegidos parlamentarios sin pagar ni un día de castigo, así sea dando clases de marxismo, ahora viene el segundo: eliminar cualquier oposición a la dictadura del socialismo del siglo XXI.

La traída de Mancuso como “gestor de paz”, lo cual no es más que una función: “sus afirmaciones han tenido un tono politizado que lo acerca al gobierno del presidente Petro, en un momento en donde para la administración es prioridad la apuesta de la paz total” (https://www.elcolombiano.com/colombia/mancuso-regresa-como-gestor-de-paz-del-gobierno-NN23841628). Ya las FARC lograron su primer objetivo judicial: total impunidad, ahora van por el segundo: judicialización de sus detractores, ese será el papel de Mancuso, llevará a la cárcel con una JEP al servicio del narcoterrorismo a cientos de políticos, empresarios y militares que se opongan a la dictadura del socialismo del siglo XXI. Con total impunidad y con sus detractores presos, con la instauración del proyecto económico y político del ELN, que es el mismo de Petro, se convertirá a Colombia en una segunda Venezuela, que a su vez es una segunda Cuba, un narcoestado en manos de una banda de criminales comunistas. Los liberales, conservadores, de la U y Verdes que ayudan a este proyecto creyendo que con su apoyo a Petro a cambio de mermelada están exentos del castigo de la revolución, que se vean en el espejo de los centenares de copeyanos y adecos que pensaron lo mismo e igualmente fueron aniquilados por el chavismo luego de haber sido utilizados por el chavismo como tontos útiles del régimen.

Con la JEP instituida por el comunista Carrillo se está logrando el objetivo fundamental del narcoterrorismo, tener impunidad para sus dirigentes y prisión para sus contradictores, ya lograron lo primero, ya trajeron a Mancuso, quien, con otros aliados del narcotráfico lograrán lo segundo. Se cierra así el círculo del farcsantismo, entramos en la era del PetroELNismo, fase final del socialismo del siglo XXI en Colombia.


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