Insólito. La Universidad Simón Bolívar llama a un nuevo concurso de credenciales. El mero llamado, si bien se analiza, da cuenta en su conjunto de la situación universitaria del país. Es un llamado desesperado por la existencia misma, como sea, de la universidad. Atrás, muy atrás, quedó la calidad académica, la excelencia académica que sin dudas la USB representaba. Se puede revisar por cualquiera; se trata de una comunicación pública.

En ese sentido, el año pasado, comunicado en nota de prensa, me escandalizaba pensar que en mi universidad faltaran más de 150 profesores y los estuvieran buscando como palito de romero, nunca supe para qué buscaba la gente un palito que fuera de romero precisamente, pero así se dice por alguna razón y no es el caso. El hecho es que ni buscándolos así aparecieron, al parecer. ¿Por qué será? También el año pasado, en otra de sus tantas mentiras, Nicolás Maduro aseveró que traería profesores universitarios importados. Esos tampoco llegaron, al parecer. La USB requiere la bicoca de 196 profesores. Más de 200 si contamos lo que pueda ocurrir en términos de renuncias, fallecimientos y otras vicisitudes de aquí a enero. Más de 200 profesores que no están. Que no van a estar.

Veamos los avisos:  en su mayoría dan cuenta de una merma en las exigencias. Antes era cuasi imposible, si no imposible, ingresar a la USB sin experiencia docente comprobable. Algunos departamentos exigían doctorado o, al menos, maestría. Nada de eso. Recién graduados inscritos en programas de doctorado o maestría bastan. Como sea. Lo importante parece ser llenar los cargos que, después de un año, no sólo no se llenaron, faltan más y más. Merma la exigencia. Merma la calidad. Pero la representación de la esclavitud moderna tiene asidero en esta solicitud de personal. Deben cumplir todas las funciones universitarias y someterse a evaluaciones continuas por dos años, para quedar fijos. No crean. Docencia, generalmente tres cursos de más de treinta alumnos; investigación, con demostración en publicaciones arbitradas del más alto nivel x asistencia a congresos nacionales e internacionales y extensión, para compartir sus conocimientos con la sociedad. Ahora también los recién llegados ejercen cargos de dirección, pero eso no lo ponen. Como tampoco colocan que trabajarán de gratis. O sea, que ser profesor universitario puede ser cualquier cosa menos un trabajo. Es una entrega, a la patria socialista, de tu amor por la revolución. ¿Será por esto que los profesores no van? No creo.

También llama la atención, profundamente, la ingenuidad de las autoridades designadas. Interinas. Esas que no quieren llamar a elecciones. No se le plantan a quienes los designaron a exigirles nada. Por ejemplo, sueldo y protección social para los profesores, para poder tener de nuevo personal académico en la USB. ¿De verdad piensan que con este nuevo llamado a concurso tradicional pero aumentado en número de solicitudes, van a llenar esas plazas? ¿Van a pedirles por favor a los recién graduados, uno a uno, que se inscriban en algún programa para que accedan a dar clases en la USB? ¿Tiene sentido eso? ¿Tiene sentido esto? Pero no, se abocan, seguramente porque se les ordena, a dejar sin espacios a los profesores, sin la Casa del Profesor, sin los del IPP. Eso sí. Les luce fácil. Mientras el Cromo Vegetal de Carlos Cruz-Diez es otro lamento, mientras no hay ni rejas que aseguren la estancia, mientras el transporte es otro de sus fracasos más evidentes. ¿Llegarán profesores con ellos allí? Es otra limitante. ¿Con quién más o menos entenderse para buscar soluciones? Esto de los profesores no ha tenido siquiera remedo de solución en más de un año. Las elecciones en tres lustros.

Por cierto, una universidad sin profesores no existe. La USB es una muestra de esa afirmación. No han podido ingresar las cohortes 2022 ni 2023. La falla en profesores de matemáticas causa estragos significativos en la vida académica de los estudiantes. Faltan veinte profesores de matemáticas. Veinte. ¿Los van a conseguir de gratis, como financistas de la educación venezolana y del régimen despótico de Nicolás Maduro? ¿Dónde? ¿En Afganistán? Aquí no. Además, a los que contratan, incluso jubilados, ni siquiera la miseria que les ofertan, esa que ni para sobrevivencia alcanza, les pagan. Les adeudan. El Sistema Patria no les acepta doble pago, supuestamente y otros límites para retrasar esos míseros efectos monetarios de la contraprestación por el servicio. Imposible.

Es mucha la problemática universitaria por el deseo de exterminio de nuestras instituciones y sus miembros desde el poder. Este llamado a concurso de credenciales así lo demuestra, una vez más, de manera muy preocupante. De ese modo no se resolverá el hecho de conseguir profesores. Menos aún con unas autoridades interinas dedicadas a buscar camorra con estudiantes, con personal académico, con trabajadores y obreros desde que malamente los designaron. En la USB, como se ve, no solo faltan las indispensables elecciones que hoy le niegan a la Universidad de Carabobo. Falta mucho más para su subsistencia.


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